15 Carmen Colino (Madrid) “Mi vocación por la salud y la ayuda a los demás me viene de siempre”, confiesa esta farmacéutica experimentada que ha vivido en primera persona todos los cambios que han sucedido el modelo farmacéutico durante los últimos 30 años. Carmen, que se define como una convencida boticaria atenta y entregada al servicio público que ofrece la farmacia a pie de calle, explica que “cuando me licencié en farmacia, y más tarde realicé un máster de industria farmacéutica en CESIF, comencé a trabajar en oficina de farmacia, donde aprendí a dispensar y formular, y ahí es donde me di cuenta de que lo que me gustaba era la atención al paciente y no la industria farmacéutica”. Eso la empujó a abrir su propia oficina de farmacia en el barrio madrileño de Moncloa. Corría el año 1996, y “esta farmacia me sirvió de trampolín para irme a una más grande en la zona del Bernabéu, donde llevo ya 18 años”, recuerda. Tiene claro que “una de las fortalezas de mi farmacia es contar con un buen equipo -el de siempre-, muy formado, con una alta vocación de servicio y que aporta confianza y seguridad al paciente”. A diario atienden a una clientela muy variada, que va desde jóvenes que trabajan en la zona -que demandan una gran rapidez a la hora de pedir los productos-, hasta pacientes mayores de toda la vida -que buscan además de sus medicinas, el apoyo, la escucha y el consejo-, además de un gran número de turistas. Razón por la cual, “nuestra farmacia se caracteriza por tener un porcentaje alto en venta libre”. Para Carmen, la farmacia es un servicio asistencial esencial para la población que debería tener un peso mayor en Atención Primaria. En este sentido, considera que “hay que fortalecer la relación con médicos y enfermeros con el fin de alcanzar un mayor y mejor control del paciente, tanto en su salud como en la adherencia a sus tratamientos”. ¿Qué cambios ha experimentado la farmacia desde 1996? “La farmacia de hoy no tiene nada que ver con la de hace 25 años. Hoy a la población en general le preocupa mucho su imagen, el bienestar, el envejecimiento y, por supuesto, la prevención de sus enfermedades”. Esto explica, por ejemplo, la creciente demanda de productos de dermofarmacia, cosmética, nutricosmética y nutrición. “Creo que tenemos un futuro por delante muy enriquecedor y actual”, vaticina. ¿Cómo ve la farmacia una boticaria experimentada dentro de 10 años? “Veo un futuro cambiante”, asegura antes de añadir que “las nuevas tecnologías, redes sociales, venta online, etc., nos obligan cada vez más a actualizarnos. No podemos negarnos a ello, hay que avanzar, pero sin perder la esencia de lo que somos”. Y ella tiene muy claro cuál es la esencia de los profesionales farmacéuticos: “Somos sanitarios expertos en el conocimiento del medicamento y profesionales de un buen consejo”. En definitiva, “somos profesionales de la salud con vocación de servicio a nuestros pacientes”. Fernando Gómez (Madrid) Los comienzos de Fernando no le eran nada ajenos. Él pertenecía a una familia de farmacéuticos, y podemos decir que prácticamente se crio en la farmacia. “Mi farmacia actual es urbana. De hecho, la farmacia cumplirá 100 años en esta década, en una calle ancha de paso, con lo que ello supone de volatibilidad de clientes tanto para las oficinas como servicios sociosanitarios, médicos y educativos cercanos”, describe. Se trata de una farmacia que atiende a una población de clase media con una edad comprendida entre 50 y 60 años, y cuyas “patologías más habituales son las relacionadas con la edad, tanto en tratamiento como en prevención de enfermedades, y abundan porque el objetivo resumido es vivir más y mejor”. Y es que este madrileño tiene muy presente la esencia de la farmacia: “Nuestra principal razón de ser como técnicos y responsables de los medicamentos es la dispensación de fármacos, que son la necesidad inmediata de los pacientes”. Considera que “los colegios oficiales de farmacéuticos ejercen la labor de definir la profesión, unificar a los colegiados en su promoción y en su formación”. Y esto es clave, “habida cuenta de la excesiva regulación que tenemos impuesta pese a que somos un servicio asistencial de primer orden”. Sobre los problemas de suministro, que son un hándicap para la labor asistencial, no duda en afirmar que “para eso contamos con la mejor distribución de productos de todos los sectores económicos de la nación”, y añade: “Lo que sale a la luz hace olvidar la cantidad de situaciones con las que cubrimos esas faltas, con sustituciones, consultas en otras distribuidoras, otras farmacias, con el personal médico, etc.”. “SOMOS PROFESIONALES DE LA SALUD CON VOCACIÓN DE SERVICIO A NUESTROS PACIENTES” >>
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