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131 La paradoja de la elección, propuesta por Barry Schwartz, señala que demasiadas opciones pueden llevar a la insatisfacción, indecisión y ansiedad, en lugar de generar mayor satisfacción. En el área de la farmacia, esta paradoja tiene aplicaciones prácticas que afectan tanto a los consumidores como a los profesionales. Aquí tienes algunos ejemplos: 1. Farmacia Elección de medicamentos genéricos vs. de marca Tu equipo, que es tu cliente interno, puede verse abrumado al tener que elegir entre múltiples presentaciones de un mismo medicamento (genéricos, de marca, de diferentes laboratorios, etc.). Los pacientes también pueden sentirse abrumados si les das a elegir entre múltiples presentaciones de un mismo medicamento (genéricos, de marca, diferentes laboratorios). Esto puede provocar retrasos en la decisión, bloqueos, indecisión, pérdida de autoridad por tu equipo o preferencia por opciones que no son las más adecuadas por parte del cliente. Productos OTC (sin receta) Una farmacia ofrece una amplia gama de medicamentos para el resfriado, dolor de cabeza, problemas de estómago, etc. Aunque tener opciones es bueno, demasiadas pueden dificultar al cliente a elegir, creándole inseguridad, indecisión y llevándole a decir “voy a consultarlo con el médico” o “me lo pensaré”. A tu equipo puede resultarle complicado conocer todos los productos y sus características y saber cuál tiene que recomendar, dejándo la elección en manos del cliente. Programas de fidelidad Farmacias con múltiples opciones de descuentos, puntos o cupones pueden causar confusión en el cliente, quien no sabe qué estrategia le beneficia más, y potencialmente abandonar el programa. 2. Dermocosmética Selección de productos para el cuidado de la piel Los consumidores enfrentan una variedad abrumadora de productos (cremas, sérums, protectores solares, etc.) con diferentes ingredientes activos, precios y promesas de beneficios. Esto puede llevar a la indecisión, compras impulsivas o insatisfacción posterior. Recomendaciones contradictorias Diferentes marcas o profesionales pueden recomendar productos basados en ingredientes activos como ácido hialurónico, vitamina C, retinol, etc. La sobrecarga de información confunde al consumidor, quien no sabe cuál elegir o cómo combinarlos. Este problema se agrava si en la farmacia no tenéis protocolos claros de trabajo para que las recomendaciones por parte de todo el personal sean coherentes. Nada confunde más al cliente que le digamos cosas diferentes según quien le atienda. Rutinas de cuidado personal Las campañas de marketing, redes sociales, etc., promueven rutinas de 10 pasos o más, pero demasiadas opciones en cada paso (limpiadores, tónicos, exfoliantes) generan agotamiento, lo que a veces lleva a abandonar por completo la rutina. Esto es perjudicial tanto para el cliente como para la farmacia, porque venderá una vez, pero el cliente no volverá. ESTRATEGIAS PARA MITIGAR LA PARADOJA DE LA ELECCIÓN EN FARMACIAS: 1. Diseño del espacio. Tener un recorrido claro en el espacio de la farmacia, bien definido y organizado por categorías. Organizar los productos de forma intuitiva, agrupando categorías claras (ej. ‘Cuidado facial por tipo de piel’, ‘Dolor’, ‘Deporte’, ‘Suplementación’, etc.). 2. Asesoramiento personalizado. Capacitar al personal para ofrecer recomendaciones rápidas y precisas, reduciendo la carga cognitiva del cliente. 3. Kits preparados. Ofrecer paquetes que incluyan productos complementarios, como un ‘kit básico de cuidado facial’ o un ‘kit de bienestar diario’. 4. Guías visuales y tecnológicas. Usar señalización, catálogos o incluso herramientas digitales (pantallas táctiles, aplicaciones) que permitan a los clientes filtrar opciones según sus necesidades. 5. Pruebas gratuitas o diagnósticos rápidos. Proporcionar muestras de productos o servicios como análisis de piel o bienestar para ayudar a los clientes a tomar decisiones informadas. 6. Crear servicios personalizados. Ofrecer servicios de atención al paciente personalizados en aquellas áreas en las que queremos posicionarnos como expertos y referentes. Al aplicar estas estrategias, la farmacia puede posicionarse no solo como un lugar de compra, sino como un espacio de confianza y asesoramiento, mejorando la experiencia del cliente y aumentando la fidelidad hacia la misma.

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