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123 La sesión fue moderada por Albert de Dalmases Gener, vocal 4 del COF de Barcelona, e impartida por Alberto Calderon Montero, médico de familia en el Centro de Salud Cerro del Aire, en Majadahonda (Madrid). Dejó claro que este es un problema de salud pública. Se estima que la prevalencia es que uno de cada dos españoles tiene cifras altas de colesterol. El colesterol que marca el tratamiento es el LDL. Sus niveles recomendados son menores a 115. “Esta cifra no está basada en ningún estudio. Es un consenso de expertos”, matizó. El campo de actuación es amplio, porque hay mucha gente que no lo tiene controlado. La prevalencia aumenta con la edad. El colesterol se asocia con otros factores de riesgo como tensión alta o diabetes. Los factores de riesgo tienen carácter acumulativo. Es difícil deshacer la placa, aunque sí que se puede conseguir que no progrese. Por tanto, “hay que intervenir lo antes posible”. En los pacientes de bajo riesgo, su control es muy bajo, en torno al 9 %. Por consiguiente, hay mucha mejora por delante. Los fármacos para disminuir el colesterol son las estatinas. La intervención con ellas reduce la mortalidad cardiovascular de manera drástica. Es llamativo que el 60 % de adultos españoles no se han medido el colesterol en el último año; el 76 % no recuerda cuáles fueron sus últimos valores y el 40% cree tener correctos sus niveles de colesterol, sin embargo, presenta valores altos o que están en el límite. El papel de los nutracéuticos El 73 % de la población, según un estudio de IQVIA, afirma conocer qué son los complementos alimenticios para controlar el colesterol. Los nutracéuticos más utilizados para el control del colesterol incluyen los fitosteroles, la monacolina K (levadura roja de arroz) y la fibra soluble, junto a la bergamota, el policosanol, los omega-3 y la niacina. Hay que estimar el riesgo cardiovascular, que puede ser moderado, bajo, medio, alto y muy alto, puesto que no se interviene igual a un paciente de bajo riesgo que a uno de alto riesgo. A menor riesgo y menores niveles de colesterol de partida, menos hay que intervenir. El uso de la levadura roja de arroz en el colesterol tiene un nivel de evidencia A, mayor que el de reducir la ingesta (con un nivel de evidencia B). Por tanto,“los nutracéuticos tienen un punto de partida razonable y adecuado”. No es lo mismo que el LDL esté en 190 o en 130. Hay que conocer los diferentes niveles de intensidad de los diferentes fármacos. Los mejores nutracéuticos pueden reducir el colesterol LDL entre un 25 y un 30 %. Por ello, el campo de actuación es amplio. Su target es en el de pacientes de riesgo bajo y, en parte, de los de riesgo medio. El empleo de nutracéuticos podrá ser en pacientes con elevaciones leves a moderadas de c-LDL sin tratamiento farmacológico y un riesgo cardiovascular bajo, y pacientes en los que no se puede emplear tratamiento farmacológico, independientemente de riesgo cardiovascular. Destacó que los nutracéuticos que reducen el c-LDL pueden ayudar a su control, siempre en el contexto de los cambios en el estilo de vida. No reemplazan al tratamiento farmacológico. Un escenario para tener en cuenta es que la intolerancia a las estatinas ronda el 9-10 %. Además, el 20 % de la gente no quiere tomar estatinas, incluso pacientes que han sufrido un evento cardiovascular. No todos los nutracéuticos son iguales ¿Son todos los nutracéuticos iguales? No. “Los mecanismos de acción son diferentes y no todos tienen el mismo nivel de evidencia”, aclaró. El doctor informó de que “la levadura roja de arroz es prácticamente una estatina”. Produce la monacolina K. Actúa de la misma manera que una estatina. El problema de la levadura roja de arroz, cuando se incorpora a la comida, es que a veces no se sabe cuánta monacolina K hay, por lo que hay que ir a fármacos desarrollados para saber cuánta estatina se toma. Ha demostrado que reduce la incidencia de infarto de miocardio y de mortalidad cardiovascular. Por su parte, la berberina tiene un efecto más amplio, aumenta la cantidad de receptores del LDL. Aclaró que la combinación de varios nutracéuticos potencia el efecto hipolipemiante y disminuye el riesgo de efectos adversos. Los esteroles y la fibra se pueden combinar con las estatinas, mientras que la levadura roja de arroz no se puede combinar con las estatinas. Tampoco se debería combinar la berberina. Insistió en que el riesgo cardiovascular es algo de todos y que la farmacia posee un papel importante en la detección de personas con riesgo bajo y en el seguimiento farmacológico, favoreciendo la adherencia terapéutica. Si se recomienda una sustancia, es importante que haya cierto control médico. El 30 % de los eventos cardiovasculares ocurren en población con bajo riesgo cardiovascular. Otro punto que valoró positivamente es que los farmacéuticos tienen una gran interacción con los pacientes que van también por otros motivos.

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