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77 Cada vez más personas se someten diariamente a una rutina de skincare, un hábito cuya importancia parece haber calado en los últimos años entre la población. Según una encuesta publicada recientemente por Idealo, los españoles gastan de media 254 euros al año en productos de cuidado de la piel. Crema antiarrugas, contorno de ojos, protector solar, crema de noche, crema facial y gel limpiador son las opciones más demandadas para llevarla a cabo, con un Top 3 de artículos integrado por crema hidratante (47 %), protector solar (34 %) y sérum (27 %). Por tanto, una de las conclusiones que se puede extraer ante tales datos es que cuando se trata de establecer unos cuidados básicos diarios, la piel del cuerpo suele ser la gran olvidada. Pero hay que recordar que la piel es el órgano más grande que tenemos en el cuerpo y, por ello, también el más afectado por patologías diversas, de mayor o menor gravedad. Se calcula que más de 1.800 millones de personas en el mundo presentan, o presentarán a lo largo de su vida, algún tipo de afección cutánea, como recoge la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Además, las enfermedades de la piel pueden influir de manera significativa en la calidad de vida de los pacientes y en su bienestar emocional. Tanto es así que se calcula que el 30 % de los afectados por patologías cutáneas desarrolla alteraciones psicológicas o psiquiátricas como estrés, ansiedad y depresión. El problema de las alergias cutáneas La mayoría de los trastornos de la piel son menores y, generalmente, provocados por las siguientes causas: bacterias atrapadas en los poros de la piel, hongos, parásitos o microorganismos, virus, un sistema inmunitario debilitado, contacto con alérgenos, factores genéticos o enfermedades que afectan la tiroides, el sistema inmunitario, los riñones y otros sistemas del cuerpo. Es por eso que en muchos casos es posible mantener a rayas sus síntomas o minimizar sus efectos con unos cuidados adecuados. Empezando por las dermatitis de contacto alérgicas, una afección que sufre entre el 1-2 % de la población, sin distinción de sexo o edad. En cuanto a los alérgenos más comunes que las causan destacan los metales, las fragancias, los conservantes de los productos de higiene o cosméticos y los tintes capilares. En el caso de las mujeres, una de cada cinco ha desarrollado alergia al níquel por el uso de pendientes LA PIEL SECA ES MÁS SUSCEPTIBLE A LA INFLAMACIÓN Y PICAZÓN, LO QUE PUEDE EMPEORAR LOS SÍNTOMAS DE LA DERMATITIS ATÓPICA desde la infancia. De esta manera, el sulfato de níquel se ha convertido en el alérgeno más frecuente en España, por lo que desde 2004 está en vigor una regulación europea que limita la liberación de este metal en los objetos que tienen contacto con la piel a 0,05 microgramos/ cm2/semana. Sin embargo, sigue estando presente en una multitud de artículos de bisutería, como por ejemplo los pendientes; además de en productos como jabones, detergentes, etc. Por otro lado, la metilisotiazolinona, un conservante incluido en la elaboración de cosméticos y detergentes, también está produciendo una epidemia de alergias, según la AEDV. La reacción a este producto podría provocar un eccema, y afecta aproximadamente del 6 al 8 % de los pacientes europeos a los que se les realiza pruebas epicutáneas. La alergia a fragancias, por otro lado, es la segunda más frecuente en España y la causa de eczemas crónicos, de difícil manejo y que alteran la calidad de vida del paciente. Muchos productos de higiene, de uso doméstico o cosméticos contienen perfumes y es muy complicado evitar el contacto. De igual modo, los dermatólogos advierten sobre las alergias provocadas por los tatuajes, pues algunos pigmentos como los rojos, azules o verdes se elaboran con metales que pueden llevar a desarrollar diferentes alergias. “El término ‘alergia cutánea’ es muy popular en la población pero es utilizado de forma inadecuada y excesiva, pues la mayoría de los pacientes creen que la dermatitis que padecen es de naturaleza alérgica”, asegura Juan Francisco Silvestre, coordinador del Grupo Español de Investigación de la Dermatitis de Contacto (GEIDAC). Así, las enfermedades cutáneas que se pueden englobar dentro del término‘alergias de la piel’son: la urticaria, la dermatitis atópica y el eczema de contacto. Para estudiar si un eczema es alérgico, hay que realizar pruebas epicutáneas (prueba del parche o patch test). De hecho, dado que el único tratamiento eficaz ante la dermatitis alérgica de contacto es evitar las sustancias que le producen alergia, es fundamental su diagnóstico para verificar o descartar sensibilizaciones. Dermatitis atópica, controlar una patología impredecible A menudo la dermatitis de contacto se confunde con la dermatitis atópica, al manifestar erupción cutánea inflamada, roja y picores. Es cierto que estas dos afecciones de la piel presentan síntomas similares, pero sus causas y desencadenantes son diferentes. Aunque la razón exacta de que aparezca la dermatitis atópica es desconocida, las evidencias sugieren que ciertos factores, como el estrés, el clima, las alergias y la genética, pueden desencadenar la enfermedad o empeorar los síntomas. Se trata de una patología mucho más impredecible, sin embargo, hay medidas que se pueden tomar para prevenir o reducir los brotes. Los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra las condensan en cinco puntos. Una de las principales claves para prevenir la dermatitis atópica es evitar los desencadenantes que puedan empeorar los síntomas. Por ejemplo, si se es alérgico a ciertos alimentos, por lógica hay que descartarlos de la dieta. O si el clima frío empeora la piel, cubrirla con ropa adecuada y evitar los baños con agua caliente. Además, es conveniente no usar jabones y cremas agresivos que puedan irritarla y sustituirlos por opciones diseñadas específicamente para la piel sensible. La hidratación es siempre necesaria, pero para prevenir la dermatitis atópica resulta vital. No en vano, la piel seca es más susceptible a la inflamación y picazón, lo que puede empeorar los síntomas de la enfermedad. Con lo cual, es importante mantener la piel hidratada usando un producto formulado para tal fin, que deberá aplicarse después del baño o la ducha, cuando la piel aún está húmeda, para ayudar a sellar la humedad. Igualmente, la elección de la ropa adecuada es importante para prevenir la dermatitis atópica, puesto que prendas demasiado ajustadas o hechas de materiales sintéticos pueden irritar la piel y empeorar los síntomas de la afección. En cambio, es preferible optar por ropa suelta y fabricada de materiales naturales como el algodón, que es suave y transpirable. Mantener el hogar limpio es otra clave para prevenir la dermatitis atópica. El polvo, los ácaros del polvo y otras partículas también influyen en los brotes. Así pues, es importante extremar

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