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139 El estado ocular de los españoles apenas obtiene un aprobado, con una puntuación de 5,20 sobre 10, de acuerdo con la cuarta edición del ‘Barómetro de Bienestar Ocular en la Población española’, impulsado por Miranza. Es decir, nuestra salud ocular tiene margen de mejora, especialmente en lo que respecta a la prevención y la detección temprana de ciertas enfermedades. Aunque el acceso a oftalmólogos es bueno en comparación con otros países, muchas patologías se diagnostican tarde debido a la falta de revisiones periódicas y de síntomas evidentes. Teniendo en cuenta este contexto, las farmacias comunitarias pueden desempeñar un papel crucial en todo lo relacionado con cribado y detección temprana, educación y sensibilización y derivación rápida al especialista. Y, por supuesto, consejo farmacéutico a la hora de recomendar lágrimas artificiales para el ojo seco, suplementos para la salud visual o hábitos saludables. Magdalena Colino González, titular de oficina de farmacia y vicepresidenta de la Asociación de Empresarios Farmacéuticos de Madrid (Adefarma), recuerda que la prevención en el ámbito de la salud ocular es importante, “ya que preservar el sentido de la vista es muy importante para el desarrollo personal de cualquier paciente”. Se muestra de acuerdo con que, desde la oficina de farmacia, se puede derivar al oftalmólogo a pacientes con síntomas y hacer pedagogía sobre la importancia de la medición de la presión ocular, la agudeza visual, etcétera. Advierte de que, en muchos casos, hay que hacer una derivación al médico, puesto que “la mayoría de los fármacos indicados para conjuntivitis bacteriales y víricas o para orzuelos solo se puede dispensar con receta médica”. Si bien, desde su organización reivindican que “el farmacéutico está capacitado para tratar síntomas menores siguiendo un protocolo consensuado, algo que ayudaría a no sobrecargar el sistema público de salud”. La de problemas de salud ocular en una de las consultas que más habitualmente llega al mostrador de la farmacia comunitaria. Noelia Tejedor García, farmacéutica comunitaria y vocal de la Sociedad Científico Profesional de Farmacia Iberoamericana Comunitaria (SOCFIC), describe que el farmacéutico, tras realizar una anamnesis inicial, prescribe el remedio más adecuado para dicha situación clínica. “Durante esta entrevista inicial, que se encuentra perfectamente protocolizada, el farmacéutico también puede detectar signos y síntomas de alarma que nos hagan pensar que el paciente requiere de un nuevo diagnóstico o una prescripción médica y, por lo tanto, requiera de una derivación al médico”, insiste. Esta labor sanitaria es fundamental en la prevención y detección temprana de patologías oculares. Justifica que, gracias a su accesibilidad y profesionalidad, el farmacéutico comunitario desempeña un papel clave en la identificación temprana de alteraciones oculares, especialmente en pacientes de riesgo, como aquellos con diabetes o hipertensión, facilitando así una intervención oportuna y mejorando los resultados en salud visual. “El cambio que anhelamos, y que aún no se materializa, es un verdadero cambio de paradigma, en el que estas intervenciones se integren de forma efectiva dentro del sistema público de salud, mediante protocolos de cribado respaldados por herramientas diagnósticas y una auténtica colaboración interdisciplinar”, expresa. Alega que la implementación de este modelo no solo optimizaría los recursos sanitarios, sino que supondría un significativo ahorro para las arcas públicas, “aliviando la carga asistencial de los compañeros de Atención Primaria y, sobre todo, mejorando la calidad de la atención y los resultados en salud de los pacientes”. Razona que “esto no es una simple propuesta, sino una estrategia respaldada por evidencia”. En varios países europeos, la integración de la farmacia comunitaria en el abordaje de patologías menores ha demostrado ser tan eficaz que incluso se han destinado fondos públicos para campañas de concienciación en medios de comunicación, orientadas a educar a la población sobre la importancia de optimizar el uso de los recursos sanitarios. Estas campañas promueven un cambio en el modelo asistencial, instando a los ciudadanos a evitar la consulta médica ante afecciones leves y autolimitadas, como la conjuntivitis irritativa o la sequedad ocular leve, y a acudir en su lugar a la farmacia comunitaria. “Este enfoque ha demostrado reducir significativamente la sobrecarga en la Atención Primaria, permitiendo que los profesionales médicos concentren sus esfuerzos en patologías de mayor complejidad”, argumenta. Un papel privilegiado Es evidente que la farmacia comunitaria, en palabras de Loli Fernández Otero, farmacéutica adjunta y vocal y miembro de varios grupos de trabajo de las sociedades científicas SOCFIC y la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), “tiene un papel privilegiado”, ya que es el centro sanitario más próximo a la población en cuanto a cercanía, y a la confianza con los pacientes. Es el primer sitio donde los pacientes van a acudir para pedir opinión, o para ver si se les puede proporcionar algún medicamento o producto sanitario para aliviar el problema ocular. “La farmacia comunitaria está en proceso de cambio hacia una farmacia asistencial, y debemos estar preparados para ello. Debemos saber distinguir cuándo podemos tratar una dolencia menor que no necesita un diagnóstico médico o cuándo es necesario derivar”, ratifica. Hace hincapié en que, para ellos, están los protocolos de indicación farmacéutica. “Al aplicarlos, sabemos quién es el paciente en cuestión, la edad, qué síntomas presenta, qué medidas ha tomado para aliviar el síntoma, qué enfermedades padece y sus tratamientos y si hay alguna alergia. Con todos estos datos, se le proporciona un medicamento o un producto sanitario, o bien se deriva al médico en caso de no poder tratarlo nosotros”, dice. En el caso de proporcionar una indicación farmacéutica, afirma que se hará una dispensación de un medicamento que no necesite prescripción médica y que, además, se darán las directrices de cómo debe utilizarse, añadiendo unos consejos para prevenir el síntoma menor. Desde la farmacia, y debido a la cercanía mencionada, se tiene la ventaja de poder contactar con el paciente para ver la evolución y hacer el seguimiento y, si no se alivia el síntoma, hacer una derivación al médico. EL SÍNDROME DEL OJO SECO ES UNA DE LAS PRINCIPALES CAUSAS DE DISCONFORT OCULAR

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