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EL FARMACÉUTICO 14 Silvia Sesé (Huesca) Nuestra siguiente protagonista nos trae una historia apasionante. Silvia es ya la cuarta generación de farmacéuticos en Barbastro (Huesca): “Mi bisabuelo abrió la farmacia en el año 1901. Recuerdo con cariño cómo de niña pasaba las tardes en la rebotica ayudando a mi abuelo y a mi padre a colocar los medicamentos por orden alfabético y pidiéndoles que me dejaran ‘cocinar’ con ellos en la encimera de mármol”, empieza a relatarnos antes de asegurar que “me siento realmente afortunada de poder trabajar en la farmacia comunitaria”. Silvia regenta una botica de barrio con clientela fiel, cuyo perfil mayoritario responde al de “una persona mayor y polimedicada. El SPD automatizado es esencial para asegurar la adherencia terapéutica. Esto implica además conocer a nuestros pacientes en profundidad: no solo les preparamos el SPD, también hacemos recomendaciones nutricionales y de estilos de vida saludables para una mejora integral de la salud”. Para ella es fundamental la comunicación con el médico. En este sentido, asegura que “aunque a raíz de la pandemia mejoró, todavía queda un largo camino que recorrer”. A su vez, considera que la farmacia comunitaria está infravalorada por el sistema sanitario: “Somos profesionales sobradamente preparados, como así lo percibe una gran mayoría de la población, y podríamos ser una herramienta fundamental para aliviar la sobrecarga asistencial de la Atención Primaria”, lamenta, aunque no duda en afirmar que “la unión hace la fuerza: la colaboración entre médico y farmacéutico es un tándem que beneficiaría sobremanera al paciente”. La realidad es que la farmacia ha pasado de ser un simple punto de dispensación de medicamentos a un centro de referencia en salud. Así, explica que “muchos pacientes acuden a la farmacia en primera instancia ante un problema de salud, y aquí es donde podríamos ser de gran utilidad, porque si tenemos unos protocolos bien establecidos sabremos cómo actuar y en el caso de que la situación lo requiera derivar al médico”. Si miramos más allá de nuestras fronteras, vemos que varios países europeos tienen remunerados ciertos servicios sanitarios. Es el caso por ejemplo de Pharmacy First en Reino Unido. “Este programa podría desarrollarse perfectamente en nuestro país porque el farmacéutico dispone de formación y herramientas para ello”, advierte Silvia, y añade: “Ahora bien, nuestro caso es distinto porque allí los medicamentos dispensados por el farmacéutico están financiados por el sistema público, y aquí no. Es un modelo que habría que adaptar a la realidad española”. En otro orden de cosas, opina que “La IA o el big data son herramientas que al final formarán parte de nuestro trabajo, aunque soy de la opinión que siempre se va a conocer mejor a un paciente a través del contacto personal”. De lo que no hay duda es de que la farmacia es un servicio de primera necesidad entre la población. Piensa que “hay que adaptarse a la realidad cambiante, pero creo que la presencia del farmacéutico en la farmacia asistencial es insustituible”. Concluye que “tenemos una de las profesiones más gratificantes del mundo y somos un eslabón clave del sistema sanitario. Hay que luchar por seguir poniendo en valor la importancia de nuestra integración en el mismo”. Alberto Lahoz (Zaragoza) Antes de ser farmacéutico, Alberto atesoró un nutrido elenco de experiencias. De modo que dedicó tiempo a la investigación llegando a ser el director técnico de un laboratorio de este sector en Cataluña. Más tarde decidió volver a su tierra natal, Zaragoza, para regentar su propia farmacia rural. “A través de la oficina de farmacia se puede ayudar a tratar las diversas patologías y a concienciar de la importancia de la prevención de la salud”, afirma. Su botica está enclavada en el municipio aragonés de Aniñón, con poco más de 600 habitantes. Allí, explica, “ofrecemos un trato cercano al cliente, tanto es así que nada más entrar por la puerta ya sabemos sus patologías y los tratamientos que tiene pautados”. Precisamente, una de las fortalezas de la farmacia rural es que esta cercanía permite poner en práctica un mejor seguimiento y cumplimento terapéutico, así como valorar posibles interacciones. “También somos el único punto sanitario disponible por las tardes en el municipio, por lo que muchas veces los clientes pasan por la farmacia para que le valoremos antes de desplazarse a urgencias, que se encuentra en otro municipio”, relata. Añade que “en Atención Primaria ayudamos a los centros de salud a realizar un primer triaje debido a la comunicación directa y bidireccional con los médicos y enfermeras, así como en el seguimiento de que se cumplan las pautas terapéuticas establecidas”. En prevención de salud, la farmacia contribuye a mejorar los hábitos nutricionales, a adoptar buenas medidas de protección frente al sol y al abordaje de la salud mental, entre otras cue- “ME SIENTO REALMENTE AFORTUNADA DE PODER TRABAJAR EN LA FARMACIA COMUNITARIA” >>

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