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62 APARATO RESPIRATORIO UN SISTEMA INMUNOLÓGICO FUERTE ES CRUCIAL PARA PROTEGERNOS DE ENFERMEDADES, Y ESTOS DOS NUTRIENTES SON FUNDAMENTALES PARA SU CORRECTO FUNCIONAMIENTO. Selenio y vitamina D: esenciales para fortalecer el sistema inmunológico Para que el sistema inmunolólgico funcione adecuadamente tiene que ser capaz de controlar sus ataques: debe atacar con rapidez y eficacia, pero una vez derrotado el culpable, debe detener el ataque inmunológico. Si estos ataques se prolongan y se vuelven ‘sobreacelerados’, pueden causar daños. Aquí es donde entra en escena la vitamina D, que ayuda a regular el sistema inmunológico y a mantener los ataques bajo control para que no duren más de lo necesario. Un buen ejemplo de una respuesta inmunológica exagerada se observa en las infecciones respiratorias, cuando el sistema inmunológico lanza ataques inflamatorios que apuntan al virus que causa la infección. Si esta respuesta inflamatoria, que es esencialmente una herramienta útil, se vuelve crónica, puede dañar el tejido pulmonar. Esto es lo que vemos en pacientes1 con síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), donde el ataque inmunológico descontrolado daña el tejido pulmonar sano. El selenio, por su parte, apoya a las enzimas antioxidantes, como la glutatión peroxidasa (GPX), que protegen las células del daño oxidativo. Además, regula las células inmunitarias, incluidas las células T, y potencia la respuesta del cuerpo a las infecciones. Y, al igual que la vitamina D, ayuda a modular las respuestas inflamatorias, evitando así ataques inflamatorios excesivos. E incluso hay estudios que demuestran que el selenio evita que los virus muten y se vuelvan mucho más peligrosos. Por lo tanto, carecer de vitamina D y selenio supone poner la defensa inmunológica en desventaja, pero es fácil garantizar una ingesta adecuada de ambos nutrientes tomando complementos. Los expertos afirman que la ingesta diaria de selenio idealmente debería rondar los 100-125 microgramos, que es más del triple de la cantidad que se encuentra en una dieta promedio. En el caso de la vitamina D, hay muchos factores que pueden afectar a la absorción y utilización de este nutriente por parte del organismo. Lo mejor es hacerse un análisis para determinar los niveles de vitamina D en sangre, que debería rondar los 75 nmol/L (75 nanomoles por litro de sangre) o ser superior, pues algunos médicos y expertos recomiendan 100 nmol/L. Sorprendentemente, muchas personas, incluso en poblaciones que viven en zonas soleadas del mundo como España2 y Portugal, tienen deficiencia de vitamina D o niveles insuficientes de este nutriente. Por ello, a la hora de elegir un complemento es imprescindible elegir marcas documentadas que tengan una buena absorción y biodisponibilidad de su contenido activo. Esta es la única forma de garantizar que los complementos funcionen como se espera. 1‘Vitamin D deficiency contributes directly to the acute respiratory distress syndrome (ARDS)’ Thorax, 2015 Jul;70(7):617-24. 2‘Vitamin D deficiency in Spain: a population-based cohort study European Journal of Clinical Nutrition volume 65, pages 321–328 (2011).

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