EL FARMACÉUTICO 8 Catalina Pascual (Islas Baleares) Para Catalina, ser farmacéutica supone “trabajar por y para el paciente en una visión 360º”. Esto comporta “desde hablar un ratito de los problemas que tiene el paciente hasta detectar y solucionar problemas relacionados con su medicación”. Una farmacéutica de verdad que actúa desde su botica como agente sanitario imprescindible para sus vecinos de Manacor. “Lo más bonito de mi profesión es comprobar la evolución del paciente y cómo influyes positivamente en su salud”, confiesa. Una farmacia de barrio, la suya, a la que acuden en su mayoría personas de edad avanzada y polimedicadas. Con todo lo que ello comporta para el sistema, pues gracias a la labor incansable de boticarios entregados como Catalina se ahorran miles de ingresos en hospitales y gastos sanitarios. Y es que, en España, entre los años 2005 y 2015, la polimedicación durante al menos seis meses se triplicó, según un estudio de semFYC. “En este sentido, por ejemplo, actuamos en un envejecimiento saludable y tratamos siempre a todo aquel que entra por la puerta como si fuera único, adaptándonos a sus necesidades”, asegura. Pero pese a todas las fortalezas del modelo de farmacia actual, la farmacéutica echa en falta más prevención. “Tenemos problemas de comunicación con el médico, lo que dificulta enormemente el seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes”, lamenta, y añade que la falta de implicación de las autoridades sanitarias con las farmacias “impide la ampliación de sus servicios”. Nuestra protagonista pertenece a una nueva generación de farmacéuticos con mucho entusiasmo y gran espíritu de servicio público: “Nuestro empeño es pasar del paradigma de la farmacia centrada en el negocio a la farmacia centrada en el paciente. Falta que nuestros representantes y las autoridades sanitarias se impliquen más con nosotros”. Advierte además que esa transformación se está produciendo ya a pequeña escala con más asistencialidad. En este sentido, “me parece imprescindible el servicio de Nodofarma Asistencial que ya tenemos implementado, no obstante, hay ciertas dificultades en la aceptación por parte de los pacientes”, sostiene. ¿Cómo atajar la remuneración de los servicios profesionales farmacéuticos? “El paciente no ve el valor de esos servicios profesionales”, admite rotundamente Catalina, y añade: “Otros servicios como nutrición están en alza debido a la demanda de los usuarios, de hecho, yo misma estoy cursando el Grado de Nutrición porque es un complemento perfecto para poder dar un buen servicio asistencial y ayudar en tema de prevención”. ¿Son los servicios complementarios el futuro? “Absolutamente no, creo que el futuro es un modelo de farmacia asistencial”, manifiesta. Modelos como el de Reino Unido, que apuestan por los servicios sanitarios remunerados a través del sistema público, podrían contribuir a “tener una población más sana, con menor saturación del sistema público y menor gasto farmacéutico”. Está claro que el sector necesita un cambio pero, ¿cuál? Considera que “se está realizando a pequeña escala con más asistencialidad, pero falta hacerse con legislación a nivel nacional”. “MODELOS COMO EL DE REINO UNIDO CONTRIBUYEN A TENER UNA POBLACIÓN MÁS SANA, CON MENOR SATURACIÓN DEL SISTEMA PÚBLICO Y MENOR GASTO FARMACÉUTICO” ¿CÓMO HA EVOLUCIONADO EL PAPEL DEL FARMACÉUTICO? ¿HACIA DÓNDE SE DIRIGE LA FARMACIA COMO ESPACIO DE SALUD? EN ‘A PIE DE CALLE’, SIEMPRE EN CONTACTO DIRECTO CON LOS PROFESIONALES DEL SECTOR, BUSCAMOS RESPUESTAS A ÉSTAS Y OTRAS PREGUNTAS CLAVE. A pie de calle
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