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TRASTORNOS DEL SUEÑO 90 TIPOLOGÍA DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO Los principales trastornos del sueño son: • Falta de sueño: insomnios. • Exceso de sueño: hipersomnias. • Parasomnias: manifestaciones inusuales durante el sueño. Problemas respiratorios... • Trastornos del ritmo cardíaco: disfunciones en el reloj interno. la actividad diurna. Mientras que el área esencial que desencadena y coordina los elementos del sueño REM parece radicar en la parte anterior del núcleo reticularis pontis oralis. Según la Clínica Mayo, entre sus funciones vitales, el sueño contribuye a mantener el metabolismo neuronal, a poner el sistema cardiovascular en reposo y a servir de equilibrio para metabolismo de los líquidos dentro del organismo. Junto a su implicación en la conservación de la energía del cuerpo y su papel en la termorregulación y la‘detoxificación’cerebral, además de la restauración de tejidos y la capacidad para la memoria y el aprendizaje. En lo que respecta a la temperatura corporal, esta baja según avanza el sueño. Mientras que perder el 50 % de sueño saludable durante seis días reduce la tolerancia a la glucosa, baja la tirotropina y eleva las concentraciones de cortisol al atardecer, además de la actividad simpática. Con perjuicio de la consolidación de la memoria de entrenamiento, si el sueño REM se ve impedido. Entre la almohada y la importancia clínica La privación de sueño lleva a somnolencia y menor rendimiento psicomotor, con reducción de la capacidad verbal y del razonamiento cotidiano con repercusiones clínicas. A partir de una falta de claridad mental que dificulta afrontar adecuadamente situaciones novedosas, como se ha estudiado abundantemente en médicos residentes que incurren en errores de juicio, sufren más accidentes de tráfico y pueden desarrollar depresión tras largas vigilias mantenidas durante guardias prolongadas. El sueño normal se caracteriza por cambios en la postura horizontal cada 20 minutos para evitar lesiones por presión, sin especial interrupción del sueño en estos pequeños despertares, salvo que existan patologías que dificulten la movilidad de la persona, como la artritis o la enfermedad de Parkinson, en las que el cuadro nocturno se complica. En condiciones normales facilita la llegada del sueño disponer de un lugar tranquilo y no expuesto a luces o ruidos que actúen de estímulo. Dicho inicio en el acto de dormir puede verse retrasado tanto por cambiar de escenario como por estrés, miedo, dolor, actividad importante o consumo de sustancias excitantes. Factores que retrasan la somnolencia, generalmente caracterizada por tendencia a la inmovilidad, menos parpadeos espontáneos y bostezos, aunque estos no siempre son signo de proximidad al sueño. Una somnolencia que se confirma con la dificultad para mantener abiertos los ojos, la no reacción a estímulos exteriores y una mayor temperatura en pies y manos. Son fenómenos de potencial interés clínico durante el sueño el hablar dormido (somniloquia), las pesadillas ocasionales, la parálisis de sueño aislada, los ronquidos moderados que no conllevan apnea ni somnolencia durante el día o los movimientos puntuales de las extremidades, entre otros posibles. Cuando empiezan los problemas serios La falta de sueño produce mareos, falta de concentración y olvidos de memoria durante la jornada. Además de estorbar el desempeño físico con riesgo también de alteración del ánimo y padecimiento de alucinaciones. Ya que, sin descanso efectivo, las neuronas pierden mucha energía y dejan de funcionar bien. Sin olvidar el problema que supone el deterioro de las conexiones neuronales que suelen realizarse durante la noche. Mientras que un sueño profundo libera la hormona de crecimiento necesaria para los niños y adultos jóvenes, a la vez que se generan más proteínas y se pierden menos durante el sueño. Pero, sin embargo, muchas personas padecen problemas de sueño sin percibirlo, a excepción de sentirse cansados y con dificultad para iniciar sus tareas. Dándose la posibilidad de que surjan en el tiempo trastornos del sueño como problemas relacionados a la hora de dormir, tanto si es al conciliar el sueño o al mantenerlo, como si el problema es quedarse dormido en situaciones involuntarias, dormir demasiado y desarrollar conductas anormales durante el sueño. Tales trastornos del sueño interfieren con el trabajo y el desenvolvimiento social de las personas, siendo frecuentes en personas con patología mental. Hasta el punto de que el insomnio crónico puede llevar a depresión y ansiedad. De forma general, los trastornos del sueño son la falta de sueño (insomnios) o su exceso (hipersomnias), aparte de las manifestaciones inusuales durante el sueño (parasomnias), como pueden ser los problemas respiratorios o los trastornos del ritmo cardíaco, que se constituyen en disfunciones del reloj interno. Entre las hipersomnias que arrastran la inclinación a dormir a cualquier hora se distingue la narcolepsia, cuyos síntomas principales son la perdida de tono muscular (cataplexia) sin perder la conciencia, las alucinaciones hipnagógicas y las parálisis del sueño con imposibilidad de hablar en el paso de la vigilia al sueño, probablemente por defecto de la hormona hipocratina. También existen los casos de hipersomnia idiopática con superación de las 10 horas de sueño y de somnolencia diurna que produce siestas prolongadas pero sin descanso asociado. Aparte de las hipersomnias psicógenas como las que pueden derivarse del trastorno HOMEOSTASIS, CICLO CIRCADIANO Y EDAD MARCAN EL TIEMPO DE SUEÑO

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