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DISTRIBUCIÓN 30 como la visión, la veterinaria o la ortopedia. Pero sí como confirmación de que son esas dos dinámicas de trabajo las más descriptivas sobre el trabajo general consultivo y dispensador de los farmacéuticos comunitarios. Unas actividades que, en el conjunto de la red estatal, suponen el 18 % de las farmacias con dermo y el 17 % con nutrición, categorías no excluyentes. En el caso de la Castilla y León, como región, su especialización en dermo no supera el 16 % de sus farmacias, mientras que las que hacen nutrición caen al 14 %. En una situación a paradojas como que es la provincia de Soria la que tiene más dedicación a dermo (24 %) al igual que ocurre con Valladolid en nutrición (22 %). En paralelo, y para La Rioja, las boticas que refieren como especialización destacada demo en su actividad diaria igualan la media nacional (18 %), pero ven como retrocede la nutrición al mero 15 %. Porque la salud empieza por uno mismo Precisamente porque la salud empieza por uno mismo, el bienestar económico de un número creciente de farmacias reside en sus mayores ventas de productos para el autocuidado. Algo cuantificable a raíz de los datos de evolución del mercado del Consumer Health (CH) que consigna regularmente Shoppertec a partir de una metodología bien acotada. Metodología que orbita en torno al Índice de Actividad de Marca (IAM), calculado mediante la auditoría de las 153 marcas de autocuidado más importantes, de las que son responsables los 96 laboratorios más conspicuos de este mercado. Índice que se obtiene en una escala de 0 a 100 para determinar una clasificación en cinco tipos de farmacia que van de la ‘A’ a la ‘E’, según sean más fuertes o nada fuertes en autocuidado. Al ser las oficinas del primer grupo (‘A’) aquellas que venden todas las marcas en CH, mientras que las oficinas ‘E’ no pueden ofrecer a sus usuarios ninguna de esas 153 marcas esenciales. Ambos extremos entre los que los otros tipos de establecimiento, ‘B’, ‘C’ y ‘D’, ocupan posiciones intermedias. Esta clasificación sirve en esta ocasión, como en otras anteriores, para saber que en Castilla y León únicamente existe un 15 % de farmacias del tipo ‘A’, frente a un abultado grupo de farmacias ‘E’ (44 %). Un contexto regional en el que la provincia de Burgos ofrece una apreciable mejoría en forma de un 20 % de farmacias del tipo‘A’, frente a un 33 % de farmacias‘E’, mientras que Valladolid opone un 20 % de farmacias ‘A’ a un 25 % de farmacias ‘E’. Aunque dominan en la comunidad autónoma las farmacias con ausencia de CH, como ocurre en Zamora y Soria (58 %), y especialmente Ávila, donde las oficinas del tipo ‘E’ llegan al 61 %. Desde una posición solo levemente más favorable al CH que en tierras castellanoleonesas, La Rioja dispone de un 20 % de farmacias tipo ‘A’ en contraposición a un 37 % de farmacias tipo ‘E’. Junto a los datos poco esperanzadores de que las farmacias ‘B’ solo suponen el 5 %, las ‘C’ el 8 % y las ‘D’, con pocas marcas a la venta para el autocuidado, el 20 %. Entre el Duero y el Ebro De la submeseta norte al Ebro, tratar de Castilla y León en comparación de La Rioja, es hablar de tierras de riberas, vinos y buenos caldos que traen notables diferencias dentro de similitudes apreciables. Partiendo de que, quizás, haya que andar algo más de diez minutos para encontrar una farmacia en tierras castellanoleonesas que en suelo riojano, aunque encontrando siempre en ambos casos el medicamento prescrito, consejo atento y buenas ideas para cuidar la propia salud. Territorios limítrofes que aun deben atender a inminentes realidades, como será un mayor uso de los datos para llegar mejor al paciente sin importar las distancias, como señala Shoopertec.

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