7 Viene de una familia de farmacéuticos. Vicente Salort Llorca lleva ya 18 años en la Farmacia Salort, en Jávea (Alicante). Ocho como titular y los diez anteriores como adjunto. Previamente, trabajó nueve años en la de su padre, en Callosa d’en Sarriá, un pueblo de Alicante. Su filosofía es la de “satisfacer las necesidades del paciente, intentando aportarle siempre algo más que una mera caja”. Además, “siempre escuchar las necesidades, aconsejar y aportar esta diferenciación con un buen consejo”. Dice que les gusta que sus pacientes sepan que “esta farmacia es un sitio en el que van a encontrar una solución a sus necesidades”. Hace un año, pasaron de 110 metros cuadrados a 310. Antes de esta ampliación, eran dos farmacéuticas adjuntas, tres técnicos auxiliares y el titular. Ahora, han contratado más gente y en los últimos meses lo siguen haciendo “porque el nivel de afluencia ha aumentado”. Remarca que ésta es una farmacia que exige tener bastante personal gestionando. En estos momentos, son nueve personas, cuatro farmacéuticos y cinco auxiliares. Su horario es de 9:00 a 20:00 horas de lunes a viernes y sábados de 9:00 a 14:00. En julio y agosto, trabajan de 9:00 a 21:00 de lunes a sábado y los domingos de 10:00 a 14:00. “En nuestra farmacia, hay afluencia todo el año, pero en verano se incrementa por el turismo y por eso ampliamos horario”, informa. Tras una buena experiencia Para ampliar el local, han apostado por Apotheka. Le preguntamos por qué optó por esta empresa especializada. Cuenta que habló con un compañero, que es el que les puso en contacto, “porque había tenido una buena experiencia” y le recomendó Apotheka. No obstante, reconoce que pidió tres presupuestos. “Finalmente, me decidí por Apotheka porque supieron plasmar muy bien lo que quería”, señala. En concreto, Alejo Lozal, director creativo de Apotheka y arquitecto de interiores, fue la persona que desarrolló todo el proyecto con el equipo de Apotheka. “Lo que terminó de convencerme fue su cercanía y el hecho de ver que él iba en sintonía conmigo y que, la idea que yo le transmitía, él me la podía plasmar sobre papel. Él entendía lo que yo quería transmitir: que mi farmacia tuviera sus puntos diferenciadores y espacios amplios”, manifiesta. Añade que, con su profesionalidad, supo plasmar lo que tenía en mente, aunque no lo podía materializar en un proyecto. “El objetivo de nuestra farmacia es que vengas a disfrutar de ella, y que se convierta en un lugar donde puedas desconectar el tiempo que permanezcas allí, porque la farmacia se presta a ello”, prosigue Salort Llorca. Aparte de que ahora tienen mucha exposición y más servicios, la ampliación les ha permitido ofrecer experiencias para sus pacientes que les hacen ser “mucho más que una farmacia tradicional”. Disponen de una zona infantil que tiene mucho surtido, una zona de juegos interior con una mesita para pintar y juegos didácticos. Hay, en el exterior, un pequeño parque cerrado que se llama Hi Park!, en línea con su identidad corporativa. Explica que hay niños que van directos a jugar; que entran y salen con sus familias sin necesidad de comprar en la farmacia. Siempre les invita a “que pasen y disfruten de la farmacia”. Por otro lado, tienen también una zona de lectura para que a quien le apetezca se siente un rato y disfrute de la lectura. “Es una farmacia cómoda para que el cliente sienta la libertad de estar observando y paseando”, afirma. Recuerda que muchas veces los pacientes van con las prisas dispuestos a llevarse su medicación y salir pitando. Si bien, “al entrar, ves cómo les cambia literalmente la cara y bajan pulsaciones. Es curioso ver cómo les cambia el ritmo. Entran con prisas y salen más relajados”. Igualmente, tienen continuamente música relajante que ayuda a conseguir ese estado de calma. Personalmente, entiende la salud como un cúmulo de muchas pequeñas cosas. Apuestan por poner su granito de arena para “bajar el nivel de cortisol de la sociedad”. Ésta es la inversión más grande que ha hecho nunca. “Es mi proyecto vital más importante y sé que va a ser para toda mi vida si las cosas no cambian”, declara. “Tenía que estar seguro de todo. Pese a la magnitud, este proyecto me ha hecho darme cuenta de que lo mejor es rodearte de gente que domina la materia”, sostiene. Prefiere estar encima de todo lo que hace, pero se dio cuenta de que “una vez que tienes confianza en el profesional, ganas mucha salud delegando y desentendiéndote en cierta manera, que lo que te lleguen sean meras consultas”. Subraya que Lozal y el resto del equipo de Apotheka siempre hacían ese filtro,“solucionando los inconvenientes que iban saliendo y asegurando los plazos a los que se habían comprometido”. “El no tener que ser tú el que negocie con los oficios ayuda mucho. Ha sido un cambio de mentalidad para bien el poder estar tranquilo con el proceso delegando en profesionales”, describe. Durante la ampliación, no cerraron ningún día. Todo se sincronizó para que en el momento de tirar el tabique estuviera todo listo. Apotheka trabajó en el local nuevo mientras ellos estaban atendiendo en el antiguo. Luego, se mudaron a la parte nueva mientras hacían la antigua. Finalmente, se hizo el trabajo de unificar.
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