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68 REPELENTES DE INSECTOS nidad, bien a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios o por la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. La duración del efecto del producto varía mucho dependiendo del que se utilice (ingrediente activo, concentración y formulación), de la temperatura ambiente, del nivel de sudoración, de la exposición al agua o del uso simultáneo con cremas fotoprotectoras. Por ello, lo mejor es utilizar siempre un producto autorizado, seguir las indicaciones de aplicación de su etiquetado o del prospecto y preguntar cualquier duda al farmacéutico. De lo contrario, cabe recalcar, podría no ser efectivo. A pesar de la diversidad de productos existentes, los farmacéuticos explican que podemos seguir una serie de criterios generales a la hora de utilizarlos. Así, no se deben aplicar por debajo de la ropa y deben utilizarse durante los periodos en que pican este tipo de mosquitos, a media mañana y a última hora de la tarde, teniendo en cuenta que la mayor actividad se produce entre los meses de mayo y noviembre. Hay que evitar el contacto con mucosas, párpados y labios, y no aplicar tampoco sobre heridas, piel sensible, quemada por el sol o dañada. En el caso de utilizar protectores solares, apuntan desde el CGCOF, hay que aplicar estos en primer lugar y dejar pasar al menos 30 minutos antes de aplicar el repelente. Es necesario también lavarse las manos nada más utilizar el repelente, y tener en cuenta que las clásicas lociones en spray no deben aplicarse en zonas sensibles como los ojos. Asimismo, los repelentes con atomizador es conveniente aplicarlos en ambientes abiertos, para evitar la inhalación del producto y asegurarnos de que no haya alimentos cerca. Pero, antes que nada, señala Diego Rodríguez, secretario del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, “es recomendable consultar con tu farmacéutico qué repelente puede venirte mejor según el insecto, la actividad a realizar, las características personales, etc., puesto que estos productos son eficaces para evitar picaduras de cualquier tipo”. “Los farmacéuticos contamos con la preparación necesaria para entender a la perfección las indicaciones de cada repelente y recomendar el que más se ajuste a las necesidades de cada persona”, asegura el secretario de la institución colegial. Por último, Rodríguez hace hincapié en que, en caso de que la picadura ya se haya producido, el farmacéutico también podrá guiar al paciente en su proceso de recuperación para que sea lo más liviano posible y no suponga complicaciones mayores. Los repelentes más demandados Sin embargo, como siempre cuando se trata de salud, más vale prevenir que curar. Por esa razón, en este artículo nos vamos a enfocar en los repelentes para mosquitos disponibles en el mercado. No sin mencionar que, además, existe otro método para ahuyentar las picaduras: el de las barreras físicas, especialmente recomendable sobre todo para aquellas personas para las cuales esté contraindicada la aplicación de repelentes. Así, colocar mosquiteras en puertas y ventanas es una medida fácil y efectiva, al igual que usar ropa clara que cubra el cuerpo lo máximo posible. En segunda instancia podemos recurrir a las barreras químicas, es decir, los repelentes. Más allá del tipo de producto, todos deberían cumplir con una serie de requisitos: que permitieran una eficacia de más de ocho horas sin necesidad de repetir la aplicación, que sean efectivos para diferentes especies de insectos, que no irriten la piel y las mucosas, y que sean resistentes al agua y a la abrasión e inoloros. En este sentido, el marcado ofrece varias alternativas en función de las necesidades que queramos cubrir. El DEET o dietiltoluamida es el repelente más utilizado y eficaz, según la OMS. Dependiendo de la concentración de este compuesto, su efecto será más o menos duradero: un 15 % de DEET tendrá efecto unas seis horas. Eso sí, se desaconseja su aplicación en niños de entre uno y dos años, y en peques de entre dos y 12 años se recomiendan concentraciones de hasta un 10 %, con la posibilidad de reaplicar hasta tres veces al día. A partir de los 12 años, las concentraciones recomendadas son de hasta el 30 %. En cuanto a las mujeres embarazadas en el segundo y tercer trimestre, así como las madres lactantes, pueden utilizar el DEET con seguridad. En cambio, no es recomendable su uso durante el primer trimestre de embarazo, ya que puede suponer un riesgo para el feto. Por otro lado, el icaridin es una alternativa al DEET para repeler mosquitos, garrapatas y moscas. Es un derivado no tóxico de la pimienta que no daña los plásticos ni los tejidos y, además, existen presentaciones para todos los gustos, como geles, sprays, crema, etc. Las concentraciones recomendadas son del 10 % al 20 % para repeler mosquitos y garrapatas, pero pueden ser necesarias concentraciones superiores al 20 % para repeler ciertas especies de mosquitos. El efecto de este producto dura alrededor de seis horas y se recomienda su uso en niños mayores de dos años y en adultos, pero no sobre cortes, heridas o piel inflamada, irritada o con eczema. Tampoco se aconseja su aplicación en las manos de niños pequeños, dado que inevitablemente se frotarán los ojos. Por su parte, el IR3535 es un éster etil N-acetil-N-butil del ácido aminopropiónico (butil-acetil-aminopropionato de etilo), menos irritante de las mucosas y menos agresivo contra los plásticos. Ofrece una protección de duración similar a la del DEET, si bien es muy poco eficaz contra garrapatas y su eficacia contra mosquitos de la especie Anopheles no está demostrada. En España se comercializa sobre todo como repelente de mosquitos para uso infantil, también a concentraciones muy diversas que oscilan entre el 5 y el 25 %. Y si queremos optar por un producto más natural, un repelente con citronela es una buena alternativa al tratarse de un aceite esencial de origen vegetal, casi nada tóxica y cuya aplicación tópica no causa reacciones adversas. Eso sí, dado que su efecto dura poco tiempo, requiere repetir la aplicación cada hora. Consejos de utilización general desde la farmacia Como recuerda el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), el uso de repelentes de mosquitos es una de las principales medidas preventivas frente a las picaduras y las enfermedades que pueden transmitir, pero pierden su eficacia si no se aplican correctamente. En este sentido, no está de más señalar que cualquier repelente que vayamos a utilizar debe estar autorizado o registrado por la autoridad competente; en España por el Ministerio de SaHAY QUE USAR SIEMPRE UN PRODUCTO AUTORIZADO, SEGUIR LAS INDICACIONES DE APLICACIÓN DE SU ETIQUETADO O DEL PROSPECTO Y PREGUNTAR CUALQUIER DUDA AL FARMACÉUTICO

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