47 PRODUCTOS A TENER EN CUENTA • Suplementos deportivos para mejorar la fuerza muscular. • Anabolizantes e inductores. • Almacenadores de fosfágenos. • Quemadores de grasas. • Inmunomoduladores. • Antioxidantes. • Antifatigantes y estimulantes no dopantes. Cuando el agua no basta, una buena suplementación asegura un mejor rendimiento y aleja la sombra de padecer lesiones tanto para el deportista de élite como para el que se inicia en las artes de Apolo. En semblanza clásica que se reeditará con los Juegos Olímpicos en su XXXIII edición, que se celebrarán del 26 de julio al 11 de agosto en París (Francia). Al concebir suplemento nutricional como alimento o componente de alimento, nutriente u otra sustancia que, al ser ingerida de forma complementaria a la dieta habitual, procura una mejora específica para la salud o el rendimiento deportivo. En el caso de la nutrición deportiva, los suplementos nutricionales se incluyen en las denominadas ‘ayudas ergogénicas’, que es toda técnica o herramienta que ayude a mejorar el rendimiento deportivo. Ayudas que pueden ser de tipo psicológico, como técnicas de relajación y de motivación; mecánicas, como la ropa transpirable o el calzado deportivo; las ayudas farmacológicas o fisiológicas como la aclimatación al calor, o la periodización del entrenamiento y, especialmente, las ayudas ergogénicas nutricionales, que modifican la dieta y la hidratación y que ganan en importancia porque no se puede hablar de buena suplementación si no hay coherencia con unas buenas costumbres dietéticas. Desde consensos internacionales El éxito de la suplementación nutricional para deportistas viene de la valoración netamente positiva de los atletas de élite, cuyo ejemplo es seguido por la población general. Tesis defendida por investigaciones internacionales que constatan lo acertado del buen uso de esta suplementación en distintos deportes y actividades físicas exigentes, en paralelo a la progresión conseguida en los entrenamientos y las competiciones, con la edad, cierta preponderancia del sexo masculino y según las pautas culturales al uso. De forma que un corredor, por ejemplo, que no recurra a una nutrición bien estudiada, incurre en riesgo para su salud y su práctica deportiva al disponer de una menor provisión de energía y reducir su capacidad para competir, en lugar de mejorar el propio estado físico, el rendimiento deportivo con mayor cota de salud e inferior riesgo de sufrir lesiones. Frente a beneficios económicos, más propios de entornos anglosajones, como recibir productos gratis a cambio de portar el deportista marcas de sponsors u optar a políticas de aseguramiento ‘just in case’ desde la certeza de que el resto de atletas competidores también recurren a este tipo de ayudas. Este planteamiento se enriquece con elementos tan versátiles como el zinc que, por ejemplo, sirve a la vez para reparar los tejidos dañados por heridas o la reducción de la severidad y duración de infecciones del tracto respiratorio superior. Mientras que los suplementos de carbohidratos sirven de base para lograr una mayor energía, con refuerzo del sistema inmune y potencia de la biodisponibilidad de suplementos como la creatina y su capacidad para amplificar la fuerza y resistencia ante esfuerzos físicos importantes y tras periodos de inactividad por inmovilizaciones debidos a lesiones que se deben observar de forma protocolarizada. Exigencias esperables Como postula Crown Sport Nutrition, hoy existen en el mercado productos innovadores que trabajan a la vez por la salud y por un mayor rendimiento desde la experiencia de deportistas, entrenadores, nutricionistas, médicos, laboratorios y departamentos universitarios. Esfuerzo multidisciplinar que empieza por cuestionarse si un suplemento nutricional es seguro, apto para el deporte y si tiene refrendo de evidencia científica, según postuló el Instituto Australiano del Deporte (AIS), y junto al respeto del criterio internacional de exclusión de sustancias prohibidas por la World Antidpoing Agency (WADA). Planteamiento conjunto que permite hablar de cuatro grados en los que el A corresponde a productos con respaldo de un alto grado de evidencia científica y exigencia de uso bajo estrictos protocolos de uso. Grado A que incluye tres categorías: las sustancias para el rendimiento, tales como la cafeína, la beta-alanina, el bicarbonato, el zumo de remolacha, la creatina y el glicerol; los suplementos médicos, como hierro, calcio y vitaminas y minerales en estados carenciales, y los alimentos para deportistas, como bebidas, geles, barritas y proteína de suero de leche. Frente a los productos de Grado B, que precisan mayor investigación para sus resultados inicialmente positivos; el Grado C, sin beneficios soportados en investigación conocida, y el Grado D, que incluye sustancias prohibidas por posible contaminación de sustancias y riesgo de test positivo según la ya aludida WADA. Toca por ello al farmacéutico, en su capacidad de consejero científico ciudadano, y al nutricionista deportivo, con respaldo del equipo médico y cada entrenador, valorar en su conjunto al deportista, en función de la historia clínica, datos de analíticas, medicación en uso, calendario de entrenamiento, dieta, metas deportivas y repaso a su estado físico real y al que tender con un correcto plan de ayudas ergogénicas nutricionales con dirección para ingesta e hidratación, mediante suplementos de Grado de evidencia A y ocasionalmente de Grado B. De igual modo, también cabe reseñar que el recurso a suplementos nutricionales y ayudas ergogénicas permite prevenir el dopaje accidental. Más ayudas ergogénicas Los suplementos deportivos forman el primer grupo de las ayudas ergogénicas. Conocidos productos nutricionales no donantes que se dirigen a mejorar el rendimiento físico del deportista para perfeccionar las técnicas de entrenamiento y optar a mayores logros por refuerzo de la dimensión psicológica, dietética y biomecánica de las personas que ejercitan cuerpo y mente. Se trata de productos validados por el Comité Olímpico Internacional (COI), como los suplementos deportivos diseñados para mejorar la fuerza muscular, los anabolizantes e inductores, los almacenantes de fosfágenos, los quemadores de grasas, los inmunomoduladores, los antioxidantes y los antifatigantes y estimulantes no dopantes, dado que los dopantes están proscritos por la WADA. Para potenciar la fuerza muscular se recurre a los aminoácidos ramificados como la leucina, la isoleucina y la valina. Son aminoácidos alifáticos que se metabolizan en el músculo estriado y no en el hígado para un mayor rendimiento aeróbico para bajar la fatiga central por efecto de la serotonina y un menor cociente entre triptófano libre y estos aminoácidos ramificados.
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