41 plejas. Le interesa mucho cómo la tecnología posibilita que el farmacéutico tenga en tiempo real la información clínica y sanitaria que necesita, cuando se está triplicando anualmente la información científica disponible. Eso sí,“estas herramientas, que ya se usan en algunos ámbitos en sanidad, en farmacia todavía no se ven”. Tienen que llegar tarde o temprano al sector. Pérez Muñoz dice que la automatización y la digitalización “facilitan proporcionar más salud, pues con los servicios el paciente está mejor cuidado por ser el consejo más completo”. Fragero completa que “permiten a los farmacéuticos dedicar más tiempo a la atención personalizada de los pacientes, ofrecen servicios de seguimiento de tratamientos, programas de adherencia a la medicación y consultoría farmacéutica”. Por supuesto, “simplifican procesos administrativos”, derivando en “una gestión más eficiente”. Precisamente, en los últimos años, el impulso de las nuevas tecnologías ha evolucionado hacia la automatización. Fàbrega i Sánchez observa que se empieza a hacer uso de las nuevas tecnologías para que ciertos procesos puedan llevarse a cabo sin intervención humana, de forma automática. De esta manera, “los profesionales pueden dejar de lado las tareas repetitivas y centrarse en otras más relevantes, lo que es muy beneficioso para el farmacéutico”. Defiende que la automatización de tareas reduce los errores humanos, mejora la precisión en la dispensación de medicamentos, facilita la gestión de inventarios y simplifica muchas tareas de gestión. “Esto hace que el farmacéutico pueda centrarse en el cuidado de su paciente. Y es que la esencia de una oficina de farmacia siempre se encontrará en la parte asistencial y de consejo farmacéutico, ya sea salud, belleza o bienestar, a través de recomendaciones personalizadas”, argumenta. Por eso, aunque la tecnología dote a la farmacia de herramientas imprescindibles hoy en día, “el farmacéutico debe seguir jugando su papel de cara al cliente como una figura de autoridad en el mundo de la salud, y la farmacia seguirá teniendo éxito siempre que el farmacéutico cuide el trato humano, la cercanía, la profesionalidad a pie de mostrador, y el cuidado y la atención al cliente”. Inteligencia artificial ¿Qué es lo que puede suponer la IA a la hora del trabajo de un farmacéutico en el mostrador? Estrada Riolobos vaticina que,“sobre todo, veremos reducción de riesgos, aunque todo depende de los datos que pueda extraer esta IA”. Notifica que, mientras no se tenga acceso a la historia farmacoterapéutica ni patológica del paciente, mientras no se tengan las bases de datos unificadas y accesibles, mientras cada uno registre distintos parámetros o ni siquiera registre nada,“las posibles acciones de la IA son pobres”. Las IA requieren de un entrenamiento previo y, con colaboración, se pueden crear herramientas increíbles que permitan identificar posibles problemas de salud o identificar la oferta de servicios que el paciente ni siquiera sabe que necesita. Desde el punto de vista de González Orts, la IA no debería suponer un problema en relación al trabajo en el mostrador.“La atención farmacéutica que el paciente busca al ir a una farmacia todavía no se puede suplir por la IA. No es lo mismo en los casos en los que el paciente tiene claro lo que quiere y lo busca por otros canales que no son la farmacia”, recapacita. Cree que la IA tiene un papel más importante en temas de gestión de tiempo, en gestión administrativa e, incluso, en la forma en la que los farmacéuticos puedan comunicar esa información al paciente tras el consejo, para que pueda recordarlo más tarde. Concluye que “la IA va a revolucionar la forma de comunicación con los pacientes, pero todavía queda mucho camino por recorrer hasta que llegue ese momento”. “La IA puede transformar significativamente el trabajo de un farmacéutico en el mostrador”, respalda Iniesta Fajardo. Al automatizar tareas rutinarias, como responder preguntas frecuentes en redes sociales a través de chatbots y eliminar tareas repetitivas que no aportan valor, la IA libera tiempo para que los farmacéuticos se concentren en la atención farmacéutica. Explica que la IA“permite ofrecer recomendaciones de productos y tratamientos basadas en datos específicos de cada paciente, mejorando la precisión y eficacia del servicio”. En términos de atención,“la IA facilita consultas virtuales y el seguimiento de tratamientos, haciendo que la farmacia sea más accesible y eficiente”. Compendia que “la IA revolucionará las farmacias al mejorar la eficiencia operativa, potenciar la gestión y las ventas y mejorar la atención farmacéutica”. Esto es exactamente lo que hacen www.farmaceando. com: “Formar a farmacéuticos para que consigan resultados con respecto a la inteligencia, para que logren ganar tiempo en el día a día de la oficina de farmacia”. Acosta recapitula que, por un lado, la IA mejora los procesos en lo que es la parte sanitaria. Va a permitir mejorar los resultados en salud. “En la medida, primero, en que se va a poder identificar qué tratamientos van a ser más eficaces y para qué pacientes. A través del uso de patrones que ahora mismo no son desconocidos y que solamente se puedan analizar a través de herramientas de Big Data”, pronuncia. Hace hincapié en que esto va a provocar que el sector se enfoque mucho más en la prevención del empeoramiento de estos pacientes, y mucho más allá del tratamiento de la de la enfermedad, de manera que la sanidad será “más eficiente, más barata y obtendrá mejores resultados”. En la parte de negocio, conlleva aprovisionamiento, previsión de la demanda. Un símil que utiliza Pérez Muñoz es que “la IA puede ser el corrector ortográfico de los farmacéuticos”. Está ahí, “en un segundo plano”, y puede ayudar a detectar posibles errores o hacer una sugerencia de estilo, pero,“al final, el humano es el que decide la mejor forma de encajarlo”. En palabras de Fragero,“la IA puede suponer un cambio significativo en el trabajo de un farmacéutico en el mostrador en el momento en el que la historia digital del paciente sea una realidad accesible a la farmacia; en ese caso podría ayudar en la identificación de problemas relacionados con los tratamientos de los pacientes y las patologías de éstos, pero siempre y cuando los sistemas de salud y sus actores integren la importante labor de la farmacia en todo el proceso”. La IA va a revolucionar la atención al paciente, analizando las prescripciones y su idoneidad y proponiendo correcciones que tendrá que aprobar finalmente el médico, lo cual redundará en un beneficio directo para el paciente. Con todo, la farmacia puede sacar provecho de la IA para distintas tareas y usarla para encontrar distintas soluciones a los retos diarios que se le plantean. Fàbrega i Sánchez esquematiza que “su éxito dependerá de la capacidad de la farmacia de adaptarse a las nuevas tecnologías”. Recapitula que la IA se convierte en un aliado estratégico de la farmacia para un ahorro significativo de tiempo, tanto en la optimización de la gestión de la misma como en la mejora de la atención al paciente. Que puede ayudar a personalizar la atención al cliente, a mejorar la precisión en la dispensación de medicamentos y a mejorar su presencia digital. Que mejora la eficiencia y personalización de los servicios farmacéuticos y abre caminos hacia una atención más preventiva y adaptada a cada paciente. Que su utilización en el mostrador mejora la interacción con los pacientes y la calidad de las recomendaciones. “Los farmacéuticos pueden apoyarse en la IA para responder preguntas frecuentes y para mejorar la comunicación con el paciente”, aquilata. De todas formas,“aunque pueda ser útil en el proceso de recomendación, la IA no debería suplantar en ningún momento el rigor farmacéutico”. Reconoce que el surgimiento de la IA no ha estado exento de polémica. Por ende, “con el fin de limitar los riesgos y aumentar
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