EL FARMACÉUTICO 12 Respaldada por más de 40 años de profesión, explica que “la farmacia de Ador es un centro de asistencia sanitaria donde todos los pacientes que acuden son atendidos con el mejor trato, información y las necesidades que requieran relacionadas con la salud”. Ella aboga por el concepto de asistencia sanitaria, aunque “muchos compañeros han primado más el negocio que la asistencia realizando políticas de consumo, ventas cruzadas, tarjetas de clientes etc. A mí eso ya me supera, pero entiendo que todo cambia y hay que adaptarse”. Los pacientes se han convertido en una gran familia, y acuden a la botica también para confidencias. Con todo, “lo que más se demanda es una buena dispensación, atención, respeto, información, discreción y entrega de sus medicinas, cosa que en estos momentos estamos fallando por políticas económicas de la Administración y de los laboratorios farmacéuticos”. Las campañas de concienciación también son uno de los fuertes de la farmacia de Ador: “Suelen tener que ver con cómo evitar la automedicación, control de diabetes, tensión y peso, deshabituación del tabaco y otras”, enumera. En España hay más de dos mil boticas ubicadas en el entorno rural, pero lamenta que “la farmacia rural tiene un hándicap: no estamos integrados en el equipo de Atención Primaria, y esto hace que nos sintamos solos ante proyectos de prevención y mejora de la salud del pueblo”. Mucho ha cambiado el modelo de farmacia en los 41 años que Ernestina lleva detrás del mostrador y, en este sentido, señala que “con la liberación de precios y de horarios aparecieron los nuevos profesionales farmacéuticos, lo cual hizo que se primara más la faceta comercial que a la sanitaria”. En la farmacia de Ador ofrecen realización de análisis clínicos y consulta de dietética y nutrición, atención farmacéutica, dermocosmética, dietética infantil, ortopedia menor, sistema SPD, herboristería y formulación magistral, “pero sobre todo estamos abiertos a cualquier demanda que nos soliciten nuestros pacientes”. “Estoy muy agradecida al pueblo de Ador por tanto cariño”, confiesa. Para nuestra protagonista, el futuro está en la unión de criterios en el sector, “ya que no es lo mismo una gran farmacia de ciudad que una farmacia rural”. Y, como aspectos de mejora, defiende la necesidad de controlar la automedicación, pues “no se deben dispensar medicamentos que necesitan receta, sin receta”. En otro orden de cosas, se muestra preocupada por la incursión de plataformas como Amazon o AliExpress en el sector: “En estos momentos ya tienen todo lo relacionado con la dermofarmacia, productos infantiles, nutrición ortopedia etc., solo les falta el medicamento”, asegura, y añade: “La caída de nuestro sector dependerá de nuestra unión de criterios ante esta gran amenaza y del apoyo de las administraciones autonómicas”. Poner en valor la aportación esencial del farmacéutico repercute no solo en el sistema de salud, sino también en la sociedad, y es que, defiende, “no somos meras máquinas expendedoras de medicación”. Ernestina se despide de nosotros con un mensaje a su equipo: “Quisiera agradecer a las auxiliares María. Conchín, María Teresa y Cristina, pues sin ellas no hubiera podido formarme ni compaginar mi vida profesional con la familiar”. “MIENTRAS EXISTA UNA LEGISLACIÓN FIRME RESPECTO A QUÉ PRODUCTOS PUEDEN ADQUIRIRSE ONLINE, SEGUIREMOS DANDO VALOR A NUESTRO CONSEJO FARMACÉUTICO” “NO SOMOS MERAS MÁQUINAS EXPENDEDORAS DE MEDICACIÓN” trales, hasta mi hijo -ya cuarta generación-, tratamos de innovar con tecnología y servicios, siempre pensando en el paciente y en sus necesidades farmacéuticas”, asegura con orgullo. Entrando en la parte más asistencial, está de acuerdo en que el seguimiento farmacoterapéutico reporta grandes beneficios al paciente, “si bien, supone un involucramiento mayor en el tratamiento, donde los conocimientos farmacéuticos se podrían poner en mayor valía en la práctica habitual”, sostiene y advierte: “Este servicio no solo depende de la farmacia, sino de los gobiernos autonómicos con acceso a los historiales clínicos del paciente”. Un servicio que, junto con los otros que se prestan desde las farmacias, “requieren mayor formación de los profesionales, equipos de trabajo e inversiones en espacio y recursos”. Sobre la farmacia online y si supone una amenaza o no, Rosario tiene claro que “mientras exista una legislación firme con respecto a qué tipo de productos se pueden adquirir de forma online como hasta ahora, seguiremos dando valor a nuestro consejo farmacéutico impidiendo que se deshumanice nuestra labor”. Testigo de todos los cambios y avances que la farmacia ha vivido en los últimos años, no nos podemos despedir de ella sin preguntarle por lo que vendrá. “Veo el futuro con ilusión. Somos muchos los profesionales farmacéuticos implicados y nuestra vocación siempre seguirá adaptándose a los nuevos tiempos”, remacha. Ernestina Cañada (Valencia) A Ernestina le gusta que le llamen ‘la farmacéutica de Ador’. Y es que esta pequeña localidad del sur de Valencia tiene una boticaria de lujo. No en vano, lleva desde 1983 dedicándose en cuerpo y alma a la farmacia. “Empecé a soñar que lo que más me gustaría sería ejercer como farmacéutica rural en un pueblo de la Comarca de la Safor y, gracias a Dios, así ha sido”, añade, al tiempo que nos desvela qué es lo que más le gusta de su día a día: “La atención a los pacientes en la dispensación activa con una base de formación actualizada de todas las novedades”.
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