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EL FARMACÉUTICO 10 Carlos Fernández (Murcia) Carlos ha vivido la labor farmacéutica muy de cerca, tan cerca que le viene de herencia. Sus padres, también boticarios, le enseñaron a amar esta profesión. Su vocación, intacta desde el primer momento, se atisba en cuanto lo conocemos: “La farmacia de la que actualmente soy titular fue inaugurada por mi padre en 1968, pocos días después de nacer yo. Pero mis inicios fueron en la farmacia de mi madre, persona que me inculcó la importancia de prestar atención a los detalles más pequeños”. Su botica es una farmacia de barrio situada en el centro de la ciudad y cerca de un hospital. Explica que “el perfil es muy variado, y entre los servicios más demandados está el control de la tensión arterial”, pero Carlos y su equipo también ofrecen fórmulas magistrales, SPD, análisis para conocer los parámetros bioquímicos, etc. “Como dato destacable, a través de nuestra cooperativa, Hefame, hemos instalado un desfibrilador para poder actuar ante una posible emergencia. Esto potencia aún más, si cabe, el papel sanitario que nuestra sociedad nos demanda: ser cada vez más asistenciales y reforzar áreas como la prevención y el seguimiento para garantizar su adherencia a los tratamientos”. En esta línea, le preguntamos cuáles considera que serían los beneficios de ofrecer servicios remunerados y que van más allá de la dispensación de fármacos. “Remunerar los servicios contribuiría al desarrollo de los mismos en todas las farmacias, independientemente de su nivel de facturación, al tiempo que ayudaría a poner en valor esa prestación”, asegura antes de añadirque “la mayoría de los servicios tienen una contraprestación económica, y eso permite exigir una estandarización y un nivel de calidad determinado”. Además, mirando el futuro, Carlos considera que “la prestación farmacéutica debe evolucionar con las innovaciones tecnológicas y dar respuesta a los nuevos hábitos del consumidor”. Para él, uno de los problemas más acuciantes es la desinformación. “Me preocupa la cantidad de información no contrastada procedente de fuentes no fiables con la que se bombardea a la población en materia de salud”, confiesa. En su caso, a través de la plataforma desarrollada por la cooperativa Hefame, puede ofrecer a los clientes todos los servicios de la farmacia digitalizados. En este sentido, asegura, “La digitalización, el ‘big data’, etc., son herramientas que nos ayudan a mejorar el servicio porque nos permiten conocer mejor al paciente y darle un trato más personalizado”. Precisamente, incide, “el sector farmacéutico tiene que evolucionar con la digitalización y la sostenibilidad. Adaptarse y adoptar estas tendencias será clave para seguir siendo referencia sanitaria para nuestra sociedad”. Y, por supuesto, “esto incluye la relación con nuestros proveedores, en estos momentos de alta complejidad en el mercado”. Otras cuestiones clave para los próximos años serán aprender a reaccionar ante los desabastecimientos, promover medios que permitan la interacción digital para realizar propuestas de salud personalizadas y la utilización de herramientas como la App de Salud F+, a través de la cual el paciente puede consultar desde su móvil todos sus registros de salud. “También se debe seguir impulsando una formación continua de los equipos para dar el mejor asesoramiento a nuestros clientes”, recuerda antes de despedirse. “LA SOCIEDAD DEMANDA REFORZAR ÁREAS COMO LA PREVENCIÓN Y EL SEGUIMIENTO” ¿CÓMO HA EVOLUCIONADO EL PAPEL DEL FARMACÉUTICO? ¿HACIA DÓNDE SE DIRIGE LA FARMACIA COMO ESPACIO DE SALUD? EN ‘A PIE DE CALLE’, SIEMPRE EN CONTACTO DIRECTO CON LOS PROFESIONALES DEL SECTOR, BUSCAMOS RESPUESTAS A ÉSTAS Y OTRAS PREGUNTAS CLAVE. A pie de calle

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