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FARMACIA ASISTENCIAL 68 claras sobre su uso, administración, conservación, precauciones y posibles efectos secundarios. Si existe alguna contraindicación o interacción que deba conocer su médico, hay que ponerse en contacto con dicho prescriptor para que pueda tomar la decisión que considere conveniente. En caso de que la persona presente comorbilidades, por ejemplo, dislipemia, es aconsejable la recomendación de medidas higiénico-dietéticas, como reducir la ingesta de grasas saturadas, trans y colesterol, y aumentar los ácidos grasos omega 3 y fibra alimentaria, así como actividad física personalizada. O, en el caso de que presente además hipertensión arterial, deberíamos recomendar reducir el consumo de sodio a menos de 2, 3g/día, reducir el consumo de alcohol y aumentar el de frutas y verduras, así como la actividad física. En este aspecto de las comorbilidades, son múltiples las situaciones que se pueden encontrar, por lo que se cuenta con sistemas como BOT PLUS, u otras plataformas de uso inmediato, en las que poderse apoyar para asegurar el mejor abordaje posible. Especialmente relevante es el caso de la persona frágil con diabetes, que en España supone un 15% de los mayores de 65 años, en base a datos de la Sociedad Española de Medicina Interna. “Tengamos en cuenta que este sector de la población supone el mayor porcentaje de personas que acuden a la farmacia comunitaria y, según un estudio publicado en 2017 por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, el 82% de mayores de 65 años presenta malnutrición y/o riesgo de malnutrición, mayor en diabéticos que en no diabéticos y más en mujeres que en hombres. Tres de cada cuatro mayores de 65 años tienen sobrepeso u obesidad, mayor en hombres que en mujeres, y entre diabéticos que en no diabéticos”, indica Brandariz Iglesias. Por ello, este sector de la población es un objetivo claro de seguimiento y apoyo desde la farmacia comunitaria. ¿Qué medicamentos pueden producir hipoglucemias, de qué tipo y qué hacer en cada caso? Responde que existen medicamentos antidiabéticos como las sulfonilureas y las meglitinidas, algunos betabloqueantes como atenolol o propanolol, fármacos para la arritmia cardiaca como la quinidina o cibenzolina, o las insulinas, que pueden producir hipoglucemias, mientras que ciertos medicamentos como los corticosteroides, los diuréticos, algunos estrógenos, indometacina o el ácido nicotínico, pueden aumentar los niveles de glucosa en sangre. En caso de hipoglucemia, es importante proporcionar carbohidratos de rápida absorción, como zumo de frutas, tabletas de glucosa o preparados específicos para ello o, si es grave, es necesaria la administración de glucagón, ya sea intramuscular o nasal, y llamar a los servicios de emergencia de inmediato. En este caso,“también sería necesario valorar junto al paciente sus hábitos deportivos y nutricionales”. En caso de hiperglucemia, se debe consultar al médico para ajustar la medicación y realizar cambios en el estilo de vida si es necesario. ¿Se puede hacer alguna campaña de cribado desde la oficina de farmacia? Pla certifica que, de hecho, se plantean desde sociedades científicas campañas de cribado en las que se mide la glucemia capilar a pacientes no diabéticos, así como realizando un test destinado a detectar posibles personas con diabetes, con el objetivo de encontrar pacientes que padezcan la enfermedad. Las propias farmacias pueden hacerlo sin necesidad de venir planteadas por ninguna sociedad científica. Hay signos fáciles de observar, previo a un diagnóstico médico confirmado con un análisis de sangre, como: aumento de sed y ganas de orinar, aumento de apetito, fatiga, visión borrosa, hormigueo de manos y pies, pérdida de peso sin razón aparente o heridas que no cicatrizan. El grupo de diabetes de SEFAC, todos los años desde el 2014, lleva a cabo, a nivel nacional, campañas de detección de personas con riesgo de padecer diabetes. Para ello se utiliza el cuestionario de Findrisc. Mera Gallego describe que este cuestionario es una herramienta fácil de utilizar, económica y rápida para el cribado de la diabetes mellitus tipo 2. Se compone de ocho preguntas, que corresponden a los principales factores de riesgo de desarrollar esta enfermedad: edad, sobrepeso u obesidad, antecedentes familiares, haber tenido hiperglucemias previamente, alimentación, etcétera. Ante una bajada de azúcar o, incluso, un desmayo, Vergniory Trueba recuerda que es fundamental conocer los síntomas de una hipoglucemia para poder atender de una manera correcta esta situación.“Inquietud, irritabilidad, palpitaciones, taquicardia, palidez, debilidad muscular, temblor, sudoración intensa o desorientación son síntomas que deben alertar al equipo de la farmacia de manera inmediata”, avisa. La hipoglucemia leve se trata administrando glucosa en forma de terrones de azúcar, zumo o galletas. Ante una hipoglucemia grave se debe administrar glucagón o avisar a los servicios de urgencias. Elena Hernández Navarro, farmacéutica en Farmacia La Feria (Gran Canaria), nos narra que, en varias ocasiones, se ha desmayado algún paciente en su farmacia. “Sé que es fácil de decir, pero en todo momento debemos mantener la calma, ya que la actuación farmacéutica dependerá de si el paciente está consciente o no. Si está inconsciente y no responde al intento de reanimación, debemos colocarlo en posición de recuperación (de lado) para evitar que se atragante en caso de vómito. Seguidamente, debemos revisar si tiene conectada alguna bomba de insulina mientras llamamos a los servicios de emergencia, e iríamos midiendo el azúcar en sangre para dar el dato al médico”, relata. En caso de que tenga bomba conectada, “habría que desconectar el catéter”. Y cuando recupere la consciencia, “debe tomar hidratos de acción rápida y lenta. Una vez pasado el susto, volver a conectar la bomba”. No se debe administrar líquidos ni alimentos por vía oral para prevenir la aspiración. Si el paciente está consciente, hay que aplicar la regla del 15: dar 15mg de glucosa, esperar 15 minutos, volver a medir la glucosa y, si sigue igual, volver a repetir hasta obtener 70mg/dl. En casos de bajada de azúcar,“el paciente puede estar con los ojos abiertos, pero perder la capacidad de hablar hasta volver a recuperarse”. A modo de resumen, el farmacéutico debe dar educación sanitaria, recomendar modificaciones del estilo de vida, dispensar la medicación y asegurarse de que el paciente sabe cómo y cuándo tomarla, hacer seguimiento terapéutico para detectar si existen problemas con la medicación o el curso de la enfermedad y derivar al médico si es necesario. La diabetes es una enfermedad compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo y que se prevé alcance los 783 millones en 2045, por lo que su abordaje integral requiere un enfoque colaborativo y multidisciplinar. Como farmacéuticos, se está en una posición única dónde desempeñar un papel fundamental en el cuidado y apoyo de las personas que viven y vivirán con diabetes. La farmacia comunitaria no es solo un lugar donde se dispensan medicamentos. Es un centro de atención integral donde se brindan servicios profesionales especializados, educación terapéutica personalizada y un apoyo emocional y conductual de calidad. Tampoco se debe olvidar que la diabetes es una enfermedad crónica que acompañará a las personas el resto de la vida. Por eso, estas personas deben aceptar su enfermedad, deben ser conscientes por qué se produce y deben saber cuáles son las herramientas que disponen para prevenir, retrasar o tratarla. Y una de estas herramientas deben ser los farmacéuticos y las farmacias comunitarias.

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