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8 EL FARMACÉUTICO “Los pacientes que te vienen a la farmacia ya exigen otras cosas, se van preocupando un poco más por su salud, tienen más conocimientos. Por ello, intentamos que la experiencia del cliente sea satisfactoria, lo que buscamos es cumplir las expectativas que tienen”, asevera. Avisa de que, por mucho que uno se empeñe en dar un servicio, si la gente no lo requiere o no lo busca, si no le interesa,“es muy difícil estar luchando contra marea alta”. El objetivo es ayudarles,“pero en algo que ellos estén dispuestos a aceptar la ayuda”. ¿En qué están más dispuestos en aceptarla? Apunta que el de cesación tabáquica está funcionando bastante bien, al igual que el tema de nutrición. Confirma que la gente está muy implicada, que está muy interesada en aprender a comer mejor, e intentan ayudarles en cosas que el médico no suele tener tiempo para explicarles correctamente cómo se hacen ciertas cosas y ellos, en la farmacia, les dedican el tiempo que necesiten. A su juicio, la farmacia asistencial se encuentra, como toda la sociedad, en “un momento de cambio”. Sostiene que hay mucha información, “información que pasa muy rápido”. Por ende, “estamos en un impasse que tenemos que evolucionar, pero lo tenemos que hacer a la vez que toda la sociedad”. Cree que se está un poco con la expectativa de ver cómo evoluciona la inteligencia artificial, “pero no solo en nuestro sector, sino que esto nos va a cambiar a la sociedad entera”. “EN VEZ DE DAR UNA MEDICACIÓN MÁS BARATA, LO SUYO SERÍA PREVENIR LAS ENFERMEDADES” Planteamos a Francisco Zapata Romacho qué opina del sistema de precios de referencia y si piensa si está agotado. “El sistema de precios no es el ideal, pero es el mejor que se ha encontrado hasta el momento. Hay que ir adaptándolo y asumiéndolo”, expresa. Confirma que la farmacia, con la bajada de precios de referencia, lo está notando un poco. “Es un momento de apretarse el cinturón, puede que como todos los sectores de la sociedad. Esto se puede seguir haciendo, pero llegará un momento en el que se tenga que parar, porque no puedes seguir bajando los precios hasta el infinito”, razona. Supone que esto tirará por el tema de la prevención. “En vez de dar una medicación más barata, lo suyo sería prevenir las enfermedades. Si tú puedes prevenir un 10% o un 5% de las patologías, o retrasarlas, que a la gente le aparezcan más tarde, al final el consumo de medicamento será menor”, arguye. Admite, eso sí, que esto es muy difícil de cuantificar, porque uno ayuda a que la gente tenga menos colesterol, que le aparezca la diabetes más tarde, que deje de fumar y no se puede cuantificar cuánto se ha ahorrado al sistema. Con precios de referencia, se saca una orden y al día siguiente ya se sabe lo que se está ahorrando. No obstante, insiste en que “se tendrá que ir a por la prevención de enfermedades”. “LOS PACIENTES QUE VIENEN A LA FARMACIA YA EXIGEN OTRAS COSAS, SE VAN PREOCUPANDO UN POCO MÁS POR SU SALUD, TIENEN MÁS CONOCIMIENTOS”

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