EL FARMACÉUTICO 14 primera vez, se plantee un sistema de remuneración innovador que incluye, además del tipo de paciente e intervención, el pago por resultados clínicos”. De hecho, la farmacéutica considera que ahí es donde está el futuro de la farmacia: en los SPFAs remunerados. En cuanto a los años venideros, Aamaia no duda en afirmar que “habrá cambios, seguro. En un futuro no cobraremos como hasta ahora por medicamento dispensado, sino por SPFAs que hayan demostrado mejoría en los resultados de salud de los pacientes”. Y, para ello, es indispensable la formación especializada de calidad y “que se integren en los programas de gestión herramientas que nos permitan realizar estos SPFAs”. Izaro Oyarbide (Guipúzcoa) La Farmacia Oyarbide está situada en Bergara, al noroeste de Guipúzcoa. Allí conocemos a Izaro, boticaria rural, quien nos confiesa que “lo que más me gusta de mi profesión es que me permite ejercer como un agente de salud cercano para la ciudadanía, accesible en todo momento y resolutiva con los problemas del paciente”. Su farmacia es una botica de barrio donde conocen de cerca a los pacientes, sus patologías y sus problemas, algo que “nos permite ofrecer un servicio muy personalizado”. Su seña de identidad es una apuesta sin fisuras por los servicios profesionales. De hecho, explica, “participamos en el programa de intercambio de jeringuillas, realizamos tomas de tensión, medidas de hemoglobina glicosilada y perfil lipídico y tenemos instaurado también un programa de indicación o atención farmacéutica en síntomas menores”. En breve incorporarán un programa pionero promovido por el Colegio de Farmacéuticos de Guipúzcoa y el Departamento de Salud del Gobierno Vasco para realizar seguimiento a pacientes con asma y EPOC, que será remunerado. “Hoy día seguimos siendo el sanitario de referencia para muchos pacientes, solucionando muchos problemas menores que no requieren atención médica, pero tenemos muy poco margen de actuación”, asegura Izaro, refiriéndose, por ejemplo, a que no puede cambiar formas farmacéuticas, “cuando el medicamento es la esencia propia de nuestro conocimiento”. Para esta farmacéutica experimentada, es responsabilidad del colectivo “convencer a las administraciones de que podemos ser útiles vacunando en campañas, haciendo seguimiento de pacientes con patologías crónicas e, incluso, descongestionando en parte los servicios de urgencias dispensando antibióticos, como por ejemplo en las ITUs”. Una labor esencial la que desempeña la farmacia que, sin embargo, no está exenta de dificultades. En este sentido, “veo que la necesidad ha hecho que la farmacia busque una fuente extra de ingresos fuera del medicamento y se dirija a un modelo más comercial”, se lamenta antes de añadir que “el precio de los medicamentos no para de descender y, mientras no se modifique el modelo de remuneración, nos alejaremos cada vez más del medicamento -en el que somos realmente especialistas- en favor de la parafarmacia”. Servicios profesionales, sí, pero remunerados: “La farmacia del futuro debe apostar claramente por estos servicios profesionales y por el cambio en el modelo de remuneración para que sean sostenibles”. En su farmacia, por ejemplo, la toma de tensión, la bioquímica seca y los SPDs “son servicios que cobramos, pero los ingresos son muy residuales respecto a la dispensación de medicamentos”. La solución, para Izaro, está en “cobrar por acto de dispensación y complementarlo con lo que percibimos por servicios que realicemos y por objetivos que alcancemos”. Por último, se despide de nosotros con cierta incertidumbre, pero con una gran esperanza y con la idea de que “debemos profesionalizar más la farmacia comunitaria, hacerla más asistencial y crear lazos sólidos con otros profesionales sanitarios, los médicos y enfermeras, por y para la salud del paciente”. “EN UN FUTURO NO COBRAREMOS POR MEDICAMENTO DISPENSADO, SINO POR SPFAS QUE DEMUESTREN MEJORÍA EN LA SALUD DE LOS PACIENTES” “SEGUIMOS SIENDO EL SANITARIO DE REFERENCIA PARA MUCHOS PACIENTES, SOLUCIONANDO PROBLEMAS MENORES QUE NO REQUIEREN ATENCIÓN MÉDICA” sario. “Gracias al Colegio se ha conseguido que los SPDs sean financiados en pacientes que cumplen ciertos requisitos. Y ahora mismo el Consejo del País Vasco, junto con el Departamento de Salud, están elaborando varios programas que serán remunerados, como son la adherencia en asma y EPOC o el seguimiento farmacoterapéutico en pacientes con diabetes”, reconoce Amaia. Todo un avance si tenemos en cuenta los condicionantes de una sociedad en la que pesa cada vez más el envejecimiento, la cronificación de enfermedades y la polimedicación. En este sentido, esta medida “supone que, por
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