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105 El Sistema Nacional de Salud (SNS) está en crisis. Se trata de una crisis sistémica, según los expertos. Una crisis sistémica que la pandemia del covid-19 ha contribuido a aflorar y que se traduce en síntomas como el deterioro de su reputación en la opinión pública, las huelgas de los profesionales de la salud, el síndrome de desgaste profesional de los sanitarios o la vuelta de la preocupación por la sanidad a los primeros puestos de los problemas para los españoles. Con este panorama, todos los agentes reclaman la necesidad de una transformación urgente para garantizar la salud de la población y mejorar la experiencia de pacientes y profesionales. Grosso modo esa es la principal conclusión del informe‘Los Retos del Sistema Nacional de Salud en la Próxima Legislatura (2023-2027)’, un trabajo conjunto de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) y el Consejo General de Médicos (CGCOM) y la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (IMAS) y avalado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y el Foro de la Profesión Médica (integrado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, el Consejo Nacional de Especialistas en Ciencias de la Salud, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina). El texto recoge una serie de objetivos y propuestas de transformación del SNS para aumentar la salud, mejorar la calidad, y hacerlo más equitativo y eficiente. Entre los principales problemas identificados en la publicación se encuentran “un sistema sanitario enfocado hacia la enfermedad; una atención inadecuada a los problemas de los pacientes crónicos complejos y los derivados del aumento de la longevidad (dependencia, discapacidad, fragilidad); que aspectos importantes de la salud, como son la salud mental y la bucodental, estén insuficientemente atendidos por el SNS; una estructura de gobierno que favorece la inequidad, la falta de trasparencia, la ineficiencia y el despilfarro, reduciendo la cohesión del sistema; además, el ciudadano/paciente tiene en numerosas ocasiones un papel pasivo; la gestión de personal del SNS es inadecuada para prestar un servicio de calidad, generando desafección profesional y el síndrome de burnout profesional; el sistema de gestión de las instituciones del SNS es ineficiente, burocrático, con gran interferencia política y, a nivel ‘macro’, poco transparente; el modelo asistencial del SNS está fragmentado, lo que impide una aproximación integral a los problemas de salud de los ciudadanos/pacientes; el SNS no mide sistemáticamente muchos de los resultados clave para la mejora continua; y la ‘digitalización’ del SNS que se está llevando a cabo no está al servicio de su transformación”. Aparte de los 10 problemas principales a los que se enfrenta el SNS, el documento señala también los 10 retos fundamentales, a la vez que aporta 37 medidas para hacer frente a estos desafíos. Sus impulsores aseguran que todas las propuestas que se desarrollan en ‘Los Retos del Sistema Nacional de Salud en la Próxima Legislatura (2023-2027)’ se basan tanto en la experiencia y evidencia disponible en nuestro sistema sanitario como en la de otros países que afrontan retos similares a los nuestros, y continúan la estela de numerosas publicaciones elaboradas por las entidades científico-médicas sobre los cambios que necesita el sistema sanitario público español. Ante los 10 principales problemas del Sistema Nacional de Salud, 10 retos que alcanzar Así pues, estos retos incluyen la reorientación del SNS hacia la salud, hacia una medicina personalizada, predictiva, preventiva, participativa y de precisión; el desarrollo de una atención integral incorporando a los recursos sociales, así como a los profesionales y servicios necesarios para una asistencia de calidad; la ampliación de la cartera de servicios del SNS e incrementar los recursos destinados a atender estas necesidades; la dotación del SNS de una estructura de gobierno y gobernanza con los estándares exigibles en una democracia y economía avanzadas y que fortalezca la cohesión del sistema; la incorporación de los ciudadanos/pacientes en las estructuras de gobierno y en el proceso de toma de decisiones del SNS, e implicarles en el cuidado de su propia salud; implicar a la profesión médica en la planificación y gestión del sistema sanitario y mejorar la experiencia del médico en el Sistema Nacional de Salud; la dotación de los servicios sanitarios públicos de una organización y gestión que incentiven su calidad, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y que favorezcan la participación de los agentes interesados; el desarrollo de modelos asistenciales adecuados a las necesidades de los ciudadanos/pacientes; la implantación de sistema transparente de medición y evaluación de resultados y de mejora continua de la calidad; e impulsar una transformación digital del SNS tomando como eje la Historia Digital de Salud del ciudadano. “El Sistema Nacional de Salud fue diseñado en la Ley General de 1986 cuando la sociedad, la tecnología, las expectativas de los ciudadanos, etcétera, eran muy distintos a los actuales y ya no puede hacer “NO QUEREMOS UN CAMBIO DE MODELO SANITARIO, PUES LA UNIVERSALIDAD Y GRATUIDAD DE NUESTRO SISTEMA NACIONAL DE SALUD SON DE LOS BIENES MÁS PRECIADOS QUE TENEMOS COMO PAÍS; SINO UN CAMBIO DE SISTEMA, UNA ORGANIZACIÓN SANITARIA A LA ALTURA DE LAS NECESIDADES DE LA SOCIEDAD DE HOY EN DÍA”

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