EN PROFUNDIDAD 102 ¿Se alcanza una mayor equidad en el acceso a la prestación farmacéutica? Responde que la capilaridad de la red de farmacias en España es única y debe ser aprovechada en el reto de la atención sociosanitaria y la atención domiciliaria, “de forma que se aproveche esta presencia en el territorio para garantizar con la debida suficiencia la atención farmacéutica y el acceso al medicamento en este tipo de centros, incluyendo aquellos que se encuentren en ámbitos rurales”. Una ventaja es que el 64% de las farmacias están situadas en municipios que no son capital de provincial, es decir 14.000 farmacias, y, de ellas, 2.800 están en poblaciones de menos de 1.000 habitantes y 1.111 en municipios por debajo de 500. Desde el punto de vista asistencial, la participación de la farmacia comunitaria garantiza que el paciente recibe una atención farmacéutica cercana y accesible por el farmacéutico que, normalmente, ha atendido sus necesidades de medicación previo al ingreso y que se encuentra coordinado con el resto de los profesionales sanitarios que asisten al paciente. Por todo ello, “contar con las farmacias es aprovechar el potencial y la capilaridad de la red asistencial y facilitar una atención sociosanitaria integral y accesible, coordinada con los servicios sanitarios y sociales, ya sean residenciales, de día o en el domicilio del paciente”. Al desarrollar su actividad profesional en el ámbito de la Atención Primaria, el farmacéutico mantiene un contacto periódico y continuado con los pacientes crónicos y dependientes, aportando su conocimiento en la gestión de sus tratamientos. Y garantiza la continuidad en la atención farmacéutica de los pacientes con estancias temporales en las residencias. Por ende, “la relación ha de ser cercana, accesible, integradora y profesional, con sistemas de comunicación fluida y directa entre los agentes implicados para favorecer, en la medida de lo posible, una mejor calidad de vida de los residentes”. Desde el Consejo General hacen hincapié en la necesidad de garantizar la cohesión social y territorial de la asistencia sociosanitaria, asegurando, además, la viabilidad de las farmacias rurales. Subrayan que hay que reforzar con carácter general la normativa para perseverar “este modelo de éxito y seguir garantizando de forma efectiva que los centros sociosanitarios de menos de 100 camas cuenten con un depósito de medicamentos vinculado, según la titularidad, a un servicio de farmacia hospitalaria o a una oficina de farmacia de la misma zona; garantizando, así, que los pacientes reciben una atención farmacéutica segura y de calidad similar a la existente en el ámbito domiciliario”. Modelos de gestión La Jornada Modelos de gestión de prestación farmacéutica en el ámbito sanitario, organizada por Otsuka Pharmaceutical este pasado verano profundizó en este tema. Jon Iñaki Betolaza, director de Farmacia del País Vasco; Silvia Reboredo, subdirectora general de Farmacia de Galicia; Montserrat Bango, directora General de Política y Planificación Sanitarias del Principado de Asturias, y Raquel Olalla, de la dirección General de Ordenación, Farmacia e Inspección de Cantabria, ofrecieron sus valoraciones acerca de los nuevos modelos de prestación farmacéutica para residencias y pacientes crónicos. Betolaza se refirió a Farmabide, el nuevo modelo de la prestación farmacéutica en el ámbito sociosanitario del País Vasco. Llevan unos años trabajando en esto. “Se habla poco del esfuerzo que supone abordar este tipo de proyectos”, expresó. Hay que esforzarse en la intervención de todos los agentes en este ámbito. “Hay diversos agentes, con diversos intereses, y con diversas pertenencias jurídico-patrimoniales. Gran parte de lo que aquí se ve tiene por detrás un gran esfuerzo organizativo, con la intención de mejorar la prestación farmacéutica en las residencias de personas mayores”, puntualizó. Los antecedentes que reseñó son los de un bajo nivel de integración con el sistema sanitario, un consumo elevado de recursos y mucha polimedicación. También, múltiples agentes y dependencias de los centros y asimetría territorial en el ámbito de la comunidad autónoma y diversos sistemas de gestión en el ámbito residencial. Sopesó que hay que gestionar este ámbito “con inteligencia” y “teniendo en cuenta las necesidades de las personas”. La polimedicación es “lo maestro” de este ámbito. El decreto 29/2019, de 26 de febrero, sobre Servicios de Farmacia y Depósitos de Medicamentos en las Residencias para Personas Mayores ubicadas en la Comunidad Autónoma de Euskadi, es sobre el que se establecen los requerimientos que han de tener los servicios de farmacia y los depósitos de medicamentos en ellas. “Prácticamente, todas las residencias de Euskadi tienen acceso a la historia clínica y a la receta electrónica”, informó. Hay 235 residencias afectadas por el decreto. 138 están vinculadas a servicios de farmacia de hospitales, ocho están vinculadas al servicio de farmacia del hospital de la Fundación Matía y 90-91 son dependientes de oficinas de farmacia. El objetivo es mejorar la calidad de la atención farmacéutica, en todas las residencias, independientemente de quién las atienda. Con las oficinas de farmacia, se establece una serie de procedimientos. Incidió en el Plan Funcional de Atención Farmacéutica y en que se desarrolló una formación específica. En estos momentos, hay once grupos de trabajo en lo que es esta atención farmacéutica. Se desarrolla un seguimiento farmacoterapéutico integral. El perfil del usuario es altamente polimedicado. Se ha desarrollado una compra centralizada de medicamentos y se trabaja con dosis personalizadas. Dentro de Farmabide, los tratamientos prescritos en receta electrónica se traducen en órdenes de trabajo para los robots de SPD. Hay un control de calidad para que los errores sean mínimos. Concluyó que supone un cambio de paradigma sociosanitario. Hay una “clara mejora de la calidad y la seguridad” y, “desde luego, es un camino hacia la eficiencia y sostenibilidad” del sistema de salud y del conjunto del sistema sociosanitario. Olalla expuso que la gestión farmacéutica en el ámbito sociosanitario es “un tema trascendental, una de las líneas estratégicas que tienen las Consejerías de Sanidad a día de hoy”. Se pretende mejorar la atención farmacéutica de los pacientes institucionalizados, con un abordaje integral. La meta es mejorar la eficiencia de la prestación farmacéutica. Se tiene mayor porcentaje de población de personas mayores de 65 años que requieren cuidados especializados de salud a largo plazo, y las residencias son una alternativa a la vivienda familiar y muchos de estos pacientes tienen características comunes: problemas de salud complejos, comorbilidades, están polimedicados, tienen mayor riesgo de presentar reacciones adversas y más posibilidades de ser no adherentes a los tratamientos. Estas condiciones hacen que sea necesaria la integración de los farmacéuticos en los equipos multidisciplinares que atienden a estas personas. Por lo tanto, “necesitamos optimizar los recursos sociales”. La cuestión es cómo se lleva a la práctica. “Desde hace años, las comunidades autónomas venimos incorporando en nuestras leyes de ordenación farmacéutica la atención farmacéutica sociosanitaria, pero ni la legislación ni su nivel de desarrollo han sido homogéneos”, comunicó. Hay múltiples diferencias entre las comunidades autónomas. En la mayoría, han optado por un modelo híbrido basado en prestación por servicios
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