35 puedan desplegar su máximo nivel de eficiencia porque se ha demostrado, durante la época de la pandemia y en circunstancias donde se ha necesitado, que sabemos y podemos hacerlo”. Insistimos en cuál es el reto principal de la farmacia en la actualidad, una vez que la Covid-19 ha dejado de ser una emergencia internacional. “El reto principal tras la pandemia es trabajar la prevención precoz, en términos generales, porque eso va a lograr que el sistema sanitario sea más sostenible y funcione mejor”, asevera. Reitera que tienen que coordinarse con Atención Primaria y, a su vez, también con los hospitales y atención especializada, de manera que se haga un encaje del ámbito socio-comunitario, Primaria y especializada, y poder atender al paciente igualmente con seguridad y con ahorro para el sistema de una manera sostenible. Comenta que los datos demográficos están ahí y las enfermedades crónicas empeoran si no se afrontan de una forma global, multidisciplinar y aprovechando todos los recursos que el sistema y el usuario, de alguna manera, financia y sostiene. En caso contrario,“habremos fallado como sociedad”. “En Murcia vivimos un momento de velocidad de crucero en el servicio dispensado por la farmacia comunitaria. Hemos demostrado su eficacia, accesibilidad y fiabilidad, tanto para el usuario como para el Sistema Nacional de Salud, y para la Sanidad murciana”, razona. Señala que los farmacéuticos aportan unas condiciones de confianza excelentes para el sistema y para los usuarios. Alega que aún se pueden aprovechar mucho más sus capacidades y los recursos que puede ofrecer como espacio sanitario. Desarrollo de unidades clínicas Un proyecto que responde a una de las necesidades fundamentales de la profesión farmacéutica es el desarrollo de unidades clínicas que, de forma piloto, se están haciendo en centros de salud del municipio. Se coordinan sesiones clínicas entre médicos de Atención Primaria y farmacéuticos comunitarios de la zona, de manera que se conozcan y compartan problemáticas ACERCAR EL MEDICAMENTO EN CONDICIONES MUY DETERMINADAS AL DOMICILIO A juicio de Paula Payá Peñalver, “la farmacéutica domiciliaria siempre se ha hecho, por decirlo así, de forma humanitaria”. Cuenta que, cuando se ve a un paciente vulnerable dependiente que no puede acercarse a la farmacia, de forma altruista se le han acercado los medicamentos con garantía, porque, al final, el farmacéutico tiene en su ADN el velar por ofrecer siempre el medicamento con garantía sanitaria, con trazabilidad, porque se inculca desde el principio. La presidenta del COFRM recuerda que hay una población cada vez más envejecida, con una soledad a veces no deseada, los hijos en sus labores y que, a veces, no hay posibilidad de cuidadores. “Nuestra obligación como sanitarios es coordinar la asistencia, ya sea entre los propios farmacéuticos que estamos trabajando para el sistema, o dentro del mismo, y los médicos de Atención Primaria para poder acercar ese medicamento en condiciones muy determinadas al domicilio. Evitaremos que el paciente no tenga que desplazarse, en estos casos, a un centro de Salud que solo esté abierto por las mañanas normalmente, o a un hospital que está mucho más lejos”, reflexiona. Hace hincapié en que es más seguro y sencillo que pueda ir a su farmacia comunitaria. ¿Se ha conseguido huir de la palabra delivery? Contesta que cada vez se tiene más interiorizado que el medicamento no es un producto de consumo al uso.“No lo puedes llevar en un paquete dentro de una caja de una moto, junto a un envoltorio de una hamburguesa, porque es un producto delicado que si se contamina puede causar hasta la muerte”, ratifica. Sopesa que hay que diferenciar entre un producto de consumo básico de algo que es alta tecnología donde siempre tiene un balance, beneficio o riesgo.Y hay que cuidar esas condiciones óptimas de conservación, de custodia, “si no, el medicamento puede causar un grave perjuicio en el paciente”. Si ha estado expuesto al sol, si se ha contaminado con cualquier cosa que llevase esa persona que hacía el delivery, el medicamento se altera y puede producir toxicidad. actuales, soluciones multidisciplinares y, de ahí, se enlace con un sistema de comunicación ágil vía receta electrónica, que es lo que existe actualmente, u otras formas alternativas. Informa de que “se están generando unidades clínicas, equipos multidisciplinares clínicos para trabajar a nivel remoto con ciertos municipios que son potentes en la Región con mucha densidad de habitantes, centros de salud grandes y farmacias comunitarias que también brillan por su versión asistencial”. A partir de ahí se enlazará con un sistema de comunicación. Pero es esencial que primero los equipos y los clínicos se formen. “Se ha hecho un piloto en la sede del Colegio de Farmacéuticos y en la sede de Colegio de Médicos, y ha funcionado muy bien. Se ha visto que los profesionales están encantados de ponerse cara, de compartir problemas, compartir soluciones, de poder esbozar o poder diseñar un modelo de comunicación que sea factible para ambas partes, para la prescripción y la dispensación”, subraya. Ahora se va a llevar de forma piloto a ciertos centros de Salud con un tamaño asumible para probar. A partir ahí, seguirán creciendo. Defiende que “es clave la consideración del farmacéutico como un profesional sanitario más”. Reconoce que no está en un centro de salud, que está fuera, “pero forma parte de la red multidisciplinar”. Es muy importante que centro de salud y farmacia comunitaria trabajen interconectados para responder a las necesidades sociosanitarias de la población. Se ha hecho un piloto de vacunación. Se va a explorar esa vía, cómo está en otros países de la Unión Europea. En el campo de la prevención, “la farmacia comunitaria tiene mucho que decir y tiene un gran potencial como oportunidad de control de la salud pública”. Murcia ha sido un ejemplo en prevención y en compartir datos. Muestra de ello es la prevención del cáncer de colon, con un 90% de adherencia. Es decir, “los usuarios prefieren, en la absoluta mayoría de los casos, recoger los kits de cribado en las farmacias comunitarias”. Eso demuestra que “el paciente necesita esa cercanía, esa accesibilidad, esa adaptación a su estilo de vida, y eso pasa por la farmacia comunitaria”.
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