EL FARMACÉUTICO 16 Pilar, por lo tanto, no es nueva. Sus 30 años de experiencia le han servido para vivir la farmacia muy de cerca, también los cambios que han ido recayendo en ella. Con todo, “la evolución, sin duda, es positiva. Hemos ido progresando y formándonos continuamente a todos los niveles para ofrecer el mejor servicio”. Los servicios profesionales, a pesar de que en su botica rural solo representan el 15% frente a la dispensación de fármacos, son el futuro de la farmacia, según Pilar. “Veo que los compañeros sanitarios están desbordados, y nosotros podríamos ofrecer algunos servicios a la población”. Entre ellos destaca las campañas de vacunación de la gripe, que ya las realizan los farmacéuticos con éxito en otros países europeos como Francia o Italia. “Nuestro trabajo está mermado por el sistema, como sucede por ejemplo en la limitación que establece la Administración en los cambios de las formas farmacéuticas”. Y es que el farmacéutico, como especialista del medicamento, tiene la formación necesaria, competente y conveniente para realizar cambios idóneos. “Esto ocurre, por ejemplo, con el problema actual de desabastecimiento de fármacos, donde podríamos contribuir ahorrando mucho tiempo y dinero tanto al sistema como al paciente”. Respecto al futuro de la farmacia asistencial, Pilar sigue con el mismo entusiasmo que le caracteriza. “Soy optimista por naturaleza, gracias también al trabajo y a la inversión tecnológica”. Para terminar, un mensaje que es ya en sí un titular: “Somos, sin duda, los profesionales sanitarios que más nos hemos adaptado a los tiempos y a las nuevas tecnologías, y seguiremos formándonos en ello”. “ANTE EL PROBLEMA DEL DESABASTECIMIENTO PODRÍAMOS CONTRIBUIR AHORRANDO MUCHO TIEMPO Y DINERO TANTO AL SISTEMA COMO AL PACIENTE” “NOS DIFERENCIA EL TRATO DIRECTO, DONDE LA SIMPLE ESCUCHA DE SU PROBLEMA PERMITE REFORZAR EL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO” José Antonio Picó (Comunidad Valenciana) José Antonio Pico adquirió su botica rural en plena pandemia. La experiencia en una situación de excepcionalidad al frente de una farmacia ubicada en el municipio de Salem -de apenas 500 habitantes- le ha supuesto un curso acelerado de servicio de atención farmacéutica. “Después de más de 30 años trabajando en actividades docentes en la universidad combinadas con la industria farmacéutica, creí oportuno aportar a la sociedad todo el aprendizaje farmacéutico de esos años relacionado con el medicamento, la dermocosmética, los complementos alimenticios y productos sanitarios”, empieza a relatarnos. Sabiduría y conocimiento coinciden en José Antonio: “Los boticarios tenemos una base amplia en muchas ciencias -química, farmacología, galénica, etc.-, lo que hace que disfrute en cada servicio asistencial que realizo”. Define su botica como cercana y dirigida al bienestar del paciente. “Mi perfil más habitual es una persona bastante polimedicada, con la salud muchas veces comprometida. La demanda va desde repetirle la posología que el médico le ha comentado hasta la correcta utilización de aerosoles”. Cuando le pedimos una definición sobre la farmacia rural, es contundente: “Las farmacias rurales somos farmacias de cabecera. Nos diferencia el trato directo, cercano, sin un tiempo tasado de atención personal, donde la simple escucha de su problema permite reforzar el tratamiento farmacológico”. ¿Cómo afecta la bajada de precios al entorno rural? “Vivimos una situación de incertidumbre con márgenes cada vez más reducidos de la especialidad farmacéutica”, lamenta José Antonio, y añade: “Esta situación no nos permite realizar muchos planes de rentabilidad financiera”. Y es que no hay que olvidar lo mucho que aporta la farmacia al sistema de salud público. “El MICOF y las demás entidades colegiales están luchando por una farmacia mucho más asistencial que mejora bastante la Atención Primaria”. No obstante, y pese a los inconvenientes, la botica rural evoluciona positivamente, pero lo que no está tan claro son los servicios profesionales farmacéuticos: “Cuesta que la sociedad los valore como una atención asistencial retributiva. Por ello, necesitamos demostrarles que suponen un coste de tiempo del profesional y económico por los equipos”. Y es que -sostiene- nadie pone en duda pagar por un servicio en una clínica privada. ¿Hay solución de futuro para mejorar la situación actual de la farmacia? “Requiere un diálogo entre entidades como el Ministerio de Sanidad, las administraciones territoriales de sanidad, el Consejo General Oficial de Farmacéuticos, etc., en el que la prioridad sea un modelo sostenible para todos”. Por su parte, el farmacéutico debe seguir haciendo lo que mejor sabe: apostar por la formación continuada y por una atención profesional y personalizada. En cuanto a la integración de las TICs en el entorno rural: “Recientemente he recibido el bono digital, y estoy en el desarrollo de una web que informe al consumidor de los productos relacionados con la salud con la finalidad de empoderarlo”, explica José Antonio, que se despide con un mensaje de futuro: “El sector de la salud se dirige hacia la prevención y la medicina personalizada”.
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