CUIDADO DEL BEBÉ 118 ES FUNDAMENTAL QUE LOS PAPÁS VEAN AL FARMACÉUTICO COMO ESE ALIADO DONDE, ANTE SUS DUDAS SOBRE LA PIEL DEL BEBÉ, LES PUEDE AYUDAR. HABLAMOS DE LA COSTRA LÁCTEA, DE LAS SUDAMINAS, DE LA DERMATITIS DEL PAÑAL, ETCÉTERA. ANTE CUALQUIER SEÑAL DE ALERTA, SE DERIVARÁ, POR SUPUESTO, AL PEDIATRA O AL DERMATÓLOGO. “La piel del bebé requiere de un cuidado especial” RAQUEL AGUADO, TITULAR DE OFICINA DE FARMACIA Y VOCAL DE DERMOFARMACIA Y PRODUCTOS SANITARIOS DEL COF DE MADRID Una de las épocas en la vida por las que más se pasa por una farmacia es cuando se tiene un hijo. Profundizamos con Raquel Aguado, titular de oficina de farmacia y vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COF de Madrid, en el cuidado de la piel del bebé. Subraya que su abordaje “empieza incluso antes de que haya nacido”, porque a la farmacia llegan muchas consultas previas a ese momento, cuando los papás están preparándose para la llegada de su hijo. Puntualiza que no tiene nada que ver cuando los padres son primerizos a cuando no lo son. “Intentamos ayudarles y asesorarles incluso antes de que que haya nacido, con los cuidados que deben tener con ellos una vez que lleguen a casa”, dice. Como en todos los ámbitos, es algo que precisa de conocimiento por parte del farmacéutico. Recuerda que“la piel del bebé es más delicada y sensible que la del adulto y, por supuesto, requiere de un cuidado especial”. La del bebé es una piel más fina, sobre todo la dermis y la hipodermis. Entre la epidermis y la dermis, su unión también es más frágil. La capa córnea tiene un grado de madurez menor. Los corneocitos son más pequeños y la unión que hay entre ellos es más débil. Esto hace que esté más expuesta y sea frágil. Por ello, no sólo necesita productos adecuados, sino que hay que saber cómo aplicarlos y en qué momento. La mayoría de los bebés nace con el cuerpo cubierto de una capa fina de grasa que recibe el nombre de vérnix caseosa. “Les dura poquito y, luego, su piel se torna en más seca. En su composición tiene bastante agua, pero por esa fragilidad sufre más pérdida de agua que la piel de un adulto. Además, es capaz de absorber los agentes externos con más facilidad”, informa. “Los tres pasos fundamentales son: higiene, hidratación y fotoprotección”, comenta Aguado. Detalla que esa higiene tiene que ser suave, con unas características determinadas en cuanto a temperatura del agua (en torno a 36 grados) y del ambiente que le rodea (que no supere los 22-25 grados).
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