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| 112 Rogelio Berbel Bonillo, vocal de Alimentación del COF Alicante Sarcopenia, la gran pandemia del siglo XXI nutrición EL EXPERTO Los avances tecnológicos en el campo médico nos han permitido incrementar significativamente nuestra esperanza de vidaen losúltimos 40años. Según laOrganizaciónMundial de la Salud, endatos facilitados en su reciente informede octubre de 2022, entre 2015 y 2050 el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%. Sin embargo, según la propia OMS, los datos actuales nos hacen pensar que envejecemos más, pero envejecemos peor. Y es en este punto donde podemos hablar del síndrome sarcopénico como uno de los grandes instigadores o “culpables” de esta merma en la calidad de vida de nuestros mayores. Si bien el término “sarcopenia” puede resultar desconocido para una gran parte de la población, como vemos en los datos facilitados por la OMS, su abordaje, prevención y correcto diagnóstico resulta de vital importancia para el devenir epidemiológico de las venideras generaciones mayores a nivel mundial. Dichas poblaciones estaránmarcadaspor los aspectos propios del estilo de vida actual, que harán de la aparición de procesos sarcopénicos severos un problema de gran calado de forma cada vez más acuciante. ¿Qué es la sarcopenia y cómo incumbe a nuestra calidad de vida? A pesar de todo, y contra lo que cabe pensar en el ámbito clínico, hablamos de un término sorprendentemente joven. Así, la primera definición del término“sarcopenia” (que deriva del griego sarx, carne, y penia, pobreza) data del año 1989, cuando Rosenberg habla de “la pérdida involuntaria de masa muscular esquelética que se produce con la edad avanzada”. Sin embargo, no es hasta 2001 cuando Morley dota a este término inicial de una mayor trascendencia al definir la sarcopenia valorando no solo la pérdida de masa muscular, sino también la fuerza y la funcionalidad del sistema músculo esquelético que ocurre con el envejecimiento, jugando así un importante papel en la patogénesis de la fragilidad y el deterioro funcional que ocurre con la vejez. Podemos hablar, así, de una pérdida de cantidad y funcionalidad“programada” que alcanza su zenit a partir de cierto rango de edad, dando cabida no solo al empeoramientodemovilidady funcionalidad del mayor, sino con la aparición de distintas comorbilidades asociadas a la merma del tejido muscular, tales como la diabetes, hipertensión u otras patologías de carácter metabólico. Y es aquí donde el contexto social, profesional y personal propio del momento en el que vivimos puede hacer, de esta, una de las grandes causas del deterioro y el empeoramiento de la calidad de vida del ciudadano del siglo XXI. Tal y comodefinen Roubenouff yHugues en los albores del tercermilenio, laapariciónde losprocesos sarcopénicospuedeversecondicionada por factores de intervención limitada, como la programación genética propia de cada individuo. Sin embargo, también nos hablan de una segunda línea condicionante, como son los factores ambientales, donde el estilo de vida, la alimentación y aspectos propios del contexto actual peripandémico, comoel incrementodel sedentarismoo ladificultadde mantenerpatronesdealimentaciónequilibrados, losquehanterminado de generar un contexto de creciente preocupación.

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