el farmacéutico | 14 José Ignacio Peña (Burgos) Para nuestra siguiente entrevista no podía haber un paisajemejor ni una botica conmás solera. En la villa deVillarcayo, situada al norte de Burgos y capital de las Merindades, abrió sus puertas en 1873 la primera farmacia de la saga familiar: “Empecé en la farmacia desde muy pequeño. Se puede decir que he crecido en la rebotica… Desde chico ayudaba colocando y sacando los pedidos”. Recuerdos inolvidables quenos comenta José Ignacio con nostalgia. La botica que regenta junto con sus otros dos hermanos es una farmacia semi-rural, puesVillarcayo tienemás de treintamil habitantes, pero también atienden y dan servicio a otros pueblos. Sus pacientes son, mayoritariamente, crónicos con tratamientos agudos. Y es que “la farmacia sigue cumpliendoelpapelquesiemprehatenido: serel punto sanitariomás cercano y accesible para el paciente”, algoquesehaacrecentadoaúnmás, si cabe, con la pandemia. “Se ha demostrado lo que siempre llevamos haciendo: nuestra entrega a la sociedad y nuestra prioridad, que no es otra que velar por la salud de las personas”, reivindica el farmacéutico. José Ignacioha sido testigode la evoluciónde la farmacia en estos últimos años, y saca conclusiones positivas, pero también negativas: “Entre losavances está la recetaelectrónica, que mejora la interoperabilidad, así como la comunicaciónconotros profesionales sanitarios”. Por el contrario, “hemos sufridouna involucióncon la burocracia que hace que nuestro trabajo sea más lento y pesado”. En palabras de nuestro entrevistado, “poco a poco se nos quita capacidad de ejercer nuestra profesión, suerte que tenemosunagrancapacidaddeadaptación”. “Al ser un sector regulado y, a su vez, unmodelo solidario, hace que seamos siempre los afectados por los recortes. El impago se debe a una mala gestión política que, en múltiples territorios, se está llevandopor delanteamuchas farmacias”, lamenta José Ignacio. Con todo, ¿quéhacer parapromover otros servicios aparte de la dispensación de fármacos? “Hay que cambiar los hábitos y la mentalidad. Los pacientes no están habituados a recibir los distintos servicios que en la farmacia podemos ofrecer, que sonmuchos”, asegura José Ignacio, y añade: “El desarrollo de la profesión se dirige a detectar necesidades sanitarias, sociales y asistenciales que vemos detrás del mostrador, pero de las que el paciente no es consciente”. “Hayqueseguir evolucionandoyadaptándonos a losusuarios yasusdemandas”, considera José Ignacio, para quien es fundamental atraer a los jóvenes a la farmacia: “Tenemos que seguir implantando los servicios profesionales y tener honorarios por estos servicios como todos los profesionales. También creo que tenemos que volver a dar un impulso a la toterapia y a los Ricardo Dulanto (Burgos) Su amplia trayectoria como boticario, su experiencia y su gran vocación, convierten a Ricardo en un testimonio vivo de la farmacia: “Comencé a trabajar enel año1976 en labotica de mi madre tras haber abandonado el Sáhara durante la marcha verde y haber realizado tareas sanitarias más propias de la profesión médica. También recuerdo que atendí después a los soldados deun regimientode infanteríaen Gran Canaria desde un botiquínmilitar”. Su familia, de tradición sanitaria, demadre farmacéutica y bisabuelomédico, vislumbraban cuál iba a ser su futuro. “Los comienzos fueron difíciles, nohabíaayuda informática, y tuveque solventar problemas incluyendo enfermedades de vacas, perros, jilgueros etc.”, rememora el farmacéutico, que considera que unononace profesional, sino que se hace: “Mis primeros años fueron muy duros por la continua lucha contra ladrogadicción…Eran también losaños durosdel SIDA, y enaquellosmomentosnuestra única defensa era un mostrador y una bata blanca”. Años complicados que, sin embargo, Escanea el código QR para saber más sobre Ricardo productos veterinarios”. “Cada día el precio del medicamento se reduce, hay más recortes y los servicios pueden dar un impulso económico a la farmacia, al tiempo que ponen en valor al farmacéutico”, concluyenuestro farmacéutico. “El desarrollo de la profesión se dirige a detectar necesidades sanitarias, sociales y asistenciales de las que el paciente no es consciente” se compensaban con la grati cación de los pacientes y el agradecimiento de los vecinos. “Soy de los que legustael contactopermanente con el paciente y estoy comprometido con mi profesión, tratando de adaptarme a las nuevas circunstancias”, asegura. “Siempre he dicho que la farmacia es una ventana a la que te asomas para ver la sociedad y tomarle el pulso: es un depósito de alegrías, tristezas, sinsabores y con dencias... Tiene un puntodeproximidaden laqueprevalece el lado humano”, considera Ricardo, que ha vivido muy de cerca los cambios de la farmacia: “Han “Soy de los que le gusta el contacto permanente con el paciente y estoy comprometido con mi profesión” Escanea el código QR para saber más sobre José Ignacio
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