Nueva etapa Juan Yermo se incorporó el pasado mayo como director general de la organización, en sustitución de HumbertoArnés, que, en palabras de Urzay, “dirigió y transformó laAsociación en las últimas dos décadas”. Ahora, “el nuevo director general y el resto del equipo de Farmaindustria tenemospor delanteunanuevaetapa llenadedesafíos, como las crecientesdemandas socialeshacia la industriafarmacéutica, enespecialdespués de la experiencia de la pandemia”. Insiste en que “se abren para España grandes oportunidades en materia de investigación biomédica, donde ya somos referencia internacional en ensayos clínicos, y de producción, donde contamos con un potente tejido productivo”. “En ambas áreas podemos crecer y atraer más inversión a nuestro país. Somos un sector quegeneraempleode calidad, líder industrial en inversiónen I+D, juntoa la automoción, y exportador; de hecho, el medicamento ya suma el 5,4% del total de las exportaciones españolas”. Ladefiniciónen los próximosmeses del PlanEstratégicode la Industria Farmacéutica previsto por el Gobierno “podría ser el instrumento para generar elmarcoadecuadoparaaprovechar estas oportunidades parael país”. Su disposición a colaborar con la Administración en esta línea es total. Es evidente que su capacidad de invertir en I+D y en capacidad productiva“estámuy condicionada por la regulación”, por lo que necesitan “un entorno que aprecie y valore la innovación, incorporando con rapidez los nuevos medicamentos a la prestación farmacéutica”. Tratamos con él cuál es el reto principal de la industria farmacéutica para laerapospandémica.“Porun lado, lapandemiay lasituacióngeopolíticamundial actual han puesto sobre lamesa la necesidad de repensar las cadenas de suministro farmacéuticas en el mundo, y en nuestro caso reforzar la soberanía industrial en España y en el conjunto de Europa”, señala. Advierte de que tenemos una dependencia excesiva de países como India yChina en laproduccióndematerias primas farmacéuticas y de medicamentos veteranos que siguen siendo imprescindibles. En nuestro país, contamos con un tejido productivo “muy sólido”, dotado de “profesionales cualificados” y con “plantas bien distribuidas por todo el territorio”. Esto nos da una oportunidad. Tenemos las bases apropiadas para mandar a Europa el mensaje de que “España puede ser un gran hub de producción de la región”. Puntualiza que necesitan trabajar con la Administración para crear el marco que permita recuperar parte de esa producción, que nos daría mayor seguridad desde el punto de vista sanitario y reforzaría nuestra capacidad productiva y de generación de empleo y exportación. “El otro gran reto que tenemos en Europa es el de la apuesta por la investigación”, añade. Aprincipios de los años 90, éramos la región líder, por encima de EE. UU. y Japón, en desarrollo de nuevos medicamentos. Hasta el 43% de los nuevos medicamentos que llegaban al mercado habían sido investigados y desarrollados en Europa, frente al 21% de EE. UU. Pero, a partir de 1997, esta tendencia se invirtió, y hoy en EE. UU. se desarrollan el 47% de los nuevos medicamentos, frente al 23% en Europa. La futura Estrategia Farmacéutica Europea, presentada a finales del año pasado por la CE y cuyasmedidas se están concretando, “debería ser el instrumento para recuperar el terreno perdido, pero para ello es críticoque lacitadaestrategiasurja del diálogo y el entendimiento entre autoridades europeas e industria farmacéutica”. Sólo así se podrán crear las condiciones óptimas para que el continente refuerce su atractivo para una inversión por la que compiten otras regiones. Con la pandemia, una crisis sanitaria global devino en crisis económica y social. “La vinculación, por lo tanto, entre la salud, la economía y el bienestar en su más amplia acepción se traduce, asimismo, en la aportación de valor de la industria farmacéutica a nuestro país, donde contamos con tres grandes fortalezas”. Urzay aclara que son el liderazgo en investigaciónydesarrollodenuevosmedicamentos que soncríticos para el cuidado de la salud; el peso industrial de un sector potente en tejido productivo, generación de empleo de calidad, líder en I+D, productividad y exportación de alta tecnología, y la contribución al bienestar no sólo a través de los medicamentos, sino de la generación de innovacióny conocimiento, base fundamental del crecimiento y bienestar social hoy día. Hay muchos datos que confirman estas fortalezas, pero hay uno especialmente relevante. “Nuestro sector invierte cada año unamedia de 1.200 millones de euros en I+D, cerca del 20% de toda la inversión industrial en este capítulo, lo que nos sitúa como el segundo sector en este ámbito, solo superado ligeramente por la automoción”, asevera. Esta inversión constante es de capital importanciaparaunpaís necesitado de reforzar la innovación y la generación de conocimiento. Con todo, España consolidó en 2021 su liderazgo en ensayos clínicos de medicamentos y “tiene la oportunidad de ser uno de los líderes mundiales en investigación clínica”. En 2021, se pusieron en marcha cerca de un millar de nuevos ensayos clínicos en nuestro país, una cifra similar al récordhistóricode 2020 y ya con un impactoatenuadode la actividadextraordinaria exigida para hacer frente a la pandemia por el coronavirus. En 2022, la tendencia sigue siendo parecida, lo que muestra “la fortaleza del modelo”. Una cantidad suficiente para vacunar con la pauta completa a todo el mundo Si en el primer año de la pandemia la noticia fue la aparición de las primeras vacunas en un tiempo récord, Javier Urzay cree que en el segundo año ha sido conocer el dato extraordinario de la producción de dosis. En mayo de 2022, las compañías desarrolladoras habían sido capaces de producir más de 13.600millones de vacunas, “una cantidad suficiente para vacunar con la pauta completa a toda la población adulta mundial”. Hace hincapié en que “es toda una proeza que ha sido posible gracias a los acuerdos de colaboración entre compañías desarrolladoras y empresas con capacidad para fabricar”. Estos acuerdos han conseguido que la capacidad mundial de producción de todo tipo de vacunas, que era de algomás de 4.000 millones de dosis al año antes de la pandemia, se haya más que triplicado sólo para las que combaten el coronavirus. Una segunda gran noticia, en este caso en España, ha sido que, en 2021, segundo año de la pandemia, se aprobaran un millar de nuevos ensayos clínicos. En línea con el año 2020, pero en este caso ya sin tanto peso de ensayos contra la Covid (menos de un 6% del total). Esto da idea de “la solidez del modelo de investigación clínica en nuestro país, basado en la colaboración estrecha entre sistema sanitario y compañías farmacéuticas y que nos ha hecho referencia internacional”. El subdirector general de Farmaindustria concluye que“lohacemos bieny, con laestrategiaadecuada, estamos en condiciones de crecer yatraermás inversiónen investigacióndemedicamentos aEspaña”.
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