| 40 farmacia asistencial “Lo ideal sería una comunicación directa, bidireccional y lo más instantánea posible con otros sanitarios implicados en el proceso asistencial” Cristóbal Abrio Martín, farmacéutico Con respecto a lasmejoras que deberían realizarse para hacer más e caz la tarea del farmacéutico en cuanto a la seguridad del paciente, este profesional opina que “en primer lugar, lo ideal sería una comunicación directa, bidireccional y lo más instantánea posible con otros sanitarios implicados en el procesoasistencial. Si no existe una comunicación efectiva, no podemos tener una coordinación y responsabilidad compartida de ningún tipo, puesmuchas actuaciones asistenciales son estancas y quedan aisladas de lo que podría implicar una herramienta de este tipo”. Señala, en este sentido, que un paso adecuado quizás sería actualizar y hacer más interactiva la receta electrónica. En su comunidad autónoma, Andalucía, la receta electrónica podría estar más optimizada para la detección de posibles errores asociados a la medicación. “Por ejemplo, cuando estamos dispensando, solamente podemos ver la medicación disponible para retirar, pero no vemos el tratamiento de forma global, que se encuentra en otra pestaña, y tienes que pararte a ver de manera especí ca. Sin embargo, en nuestra comunidad contamos conunaherramienta estupendaque se denomina ‘AnulaciónCautelar’ que permite eliminar prescripciones erróneas por el motivo que sea (duplicidades, errores de pauta...), noti cándolo incluso demanera directa al médico. El uso de esta herramienta es relativamente sencillo, pero es verdad quemuchas veces no tienesmensaje de vuelta, aunque la propia aplicación lo permite. Tampoco se usa de manera generalizada por otros compañeros farmacéuticos”. En la práctica diaria, los farmacéuticos se encuentran con errores o efectos adversos de lo más diversos, y han constatado que, debido al estado actual de saturación en el que se encuentra la Atención Primaria, aparece un mayor número de errores que, en un estado normal, no ocurrían. “Uno muy habitual es”, señala Abrio, “pacientes que acuden a su centro de salud y se les prescribe un nuevo medicamento, pero cuando vienen a retirarlo a la farmacia no aparece, porque igual el médico no ha podido incluirlo, por la razón que sea, en su receta. En este caso, nosotros no podemos hacer nada y es algo que se podría solucionar de una manera muy sencilla tan solo pudiendo hablar con el prescriptor”. Muchas veces también detectan duplicidades de tratamientos antiguos que no se han eliminado, “incluso hemos tenido algún caso de paciente que ha requerido hospitalización por una discordancia en el tratamiento. Con esto no quiero decir que haya culpables, sino que son cuestiones que tendrían fácil solución pudiendo tener más herramientas”. Este tipo de situaciones suele afectar a personas mayores pluripatológicas, que tienenmayor di cultad para autogestionar su medicación y su salud. Además, esto se acrecienta si la persona vive sola o no tiene un cuidador que le pueda simpli car estas cuestiones. “Lo preocupante es que, debido a la pandemia, ha avanzado enormemente la digitalización en el sistema de salud, y esto, para muchas personas no nativas digitales, implica un impacto real sobre su salud al disminuir aún más esta capacidad de autogestión. Un ejemplo: antes estas personas cuando se realizaban una analítica obtenían los resultados presencialmente en papel en la consulta, pero ahora al ser la mayoría telefónica, simplemente obtienen un balance de esta dicho verbalmente por el médico. La analítica se vuelca a su historial clínico, el cual es únicamente accesible a través de internet y, además, la persona debe disponer de certi cado digital o de clave para poder consultarlo, lo que imposibilita totalmente el acceso a su historial de salud“, lamenta Cristóbal Abrio. “SI NO EXISTE UNA COMUNICACIÓN EFECTIVA, NO PODEMOS TENER UNA COORDINACIÓN Y RESPONSABILIDAD COMPARTIDA DE NINGÚN TIPO”
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