ferias y eventos | 176 queesmás importante: paraprevenir el estréshayqueconocerlobienyen profundidad. Si conocemosbienquées el estrésnegativo, podemosponer nuestro foco de atención a la prevención y tomar nuestras herramientas para que no lleguemos demasiado tarde”, informa. “¡Cuidado con el suicidio! El estrés es la antesala perfecta para el suicidio”, avisa. Apunta que estamos en una situación de más de 4.000 muertos al año y que las cosas no van mejor. El distrés Aclara lo que es el estrés negativo, el distrés. “Hay que tener siempre en cuentaque el estrés no es unomás uno igual ados. Es decir, cadapersona tiene un umbral, como con el dolor”, señala. De acuerdo con sus explicaciones, el estrés negativo es aquel que deriva de una situación que es novedosa, impredecible y que afecta a la persona. Hay que tener muy en cuenta que, a partir del umbral que separa lo beneficioso y lo perjudicial para el organismo, es cuandoempieza el organismo a verse afectado. De estamanera, el eustrés es la tensiónque nosmantiene en alerta, pero esa tensión, en cuanto pasa el umbral de lo beneficioso a lo perjudicial, se convierte en distrés. Es un término muy sutil, porque es un umbral interindividual. Cada persona tiene el suyo. Hay farmacéuticos con una resistencia mayor al estrés y otros, por el contrario, menor. Unos tienen una resiliencia mayor ynopadecenunos efectos tandevastadores. ¿Quéocurre?“Que, amayor resistencia, menos efectos”, indica. ¿Qué características tienen que pasar para que aparezca el estrés malo, el negativo?“Pues que sea la situación novedosa, impredecible, con sensación alta de descontrol y que amenace gravemente a la persona”, responde. No es necesario que se cumplan las cuatro, pero, si se cumplen, los efectos serán peores para nuestro organismo. Es el estadode incertidumbre.“Laguerra, lapandemia, los terremotos, las tensiones sin resolver son la gran incertidumbre que pone enalertanuestro débil estado mental”, expresa Vidal. Menciona la fatiga pandémica y el estrés que ya había antes de la pandemia, lo que se denominaba “pandemia silenciosa”. Insiste en que “el estrés ha sido y es la pandemia silenciosa, que se ha juntado con una pandemia ruidosa que ha sido el Covid-19”. Entonces, “tenemos ahora un débil bienestar psíquico, sufrido por el Covid y por el estrés generado tanto por la fatiga pandémica como por la situación de incertidumbre, guerras, pandemias, terremotos, maremotos y agresividad”. Unode los efectos del estrés es la ira, la agresividad. Eso, a los pacientes, les pone todavíamás nerviosos, más ansiosos.“Cuandovana laOficina de Farmacia, ¿aquién tenemos ahí?Al farmacéutico. ¿Quiénes el primero que da respuesta a todos los problemas del paciente? El farmacéutico. ¿Quién es el desprotegido? El farmacéutico. ¿Cómo está el farmacéutico? Al límite”, revela. En el caso de los farmacéuticos, el estrés también es una pandemia silenciosa. No se libra nadie. Hace hincapié en que, para prevenir el estrés hay que conocerlo en profundidad, que es la mejor herramienta para prevenirlo. El primer foco de atención que pretende poner en marcha en la conferencia inaugural es prevenir el propio estrés del farmacéutico, “porque, para poder ayudar, tienes que estar enun estado tranquilo”. ¿Cómo podemos ayudar al farmacéutico? “Dándole herramientas psicológicas, nutricionales, de técnicas de relajación, técnicas de reír, en definitiva, reilusionar la parte emocional del farmacéutico ya tocado y volverle a dar valor a su aspecto profesional”, propone Vidal. Es lo de gestionar emociones y la parte de técnicas psicológicas, así como nutrición, ejercicio físico, oxigenoterapia y otras técnicas. Poner enmarchamultitudde acciones para bajar ese nivel de distrés y convertirlo en eustrés. Y reilusionar a los trabajadores, como hace unos 40 o 50 años. “Si tú recuerdas las Oficinas de Farmacia de aquel entonces, no existía el nivel de estrés que hayahora”, pronuncia. Mostraráuna fotografía“deunaclásica farmacia, con un clásico señor farmacéutico, don farmacéutico, de usted”, y la de una trastienda actual, para ver“cómo sepercibe laangustia”, porque“se haperdido todo”. Recomienda no perder la esperanza y volver a cuidar el estado emocional, “que se ha descuidado al límite”. Por otro lado, desde la Administración, “se tiene que poner el valor suficienteparanodesprestigiar anuestros farmacéuticos”.Vidal remarcaque los farmacéuticos son garantes de la salud de los ciudadanos y que una farmacia no es un supermercado, sino “un templo de salud donde se ofrecen los remedios, las soluciones, los tratamientos para solventar las patologías”. Asevera que es un término muy serio, que no hay que comparar ni desprestigiar. Observa que el farmacéutico tiene doble presión: “Las instituciones y organismos, que presionan con burocracia, y no tener ladigitalización; todavía siguen recortando cartones como las antípodas”.“¿Cuánto tiempohapasadoparaque, enMadrid, por primera vez, se haga el programa piloto de digitalización? Vamos a un pasomuy lento. Esto es como fregar de rodillas. ¿Tenemos que seguir fregando de rodillas estando la fregona? Es el mismo símil”, plantea. A su parecer, los farmacéuticos pueden sumarmuchomás, pueden hacermuchasmás cosas de las que hacen y hay que ponerle valor suficiente. Vidal también alude a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que las patologías por estrés serán la segunda causa de discapacidad en el mundo a muy corto plazo. De acuerdo con sus palabras, al menos una tercera parte de las consultas de Atención Primaria en las sociedades occidentales está provocada o relacionada con el estrés. “Estamos bloqueando un sistema ya débil de salud”, alerta. Más del 60-70% de enfermedades están provocadas directamente por el estrés y la gran mayoría, el 100%, se agravan. Si se padece una patología, sea la que sea, un estrés crónico va a agravar su evolución y su procesomédico. Así,“el estrés es un factor de riesgo igual omás grave que el alcohol y el tabaco juntos”. Con todo, el diagnóstico que Vidal hace de los farmacéuticos es que están “al límite del estrés crónico”. Se atreve a decir que “ocho de cada diez farmacéuticos sufren un distrés crónico”y que“muchos de ellos han pensado en bajar las persianas y no seguir trabajando en activo”. Lo que hay que hacer es trabajar en cooperación Víctor Vidal resalta que enOccidente nos han enseñado, desde las facultades, a trabajar competitivamente. “Eso es un grave error, lo que hay que hacer es trabajar en cooperación y la rama sanitaria todavía más”, defiende. Trabajar todos juntos de la mano, farmacéuticos, médicos y enfermeras. “Si no logramos trabajar en cooperación, vamos por mal camino”, alerta. Otra apreciación que efectúa es que“los tibetanos se diferencian de los occidentales de que aquí nosotros pensamos que las cosas no pueden cambiar y que no somos accesibles a los cambios, mientras que los tibetanos siempre tienen esa sensación de cambiar las cosas, de que las cosas se pueden cambiar”. Nosotros “tenemos lamala costumbre de decir ´como siempre se hahecho así, que siga todo así´. No tenemos ese impulso de cambiar las cosas y eso es otro error”, asegura. Pone la mirada a cambiar de estrategia, a cambiar los hábitos, a empezar una nueva era.
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