en la cosmética es la seguridad, tanto de los principios activos como de las formulaciones finales. “El diseño computacional permite deducir la toxicidad de una molécula directamente a partir de su estructura química empleando el análisis basado en estructura o en sistemas de inteligencia artificial apoyadas en conocimiento previo. El empleo de la computación en la seguridad de los cosméticos tiene, además, unmóvil político-legislativoque impulsará todavíamás sudesarrollo y aplicación en los próximos años, al avanzar las prohibiciones de los ensayos de toxicidad en animales en multitud de países”, apostillan. Por otro lado, lametodología Design of experiments (DOEs) sirve para diseñar las condiciones ideales del producto para que cumpla con las expectativas, pero invirtiendo el mínimo posible en recursos y tiempo. Al mismo tiempo, la tecnología Blockchain o de cadena de bloques, un sistema tecnológico que mantiene un registro de todas las transacciones y eventos digitales de forma incorruptible, se utiliza ya en cosmética en varias plataformas y marcas reconocidas. “Al poder trazar cada elemento en la cadenade suministro, donde la información entre los diferentes actores de la cadena se intercambia de forma rigurosa, permite generar confianza y fomentar la fiabilidad y reputación de la empresa”, subrayan desde el Beauty Cluster. Otra innovación con gran potencial transformador en la industria cosmética es la biotecnología; entre otras cosas porque gracias a su implementaciónseha reducidoel usodescontroladodeanimalescomopiloto deprueba. En cosmética, labiotecnología utiliza el conocimientode los genesmezclados con la tecnología, consiguiendoque las células actúen comoproductosdemateriaqueposteriormentetendríanusocosmético. Entre sus ventajas, destacan la capacidad de conservar la variedad de microrganismos de la piel, no permitiendo que la piel sufra ningún tipo de alteración; que mantiene al margen las bacterias causantes del enrojecimiento de la piel; y, por tanto, cuida la capa de piel epidermis, generalmente siempre afectada con el exceso de químicos aportados por los cosméticos convencionales. Cuidar de una vez el medioambiente Cabe señalar, por otro lado, los principios activos con mayor proyección en dermocosmética en los próximos tiempos. En este sentido, la marca estadounidense Spate publicaba en verano de este año un estudio acerca de los ingredientes más buscados en Google por los usuarios. Así, descubrieron que la avena, la alfa arbutina, el ácido azelaico, los péptidos, el ácido salicílico, los derivados solubles del ácido ascórbico (Vitamina C) y los antioxidantes son los que despiertan más la curiosidad de los consumidores. Por último, es inviable que el futuro de la I+D en la cosmética en general, y en la dermocosmética en particular, no pase por la sostenibilidad, como en cualquier otro sector. Lo demandan no solo los consumidores, también el planeta, y puede que sea el retomayúsculo del sector en los próximos años. Ingredientes cultivados de manera respetuosa con el medioambiente, envases reciclados y reciclables, consumo energético eficiente durante la producción, reducir las emisiones, formulación biodegradable... La dimensión que abarca el concepto de la sostenibilidad es amplísima. Como bien recalca Stanpa, “los consumidores eligen relacionarse, cada vezmás, conmarcas y productos vinculados a acciones de ResponsabilidadSocialCorporativa(RSC), amablescon lanaturalezayconuna imagen éticaprobada”. La cosmética ha evolucionado también, y, por ello, más de la mitad de las empresas del sector han creado en los últimos dos años alguna línea de productos naturales “eco”, “bio” u “orgánico”. Los objetivos de laAgenda 2030para el desarrollo sostenible vanganando terreno, lentos pero firmes, también en el mundo de la cosmética. Mayor consumo de productos de dermofarmacia tras la pandemia Asimismo, dentro del sector cosmético, la dermofarmacia (o dermocosmética), es decir, la “rama de la farmacia que estudia, fabrica y expendeproductos de cosméticano relacionados conpatologías”, como la define la Real Academia Nacional deMedicina, juega un papel cada vez más protagonista. Según datos de la Stanpa, desde que el canal dermofarmacia comenzara a especializarse en el año 2008 en perfumería y cosmética, ha pasado de tener 30.000 referencias a las 70.000 que tiene actualmente. Además, con “la irrupciónde lapandemia, ladermofarmaciaha incrementado su cuota respecto al pasado año (11%), y su penetración en un 5,6%, destacando sobre todo el consumo de cosmética facial, cuidado del cuerpo, del cabello y aseo”, señalan. Así pues, dado que en esta rama de la cosmética los consumidores están más informados, y por consiguiente, demandan mejores resultados a los productos que adquieren, el sector se ha visto en la tesitura de impulsar la investigación y el desarrollo de tecnologías que hasta hace unos años estaban limitadas al campo de lamedicina. Actualmente, los productos dermocosméticos se encuentran amedio camino entre los medicamentos y los cosméticos tradicionales, pues los beneficios de su formulación vanmás allá de lo estético; sumisión es restaurar la salud de la piel. Es más, deben cumplir estándares de calidad, seguridad y eficacia semejantes a los de los medicamentos. Por estemotivo, en la innovación y el desarrollo dermocosmético, los ‘cosmetic scientists’ suelen ser farmacéuticos o químicos con amplios conocimientos en fisiología de la piel, ciencia gaélica o cosmetología, y con frecuencia colaboran con otros especialistas en el cuidado de la piel, como dermatólogos, pediatras, oftalmólogos y farmacéuticos. Al igual que representa unode los segmentos conmayor pesodentrode la I+D en la cosmética, en concreto, un 7%. Solo en Europa trabajan para esta industria alrededor de 25.000 científicos. Las nuevas tecnologías, al servicio de la eficacia El empeño de los investigadores es formular productos cada vez más eficaces para satisfacer las exigencias de los consumidores. Es por eso queunade lasbasesde loquesecueceen los laboratorios son lasnuevas tecnologías deep tech. Comomanifiestan desde el Beauty Cluster, “la 4ª revolución industrial yaestáaquí”, y su impacto en la industria cosmética esevidente. La inteligenciaartificial, el aprendizajeautomático (machine learning) o la automatización y el análisismediante algoritmos, sumado a la creciente cantidad de información ómica disponible, convierte el diseño in silico en un pilar fundamental del desarrollo cosmético. “El diseño y análisis computacional ha sido ampliamente utilizado para realizar estudios sectoriales y de tendencias, así como en la cosmética personalizada. Pero no solo, puesto que su uso en el diseño de compuestos activos y formulaciones hoy en día es casi indispensable para adaptarlas a las necesidades del mercado”, expone el clúster líder del sector belleza en España. Entre las aplicaciones, la dinámica molecular permite predecir el comportamiento de una molécula en movimiento en un entorno determinado y, por tanto, es muy útil a la hora de definir una formulación apropiada o la estabilidad de pequeñas moléculas o péptidos en aplicaciones tópicas. “Adiferencia del acoplamientomolecular, que proporciona una foto final, la dinámica molecular brinda un cortometraje muy amplio que concede la oportunidad de visualizar todas las interacciones entre la molécula de interés y su ambiente”, recalcan los expertos. Asimismo, otro ámbito importante de aplicación del diseño in silico
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