El cerebro es el órgano más complejo de nuestro cuerpo. Gracias a él llevamos a cabo diariamente funciones de lo más variado: razonar, pensar, aprender, recordar, hablar, pero también otras como respirar, hacer la digestión de los alimentos, soñar, emocionarnos, etc. El trabajo en una etapa de la vida, los estudios en otras o el paso de los años, que va mermando nuestras facultades mentales, son situaciones en las que nuestro cerebro debe estar al cien por cien. En general, solo solemos acordarnos de lo importante que es cuidar nuestro cerebro cuando empiezan a aparecer las primeras señales que nos avisan de que algo va fallando. Sin embargo, los especialistas y las investigaciones nos dicen que deberíamos cuidar nuestro cerebrodurante todas las etapas de la vida. Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para prestarle atención a nuestro cerebro, igual que hacemos con otros órganos de nuestro cuerpo. Incorporar ciertos hábitos saludables, a la vez que eliminamos los que nos perjudican, contribuirá a que nuestro cerebro se mantenga en forma a lo largo de los años. Alimentación. Debemos incluir alimentos y nutrientes que aporten energía a las neuronas, pero también que ayuden a mantener su estructura o que las protejan del envejecimiento prematuro relacionado con el daño oxidativo. Dormir las horas necesarias. El sueño, tanto en cantidad como en calidad, es imprescindible para una reparación cerebral diaria. Dormir poco afecta a la memoria, a la atención y a la concentración. Reducir el estrés. Especialmente en la edad adulta, una etapa de desarrollo profesional en la que solemos enfrentarnos amucho estrés y, si éste se cronifica, puede afectar al cerebro aumentando el riesgo de demencia, entre otros trastornos. Mantenerse activo. La actividad físicamejora nuestra saludmental. Hacer ejercicio ayuda amantener la conectividad entre las diferentes áreas del cerebro. Estimulación intelectual. La estimulación intelectual mediante la práctica de actividades nuevas (aprender un idioma o a tocar un instrumento musical), es una de las mejores formas de ejercitar el cerebro, ya que hacen trabajar conexiones cerebrales que habitualmente no utilizamos y protegen contra el deterioro cognitivo. La hipertensión arterial, la diabetes y la obesidad repercuten negativamente en la salud del cerebro e incrementan el riesgo de sufrir demencia en edades avanzadas. Fosfatidilserina y taurina: dos aliados del cerebro La fosfatidilseria es un fosfolípido obtenido a partir de la lecitina de soja que se encuentra en elevadas concentraciones en el cerebro. Es esencial para su correcto funcionamiento por formar parte de las membranas celulares de las neuronas. Además: • Es un activador natural de las funciones mentales. • Facilita la comunicación intercelular (transmisión del impulso nervioso) • Regula la salida y entrada de sustancias en las neuronas. • Aumenta el número de receptores para neurotransmisores Por su parte, la taurina es un compuestoderivadodel aminoácido cisteína que nuestro organismo produce de manera natural y también se encuentrapresente endeterminados alimentos, principalmentedeorigenanimal. Enel cerebroactúaestabilizando lamembrana de las células nerviosas y la actividadneuronal. Contribuye a mantener la atención, así como el rendimiento intelectual y físico. LA ESTIMULACIÓN INTELECTUAL MEDIANTE LA PRÁCTICA DE ACTIVIDADES NUEVAS ES UNA DE LAS MEJORES FORMAS DE EJERCITAR EL CEREBRO
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