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| 70 monográfico ALGUNAS PRÁCTICAS, COMO LOS SELFIES, HAN EXTENDIDO ESTA PROBLEMÁTICA A ADOLESCENTES Y ADULTOS Las liendres presentan forma ovoidea, son operculadas, blanquecinas y se hallan unidas al pelo por una secreción adherente, insolu- ble en agua y muy resistente, que dificulta su total eliminación. Son depositadas por las hembras 1 o 2 días después de que éstas alcancen su madurez sexual en las zonas cercanas al cuero cabelludo. El número de liendres que cada hembra puede poner diariamente oscila entre 4 a 10, pudiéndose alcanzar cifras de hasta 300-500 huevos du- rante la vida adulta del ectoparásito (30-40 días aproximadamente). A partir de los 4-14 días tras la puesta de la liendre, eclosionan las ninfas o larvas, también hematófagas. Su pequeño tamaño hace que no sean visibles a simple vista, debiendo sufrir aún tres estadios más hasta alcanzar la madurez del insecto. Su incubación se ve favorecida por el calor y humedad del cuero cabelludo. El piojo de la cabeza vive sobre el cabello de la cabeza, prefiriendo cabellos limpios y las zonas más cercanas a la nuca (occipitocervi- cales) y las orejas (retroauriculares), ya que estas áreas poseen una temperatura más elevada. La población infantil y adolescente en edad escolar son los grupos de población más afectados por este tipo de parasitosis; sin embargo, no presenta preferencia en cuanto tipo, color y longitud del pelo. El piojo se alimenta de la sangre que chupa de la piel de la cabeza y, a la vez, inoculan saliva, lo que produce ese picor intenso, irri- tación y, a veces, hasta lesiones e infecciones por el rascado. La forma más frecuente de transmisión es por el contacto directo con la cabeza, pero existen también otras vías de transmisión indirecta, como es el utilizar peines, cepillos, gorras, toallas, ropa de vestir y de cama y otros objetos contaminados. La pediculosis es más frecuente entre los niños de 4 a 10 años. Se puede decir que el aumento de las epide- mias de pediculosis está relacionado con el olvido y el exceso. Con el olvido, porque hoy en día los padres no vigilan las cabezas de los niños, dando por supuesto que no habrá piojos. Y con el exceso porque cuando los piojos están ahí se empiezan a utilizar indis- criminadamente los insecticidas disponibles en el mercado, sin hacer un tratamiento sistemático y olvidando las instrucciones de las autoridades sanitarias. Información veraz El farmacéutico es el profesional sanitario más consultado en caso de infestación por piojos, seguido del médico, según datos de la Encuesta Filvit sobre Pediculosis elaborada por la Sociedad Española de Pediatría Extra- hospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y el Centro de Información de la Pediculosis. Según datos de la misma encuesta, son las madres las que más conf ían en el farmacéutico en caso de infestación por piojos, además de las personas mayores de 65 años. En las farmacias los pacientes pueden ser informados del tratamiento y la prevención ante el riesgo de contagio, desde cómo utilizar la loción, el champú y la lendrera hasta qué hacer para evitar el contagio, sea a otros niños o a adultos con los que convive. Para prevenir nuevas infestaciones se recomienda lavar o aislar los objetos que han estado en contacto con la cabeza del niño y utilizar un líquido protector. Es importante que el protector o repelente tenga un olor agradable y sea bien tolerado para que no provoque recha- zo por parte del pequeño. A pesar de que el tratamiento pediculici- da compuesto por champú y loción es la primera opción utilizada por los pacientes según la encuesta, todavía se siguen uti- lizando remedios caseros o productos no adquiridos en la farmacia. Es importante que los productos que utilicemos, tanto para tratar como para prevenir la pediculo- sis, hayan demostrado su eficacia y cuenten con controles de calidad. Otras personas recurren a remedios caseros como el vinagre, que efectivamente puede servir para soltar las liendres y facilitar su extracción, pero no es tan efectivo y puede irritar la piel y los ojos. Existe también la falsa creencia de que lavando la cabeza con cuidado y usando champú normal se puede matar a los piojos, pero no es así, puesto que cuando la cabeza del niño entra en contacto con el agua, ya sea dulce o salada, los piojos cierran sus orificios respiratorios, entran en una especie de letargo y pueden sobrevivir así hasta 36 horas. Otro falsomito contra los piojos es el de cortar el peloa losniños cuandoestáncontagiados, o utilizar el secador o cepillo eléctrico pensan- do que se les va a quemar. No es efectivo porque el piojo se agarra al cuero cabellu- do, y además es donde pone sus huevos, la liendre. Ahí no llegan ni las planchas ni las tijeras. Tampoco los piojos saltan ni vuelan, sino que se trasmiten por el contacto entre las cabezas de los niños. Consejos Consciente de esta situación que se produce con el inicio del curso escolar, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) publica unas recomendacionesgeneralesdirigidas a la ciudadaníapara laprevenciónyel tratamiento de las pediculosis, así como para el uso correcto de productos pediculicidas, que sirven para tratar estas infestaciones de piojos y liendres: - Enseñar a los niños y a las niñas a no compartir gorros, peines o toallas. - Revisarles la nuca y detrás de las orejas. - Los niños y niñas con el pelo largo deben llevarlo recogido en parques de bolas o campamentos. - Concienciarles de la importancia de no rascarse para evitar lesiones en el cuero cabelludo. - Utilizar los pediculicidas siguiendo las instrucciones de uso. A continuación, peinar con una lendrera o un peine de púas finas y fuertes, que deberán limpiarse una vez aplicado el producto. - Repetir la aplicación de pediculicida a los 7-10 días. - No mezclar distintos productos pediculicidas: puede ser peligroso. - No usar estos productos de forma preventiva, ya que se disminuye su eficacia. - Solo deben utilizarse cuando se observen piojos vivos o liendres. - En caso de infestaciones repetidas, utilizar repelentes de piojos.

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