ESPECIAL COVID-19: UN AÑO DESPUÉS

ESPECIAL COVID-19 EL COVID-19 PUEDE DETERIORAR LA CALIDAD DE VIDA HASTA OCHO MESES DESPUÉS DE LA INFECCIÓN D entro de una realidad que ya no es ajena a miles de ciu- dadanos, los efectos del Covid-19 no terminan siempre que se supera la fase aguda de la enfermedad. Enmuchos casos, a la patología, ya sea en tránsito grave omás ligero, le sucede el Síndromepost-Covidquepuede convertirse en Síndrome de Fatiga Crónica, Síndrome post-UCI y secuelas multiorgánicas per- sistentes o discontinuas que marcan el estado funcional, cognitivo y anímico, muchas veces con un importante impacto sobre la calidad de vida de las personas afectadas. Hasta el punto de que el 51% de los pacientes refieren padecer o haber sufrido alguna circunstancia de salud mucho después de haber superado la fase aguda de la enfermedad. Dentro de un abanico de efectos que va de la disnea y la fatiga, con un 35% de los casos a los problemas cognitivos y las cefaleas (12%), pasando por las anomalías espirométricas o radioló- gicas (25%). Mientras que los síntomas neurológicos más comunes son la falta de atención y de concentración, los fallos de memoria, la ansiedad y la depresión. Cuando los síntomas no se van Según informan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, aumenta el número de pacientes que superan la infección por SARS-COV-2 pero conservan o desarrollan sus síntomas cuatro semanas después de superada la enfermedad. Sintomatología y eventos clínicos pueden sucederse en el tiempo, al margen de la gravedad que supuso la infección primaria con este patógeno. Este conjunto de consecuencias se agrupa bajo la etiqueta genérica de Covid Permanente, pero también recibe nombres como Covid-19 posagudo, efectos a largo plazo de Covid, Covid prolongado, síndrome de Covid posagudo, Covid crónico, Covid de larga duración o secuelas tardías de Covid. Temporalmen- te, se asume que el Covid-19 posagudo, o prolongado, es aquel que discurre entre el inicio de la sintomatología y las tres semanas posteriores. Mientras que el Covid-19 crónico dista entre el inicio de los referidos síntomas y las 12 semanas ulteriores. Aunque, a falta de una denominación completa e inequívoca, se ajustan a la citada nomenclatura todos aquellos casos en los que la persona que pasó esta enfermedad infecciosa no regresó a su estado de salud previo a la aparición de los síntomas. Actualmente, se asume que un periodo de cuatro semanas es suficiente para distinguir entre los síntomas de la infección original por SARS-CoV-2 y los efectos patoló- gicos que se pueden prolongar más en el tiempo, sin que todavía haya transcurrido tiempo suficiente para su conocimiento pleno. Algunos síntomas de unCovid-19más duraderode lo normal pueden confundirse con los debidos a las medidas preventivas como el ais- lamiento social, tales como la ansiedad, la irascibilidad, los cambios de ánimo y humor y los estados depresivos. Sin descartar que estas y otras manifestaciones clínicas puedan deberse a reinfecciones en un tiempo en el que van y vienen nuevas variantes del patógeno por la geografía mundial. Cuadros que pueden ganar en confusión, si se tiene en cuenta que los test pueden haber dado falsos negati- vos durante la fase aguda de la enfermedad o que tuviera lugar una reducción de los títulos de anticuerpos en el individuo. El Covid-19 es una patología que reúne conmucha frecuencia efectos multiorgánicos detectados a nivel cardiovascular, pulmonar, renal, dermatológico, neurológico y psiquiátrico, en la primera infección y con posterioridad. De forma que, pasada la etapa vírica, se pueden dar fenómenos como la fibrosis y la miocarditis. Esto introduce la problemática de que aún se ignore la duración de estos efectos sobre el sistema multiorgánico y si pueden ser la antesala de enfer- medades crónicas. Además, tras el Covid-19 se puede producir el síndrome inflamatorio multisistémico (MIS) y desarrollarse también afecciones autoinmunes. Cuando un farmacéutico comunitario recibe en su oficina a una persona que superó un ingreso hospitalario por Covid-19, o que re- cibió un tratamiento prolongado para esta enfermedad, debe tener presente que es posible que su cuerpo aún no se haya recuperado de intervenciones como la estenosis traqueal por intubación pro- longada y una debilidad severa asociada al desacondicionamiento. Entre otras repercusiones de la hospitalización por enfermedades respiratorias y de otro tipo. También debe tener presente que puede adolecer de un síndrome post-cuidados intensivos (PICS), con manifestaciones muy diversas debidas a la experiencia crítica, tales como una debilidad severa y un trastorno de estrés postraumático con duración superior a las cuatro semanas aludidas. El Covid prolongado, o Long Covid en su expresión inglesa, puede presentar complicaciones multiorgánicas superpuestas a los efectos de la hospitalización o la instauración de un tratamiento contun- dente. Dentro de esta heterogeneidad también puede darse una destacable variabilidad en términos de intermitencia o estabilidad de los signos clínicos. Los síntomas prolongados reportados ahoramás allá de la fase vírica del Covid-19 son la fatiga; la dificultad para pensar o concentrarse por efecto de lo que se denomina “niebla mental”; problemas para respirar, aunque las pruebas de imagen o de función pulmonar no muestren anomalías; tos; articulaciones y/o músculos doloridos; LOS SÍNTOMAS Síntomas prolongados más comúnmente reportados después de la fase vírica del Covid-19: • Fatiga • Dificultad para el pensamiento y la concentración: niebla mental • Dificultad para respirar, con o sin pruebas anormales de imagen o de función pulmonar • Tos • Dolor en articulaciones y músculos • Dolor torácico • Depresión o ansiedad • Dolor de cabeza • Fiebre • Palpitaciones • Pérdida del olfato o el gusto • Mareos al adoptar la posición erguida

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