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En este sentido, los pacientes también tienen necesidades urgen- tes relacionadas con la asistencia, sobre todo el hecho de que sus consultorios médicos permanezcan cerrados en muchos lugares de nuestra geografía. “Se habla mucho de que se ha implantado la telemedicina, pero lo que se ha hecho no es eso, es atención telefónica, que es algo muy distinto”, subraya Espolita, quien asimismo destaca el miedo a que el farmacéutico se contagie y tenga que cerrar la farmacia. “ Entonces sí, la atención sanitaria rural quedaría tocada de muerte”. Por otra parte, no es menos importante señalar que el paciente- medio rural es un paciente mayor y que, en muchos casos, vive en soledad, “y la actual situación en la que se limita el contacto social hace mella en su estado de ánimo y, por ende, en su salud” . Soluciones urgentes Por todo ello, el presidente de SEFAR demanda a las Administracio- nes que “empiezana tomarmedidas, y que lohagan ya” , para así evitar que desaparezcan gran parte de los establecimientos ubicados en poblaciones de menos de 1.000 habitantes. “Establecer el fondo de compensación y racionalizar el tema de las guardias serían medidas urgentes que no se deben demorar mucho si no queremos llegar a una situación irreversible” . También, a nivel de la administración local, “que sean conscientes de la situación y traten de ayudar a los farma- céuticos desde sus ayuntamientos y no tratar de imponerles aún más cargas de las que tienen ya que si esas farmacias desaparecen es muy posible que, a continuación, tengan que cerrar también sus pueblos”. Otro tema candente de estos profesionales es la demanda de poder vacunar y realizar test rápidos en las oficinas de farmacia como una forma de evitar la saturación de los centros de salud. Algo con lo que SEFAR está parcialmente de acuerdo, considerando que las farmacias son centros sanitarios “absolutamente seguros” y con un personal “totalmente capacitado y formado” para ejercer labores de salud que van mucho más allá de la mera dispensación de me- dicamentos. Todo ello unido al hecho de que, por su proximidad, “son la puerta de entrada del paciente al sistema sanitario, lo que redundaría, seguramente, en un aumento de las tasas de vacunación y una mejora de los rastreos” . Eso sí, el portavoz de los farmacéuticos rurales señala que estos temas “requieren unos protocolos y una capacitación, con instala- ciones adecuadas y con comunicación constante y permanente con la administración sanitaria” . Y no solo eso, desde SEFAR han presentado un proyecto de telesalud en el mundo rural, que llevan probando más de un año, “seguro y confidencial” , que conectaría los consultorios y centros de salud rurales con las farmacias rurales a través de una plataforma por la que el médico puede hacer una atenciónmédica y de seguimiento a sus pacientes, aprovechando la presencia e infraestructura de estos establecimientos. Eso sí sería, concluye Espolita, “ungran salto cualita- tivo en la percepción de la oficina de farmacia como centro sanitario”. contagios, periodos de descanso, medidas físicas en los locales), estos profesionales no están en absoluto preparados para los rebrotes. “A día de hoy, la asistencia sanitaria en gran parte de la España rural recae casi exclusivamente sobre la farmacia rural y, por desgracia, se nos está dejando solos. Si seguimos tensionandoal eslabónmás débil de nuestro modelo farmacéutico, es probable que acabe reventando”. Como explica el farmacéutico, hay que tener en cuenta que muchos pacientes que habitualmente regresan a las ciudades una vez fina- lizan las vacaciones, han optado este año por alargar su estancia en los pueblos ante la situación de alarma. Además, aumenta el número de pacientes confinados en sus casas por contagios o prevención, “lo quemultiplica la atención domiciliaria” que ya se realizaba antes y siempre fuera del horario laboral de estas farmacias. “Si le unimos esto a la ausencia de vacaciones y al desproporcionado sistema de turnos de guardia en el medio rural, la situación es fácil de entender” . Decálogo de Reivindicaciones Ante esta situación han optado, lógicamente, por intentar ser escu- chados. Para ello han publicado, junto a la Federación de Empresarios Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (FEFCAM) el ‘Decálogo de Rei- vindicaciones de la Farmacia rural en la Covid-19’, cuyo fin es “poner negro sobre blanco qué necesidades tiene la farmacia rural y que, en muchos casos, sondiferentes a los de la farmaciamedia española. Hacer conscientea laAdministracióndequenuestrosector esmuyheterogéneo y que no se pude legislar como si fuese un todo, y ‘dar un toque’ a nues- tros representantes de que la situación de la farmacia rural (garante y justificación de nuestromodelo farmacéutico) está empezando a llegar al límite y puede provocar que estallen sus costuras”. Al desarrollar los puntos más importantes del documento, Espolita destaca, “sinduda”, el establecimiento de un fondo de compensación que palíe las llamadas “rentas de localización ”. A su modo de ver, “es incoherente establecer un modelo de prestación farmacéutica cuyo principal objetivo es que existan farmacias en las zonasmenos pobladas ymás desfavorecidas (que son enmás de un 90% las zonas rurales) que garanticen el accesouniversal al medicamento y, a la vez, pretender que sus ingresos provenganúnicamentedel númerode envases dispensados. Es necesario establecer algún mecanismo que redistribuya, en cierta forma, esas rentas” . También es fundamental el tema de los servicios de guardia, ya que creen que hay un abuso, por parte de la Administración, de este servicio, puesto que no le supone ningún tipo de gasto, pero sí im- posibilita al farmacéutico rural una mínima conciliación con su vida personal. “Es inconcebible que se obligue a un profesional sanitario a permanecer en servicio de urgencias hasta seismeses al año y, además, que lo haga de forma deficitaria” . Por último, destaca el profesional, piden“ legislar aquellos serviciosprofesionalesque son indispensables en el medio rural, como la atención domiciliaria, que se permitenhaciendo la vista gorda pero que podrían ocasionar problemas legales a nuestros compañeros por el simple hecho de ayudar al paciente”. “ES INCONCEBIBLE QUE SE OBLIGUE A UN PROFESIONAL SANITARIO A PERMANECER EN SERVICIO DE URGENCIAS HASTA SEIS MESES AL AÑO Y, ADEMÁS, QUE LO HAGA DE FORMA DEFICITARIA”
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