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| 76 monográfico tantes no amamantados no hay un claro consenso en la literatura científica acerca del mejor momento. La alimentación se puede introducir entre el cuarto y el sexto mes, y es adecuado esperar a que el lactante presente signos de que ya está listo para comenzar. Es importante reconocer las señales, según su desarrollo motor, ya que no todos los niños van a adquirir estas capacidades a la misma edad. Para poder ingerir alimentos diferentes a la leche, es conveniente que el organismo tenga la maduración necesaria a nivel neuroló- gico, renal, gastrointestinal e inmune. Se considera que un bebé está preparado cuando adquiere las destrezas psicomotoras que permiten manejar y tragar de forma segura los alimentos. Como cualquier otro hito del desarrollo, no todos los niños lo van a ad- quirir al mismo tiempo, aunque en general estos cambios suelen ocurrir en torno al sexto mes. Se requiere: - Presentar un inter s activo por la comida. - La desaparición del reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua). - Ser capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca. - Mantener la postura de sedestación con apoyo. Una introducción muy precoz de la AC puede conllevar riesgos a corto y largo plazo Fórmulas de 1 a 3 años Las fórmulas para niños de corta edad (comúnmente conocidas como “leches de crecimiento” o “leches tipo 3”) son bebidas a base de leche, derivadas de proteínas de origen animal o vegetal, destinadas a satis- facer parcialmente los requerimientos nu- tricionales de los niños de entre 1 y 3 años, como parte de una dieta diversificada. Est n enriquecidas con una serie de micro- nutrientes (por ejemplo, hierro, vitamina D), cidos grasos poliinsaturados y otras sustancias (por ejemplo, taurina) que est n comúnmente presentes en las fórmulas de continuación, y que no lo est n (o en cantidades m s bajas) en la leche de vaca. Tambi n pueden contener diferentes azúcares (por ejemplo, lactosa, sacarosa, glucosa, maltosa), a veces miel y, en ciertos casos, saborizantes. Al contrario de lo que ocurre con los prepa- rados para lactantes y de continuación, no se han promulgado directivas específicas a nivel nacional ni europeo sobre su compo- sición y etiquetado. Como consecuencia las fórmulas para niños de corta edad disponi- bles en España presentan una composición muy heterog nea. En la mayoría de las ocasiones, la industria alimentaria se ajusta a las recomendaciones existentes para los preparados de continuación, sin embargo, en otros casos la composición se asemeja m s a la de leche de vaca. Varios estudios acerca de la alimentación en niños de corta edad llevados a cabo a nivel europeo revelan un consumo excesivo PARA PODER INGERIR ALIMENTOS DIFERENTES A LA LECHE, ES CONVENIENTE QUE EL ORGANISMO TENGA LA MADURACIÓN NECESARIA Conducta alimentaria El niño, desde que es bebé hasta que tiene 3 años de edad, aprende amamar, probar, masticar, tragar ymanipular alimentos, y tambi nadescubrir diferentes olores, sabores y texturas, con la finalidaddeque se incorpore, poco apoco, a la alimentación familiar. La educación de la conducta alimentaria en esta franja de edad tiene el objetivo de conseguir, adem s de un buen estado nutricional, el aprendizaje de h bitos alimentarios saludables. Los diferentes entornos donde come el niño (en su casa, en casa los abuelos, en las escuelas infantiles, etc.) tienen que ser el marco idóneo para transmitir una seriedeh bitos, como sonel usode los cubiertos, los h bitos higi nicos b sicos y un comportamiento en la mesa adecuado. La alimentación facilita espacios privilegiados para la comunicación, ya que permite el contacto físico, visual y auditivo con la madre, el padre o la figura de apego. Las comidas tienen que ser, pues, espacios de contacto, de relación y de afecto. Hay que potenciarlos para convertirlos en espacios donde estrechar nuestros vínculos. No se puede olvidar que los ritmos de los niños sonm s lentos que los de los adultos, por lo tanto, para que se genere una buena relación en torno a la comida, la paciencia y el tiempo que se dedican son imprescindibles. Las comidas sonmomentos idóneos para la comunicación y el intercambio, para escuchar lo que dice o expresa el niño de manera no verbal, y para respetar sus decisiones (no quiere comer m s, quiere ir m s despacio...). A medida que el niño vaya creciendo, tendr m s capacidades y podr ir experimentando con la comida. Es importante que la actitud del adulto en esta exploración sea de con confianza y aliento. Estudios observacionales han demostrado que los alimentos consumidos por los padres yqueest ndisponiblespara sushijospredicenel tipodealimentos consumidos por los niños. Tanto los adultos (padres, familiares, cuidadores, educadores) como sus semejantes (hermanos, compañeros de clase, amigos) sonmodelos adecuados para promover la aceptación de nuevos alimentos. A medida que los niños crecen y se hacen m s independientes, entran en juego otras influencias como la publicidad, la disponibilidad de alimentos en centros escolares o la imitación de sus iguales.

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