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el farmacéutico | 14 Nuria Gutiérrez (Cantabria) Nadie dijo que ser farmacéutica rural fuera fácil. Nuria lo sabe de primera mano. La escuchamos: “Hace 19 años dejé mi puesto de trabajo en una farmacia de barrio en Santan- der, con mi horario jo, mis vacaciones… Para venirme a Valderredible a convertirme en la boticaria de su pequeña o cina de farmacia. A los 2años ymedionacemi hijaLucíay2después llega Lucas, y ahí estaba yo, sin baja de mater- nidad, ni vacaciones, con la farmacia, dos hijos pequeños…No fue fácil…”, suspira, y continua: “Pero es que no es fácil ser farmacéutica rural, y menos con todos los vaivenes de la profesión”. Gracias a sus padres incondicionales, ella ha logradocumplir susueño: tener subotica rural. Dice sentirse una afortunada por ejercer una vocaciónde servicio: “Aquí en lospueblos, adía de hoy, creo que es realmente donde damos un auténtico sentido a nuestra profesión, puesto que acabamos haciendo un servicio sanitario integral a la población”. Así es, pero, ¿cuál es el secreto? “Hayquehacer de farmacéutico, pero sobre todohay que saber escuchar al paciente dedicándole el tiempo que necesite, convirtiéndonos en algo más que dispensadoresdemedicamentos, haciendouna labor social, porque ayudar y acompañar a la gente es lomás reconfortante”. Si lugar a dudas, Nuria es una entregada a su trabajo que adquiere unas singularidades propias en el entorno rural. “El tema de la de- spoblación es un fenómeno que nos afecta de llenoatodos los farmacéuticos rurales; si nocon- seguimos jar a la po- blación jovencreando puestos de trabajo y ofreciendo servicios, va a ser muy difícil ga- nar la batalla”. Y es que, a pesar deque el modelo en sí mismo esmuybueno, garan- tizando un servicio a poblaciones rurales muy deslocalizadas, “si no cambia nada, estas están abocadas >> Mercedes Migoya (Asturias) La botica de su abuelo, Ismael Migoya, abrió sus puertas en 1940.Todos los recuerdos de la infancia de Mercedes rememoran la antigua farmacia de la familia. “Me incorporé a la pro- fesión en el año 2002 como tercera generación de una familia de farmacéuticos. La verdad es queno recuerdohaber queridoser otracosaque no fuera farmacéutica”, nos declara sonriente. Y es que el hecho de ayudar a las personas a mejorar la calidad de vida de la gente es muy reconfortante. “Disfrutomuchísimocuandome entrego ami clientela”. Ella, boticaria de barrio, regenta una farmacia al lado del casco antiguo de Oviedo con un per l de cliente mayoritariamente pensionis- ta, aunque también atiende a los trabajadores de los edi cios colindantes que trabajan en la Administración . “Gracias al desarrollo de la categoría de dermofarmacia y a los talleres que realizamos, suelen acudir más mujeres que hombres, sobre todo de 30 a 55 años”. ParaMercedes, unvalor añadidode la farmacia es precisamente su capacidadpara adaptarse a las necesidades de lo que demanda la so- ciedad en cada momento. “La farmacia está evolucionando constantemente; los cambios traenparejosnuevasoportunidades. El clientees más exigente y tiene unamayor accesibilidad a la información–verazono, peroahí estánuestro papel–. Y eso nos hace estar alerta, seguir en constante formación y no acomodarnos”. Más exigencia y más actualización de los co- nocimientos, dos elementos esenciales para los tiempos que corren. Conozcamos más la idea de negocio de esta boticaria asturiana: “Nuestra base de negocio sigue siendo el medi- camento. Es en loque somos especialistas, nues- tra diferenciación, pero es necesario desarrollar otras áreas para sobrevivir frente a medidas como las bajadas continuas de precio”. Por tanto, servicios y especialización que complementen la dispensación farmacéutica. “Las farmacias deben apostar por los servicios profesionales. Es la manera de aportar valor”, asegura, y añade: “En nuestro caso concreto, cabe destacar el laboratorio de formulación magistral,quelleva80añosfuncionando,yotros servicios que hemos ido incorporando como el control deparámetros, el dedermofarmaciay el de SPD, que consiguemayor seguridad, higiene y adherencia al tratamiento”. Claroestá, esta inversiónen formación ypues- ta enmarcha de nuevos dispositivos colisiona con la política de recortes. “No puede ser que siempre que se hable de recortar se haga por el mismo sitio. Es más fácil bajar precios por sistemames ames yque ladiferencia lapaguen los farmacéuticos”, advierte, y concluye: “Es una pena porque nuestro modelo de farmacia merece la pena cuidarlo y mantenerlo. Ahora empiezan los problemas como los desabaste- cimientos, pero con esos precios es normal que esto pase”. Por tanto ¿cuál es la receta de futuro? “Tengo claro que, hoy por hoy, nuestro día a día es estudiar y trabajar muchísimo. Salir más de la farmacia y aprender de otros profesionales sin perder nunca nuestra esencia”. “Hay que luchar por nuestro modelo de farmacia basado en la excelencia y en la profesionalidad” “Solo unidos podremos hacer frente a todos los desafíos que tenemos por delante”
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