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el farmacéutico | 12 >> Milagros Pérez-Angulo (Córdoba) Siempre lehaatraídoelmundode lamedicina. Curiosa e inquieta, Milagros sabía desde el pri- mer momento lo que quería hacer. La botica, la de su madre, siempre le llamó la atención, y en1991 sematriculóen la facultadde farmacia deGranada.Desdeentonceshapasadomucho tiempo, pero su dedicación sigue intacta. “Me entrego a mis pacientes como si fuera el primer día. Les doy una atención profesional y persona- lizada, ellos lo agradecenmucho” . Su farmacia está ubicada en el barrio Ciudad Jardín, en la capital cordobesa, el mismo sitio donde su madre atendía a los vecinos ya des- de los años 70. “La farmacia en esencia no ha cambiado, pero ha evolucionado sobre todo en tecnología, ordenadores, programas de gestión, plataformas de trabajo, receta XXI, etc., siempre adaptándose a los nuevos tiempos” . Así es, yMilagros lo sabebien, suclientela sigue siendo la misma, la de toda la vida: “Trabaja- dores, vecinos que se conocen desde pequeños y acostumbrados a sus comercios de siempre, personas elescomoellossolos” . Por tanto, clien- tela el y conocida, en su mayoría pensionista y polimedicados, por lo que el medicamento representa un alto porcentaje de las ventas. “Trabajamos implicados en la salud de nuestros “Apuesto por una farmacia de calidad, formada y participativa en todos los temas de salud” Antonieta de Diego (Cantabria) Viajamos a Cantabria para conocer la historia de Antonieta. Joven, inquieta por aprender y con una trayectoria detrás apasionante, a los 15 años se fue a estudiar a Irlanda y allí, reali- zando unas prácticas en una farmacia, descu- brió la botica por dentro. “Pude experimentar por primera vez la esenciade laprofesión”. Pero para ella nada era nuevo, ya que desde muy pequeña su madre le había transmitido su pasión por la botica y siempre tuvo claro a lo que se quería dedicar. Una función, la del farmacéutico, con gran trascendencia social, pues aporta no sólo se- guridad y correcta utilización de los fármacos en una sociedad cada vez más envejecida, sino que contribuye a la promoción de la salud de la población en general con campa- ñas como las de prevención. Y es que según Antonieta: “Creo que con la misma tendencia que en otros países, la gura del farmacéutico conseguirá tener el valor que debería ocupar tantoen la sociedadcomopor partedel sistema sanitario”. Ella lo sabe bien, pues regenta desde hace 2 años la farmacia materna en Astillero, un hermoso municipio cerca Santander a la que acuden personas de avanzada edad, esto es, la franja de población que presenta mayor probabilidad de tener problemas de salud. “Estos per les son los quemás buscan la gura deunprofesional de con anzaque les conozca, con alta disponibilidad y próximo a ellos. El farmacéutico debe cumplir esta misión”. La farmacia se ha ido actualizando según las necesidades de los pacientes, implantando servicios y con una visión más amplia que el modelo tradicional. Eso sí, sin olvidar sus orí- genes y creciendo comoprofesionales. “Desde que comencé a trabajar no se han producido grandes cambios en el modelo farmacéutico, aunque sí ha habido una adaptación en la gestióna los cambios legislativos ya los recortes implantados por la administración”. En de nitiva, una farmacia –la actual– que desarrolla su parte más asistencial. Así, si bien es cierto que la venta mayoritaria sigue siendo de medicamentos, también lo es que los servicios complementarios, que “van ga- nando peso a medida que lo van conociendo los pacientes e incluso los médicos, derivando los casos en los que podemos ayudar”. Y es que en el mercado se observa una ten- dencia de crecimiento en las diferentes cate- gorías. “Cada vez el paciente esmás exigente y tienemás conocimiento, por loque es necesario que el farmacéutico esté actualizado”. De ma- nera que la implantación de nuevos servicios siempre es positiva, “tanto para la farmacia como para los pacientes, pero siempre conuna formación previa y de calidad”. Antonieta se de ne como rme defensora de la farmacia asistencial, y nos explica por qué: “Creo que nuestra la- bor va más allá de la dispensación de me- dicamentos,podemos ayudar directamente a los pacientes y con- vertirnos en un pilar importante del siste- ma de salud”. Pero, ¿cómo encajar esa apuesta asistencial con la necesidad de consolidar una farma- cia sostenible? “Para que la farmacia sea sostenible a largo plazo se precisa el apoyo del gobierno y del sistema de salud, para po- der complementarnos y así colaborar en una utilización más racional del medicamento”, asegura, y añade: “Hay datos que revelan que la prevención y los servicios, como la revisión de la medicación y los SPD, disminuyen nota- blemente el gasto sanitario”. Para Antonieta, la mejor manera de ahorrar es invertir en la prevención, en la educación sanitaria, en la adherencia y en la correcta revisión de medicación, entre otras muchas medidas. “Nopodemoshablar de recortes sani- tariosque traenconsigounmayor gastodebido a la falta de adherencia, desabastecimientos, errores en la medicación, etc., pues generan, a la larga, un aumento de forma indirecta el gasto, hacen insostenible el gran sistema de salud que tenemos y empeoran la calidad de vida de los pacientes”. “Los servicios profesionales son positivos tanto para la farmacia como para los pacientes, pero siempre con una formación previa y de calidad”

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