El objetivo de la Cooperativa d’Apotecaris es garantizar a las oficinas de farmacia de Mallorca, Ibiza y Formentera su acceso a los medicamentos y productos sanitarios que precisan para llevar a cabo su labor sanitaria ante los ciudadanos isleños. Además, contribuye a la protección de la salud de la población balear; coopera con la administración pública para implementar sus políticas farmacéuticas y ofrece servicios de valor añadido a laboratorios y oficinas de farmacia.
La insularidad es un “factor clave” para entender la realidad de la distribución farmacéutica en Islas Baleares. Lo piensa Eladio González Miñor, presidente de la Cooperativa d’Apotecaris. “Explica nuestra vulnerabilidad ante el riesgo de un eventual desabastecimiento, que debemos prevenir con un incremento de nuestro stock de seguridad y una ...
La insularidad es un “factor clave” para entender la realidad de la distribución farmacéutica en Islas Baleares. Lo piensa Eladio González Miñor, presidente de la Cooperativa d’Apotecaris. “Explica nuestra vulnerabilidad ante el riesgo de un eventual desabastecimiento, que debemos prevenir con un incremento de nuestro stock de seguridad y una planificación rigurosa en materia de suministros desde la Península”, expone. Por lo demás, el servicio que prestan es equiparable al de cualquier otra zona de España. Quizá la excepción se encuentra en la isla de Formentera, cuyas cuatro farmacias son abastecidas diariamente a través del ferry, intentando paliar de ese modo los efectos de su triple insularidad. El presidente de d’Apotecaris destaca, del mismo modo, “el fuerte sentimiento de propiedad y de fidelidad que tienen los farmacéuticos isleños respecto a su cooperativa”.
A su parecer, la distribución farmacéutica de gama completa actúa como nexo estratégico entre las Administraciones públicas, las Oficinas de Farmacia y la industria farmacéutica para la mejora del sistema sanitario en beneficio del paciente. Desde ese punto de vista, “su papel continua siendo clave para la viabilidad de un moderno sistema de Salud como el nuestro”.
“De hecho, sería imposible sin un modelo de distribución solidaria que a la hora de prestar sus servicios no distingue, por motivaciones económicas, entre ningún tipo de farmacia”, declara González Miñor. “En ese sentido, y al margen de los riesgos y las amenazas, algunas muy serias, que se ciernen sobre el sector, podemos afirmar que la distribución farmacéutica de gama completa goza en nuestro país, de momento, de una razonable buena salud”, reflexiona.
“Estamos tan acostumbrados a tener una distribución farmacéutica eficaz, segura y solidaria, que a veces olvidamos que sin ella no habría la certeza de que todo paciente puede acceder, en cualquier circunstancia, a la medicación prescrita. Este olvido parece inspirar a menudo las actuaciones de una Administración que debería acostumbrarse a vernos, de una vez por todas, como sus aliados”, critica. “Debido a las sucesivas bajadas de precios, la distribución está trabajando cada día con un mayor número de referencias sin margen, a pérdidas, y eso es algo que previsiblemente deberá revisarse en el futuro”, propone. Insiste:
“Muy probablemente, la distribución mayorista tendrá que revisar el nivel de servicio y el modelo solidario de distribución”.“Esto significa que el acceso universal y oportuno al catálogo de medicamentos puede verse también amenazado”, matiza. Diversos estudios proponen plantear mecanismos de compensación alternativos para asegurar la sostenibilidad a futuro del modelo de distribución y mantener medidas de racionalización del sector que permitan seguir ganando eficiencia. (…)
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