Prescrita por los dermatólogos en más de 45 países, SVR ha sabido crecer sin traicionar sus valores. Autenticidad y ética, con sinceridad mezclada con una seriedad y una cualidad ejemplares. Estas calidades han hecho posible que la marca imponga en el mercado tratamientos de referencia para todas las pieles, incluso las más sensibles.
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La suya es una historia de familia. En 1962, Simone y Robert Véret, una pareja de farmacéuticos visionarios, crearon SVR, un laboratorio dermatológico cuya preocupación fundamental era “la piel bella”. Al pasar los años, su hijo, y más tarde su nieto, transformaron aquella pequeña marca familiar francesa en una estrella ...
La suya es una historia de familia. En 1962, Simone y Robert Véret, una pareja de farmacéuticos visionarios, crearon SVR, un laboratorio dermatológico cuya preocupación fundamental era “la piel bella”. Al pasar los años, su hijo, y más tarde su nieto, transformaron aquella pequeña marca familiar francesa en una estrella del sector de la dermocosmética.
Su credo es formular principios activos de referencia en dermatología en sus más altas dosis, sin ceder por ello a la tolerabilidad cutánea. ¿El resultado? “Tratamientos inigualables en términos de eficacia y de tolerabilidad”. En 2015, SVR se renueva y evoluciona para transmitir mejor que nunca sus valores de marca: el poder de la dermatología al servicio de la belleza.
Para todas las pieles, incluso las más sensibles y las más exigentes, el Laboratorio Dermatológico SVR propone un menú de desarrollo integral, desde la investigación y el desarrollo hasta el producto acabado, con el fin de proporcionar alta seguridad, tolerabilidad absoluta y máxima eficacia. Todo ello gracias a principios activos de referencia en dermatología, los más concentrados del mercado, y un savoir-faire en formulación excepcional. Dicha concentración alta tiene como objetivo maximizar el rendimiento. Los tratamientos están específicamente formulados para optimizar la tolerabilidad. Para el laboratorio SVR, la dermatología realza la belleza. Ha de ser atractiva y seductora.