La Profesión Farmacéutica se suma a la celebración del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple.
El 27 de mayo se ha celebrado el Día Mundial de Esclerosis Múltiple con el lema general “Juntos, somos más fuertes que la esclerosis múltiple”. La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune del sistema nervioso central que se estima que afecta a unos 2,5 millones de personas en ...
El 27 de mayo se ha celebrado el Día Mundial de Esclerosis Múltiple con el lema general “Juntos, somos más fuertes que la esclerosis múltiple”. La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune del sistema nervioso central que se estima que afecta a unos 2,5 millones de personas en todo el mundo; en España, hay alrededor de 40.000 pacientes, según datos de la Federación Española para la Lucha contra la Esclerosis Múltiple. Los costes económicos, sociales y médicos asociados a la enfermedad son notables.
En nuestro país, el coste tan solo del tratamiento se sitúa anualmente en unos 1.200 millones de euros. Prácticamente todos los medicamentos modificadores de la enfermedad utilizados en el tratamiento de la esclerosis múltiples han sido calificados administrativamente para su dispensación exclusiva en los servicios de farmacia hospitalaria.
Los farmacéuticos, tanto a nivel comunitario como hospitalario, trabajan activamente para conseguir elevados niveles de eficacia y seguridad de los medicamentos para la esclerosis múltiple, promoviendo medidas de mejora de la adherencia a la medicación, ayudando en el seguimiento de los efectos clínicos y adversos y recomendando estrategias para minimizar estos efectos.
La localización de la oficina de farmacia, próxima al paciente y, en muchos casos, el conocimiento personal del paciente por parte del farmacéutico comunitario, puede facilitar un seguimiento estrecho del plan de gestión y de minimización de riesgos de los medicamentos, incluyendo la comunicación de sospecha de reacciones adversas por los propios pacientes.
En España, según algunos estudios, la información recibida desde la farmacia hospitalaria - por ejemplo sobre efectos adversos con otros tratamientos - mejora la adherencia un 1,2% (llegando al 94%), mejora la satisfacción con la medicación y la calidad de vida de estos pacientes.