En Santiago y Zaraiche (Murcia), se encuentra la farmacia de Juan Carlos Fernández Poderós y de María Lucía López Sánchez. A su juicio, “es importante el consejo del farmacéutico”, con el objetivo de dar una buena atención farmacéutica.
Él es farmacéutico y ella es farmacéutica, óptica y optometrista. Juan Carlos Fernández Poderós y María Lucía López Sánchez tienen su farmacia, de 160 metros cuadrados repartidos en dos locales, en Santiago y Zaraiche, una pedanía perteneciente al municipio de Murcia, desde 2004. En aquel momento, se trasladaron de lugar, ...
Él es farmacéutico y ella es farmacéutica, óptica y optometrista. Juan Carlos Fernández Poderós y María Lucía López Sánchez tienen su farmacia, de 160 metros cuadrados repartidos en dos locales, en Santiago y Zaraiche, una pedanía perteneciente al municipio de Murcia, desde 2004. En aquel momento, se trasladaron de lugar, pero han estado durante 20 años con farmacia rural.
Fernández Poderós, al hacer un análisis sobre el sector, destaca que se da mejor atención a los pacientes, que su profesión se asienta en la atención farmacéutica y el prestigio que tiene ésta entre la población. Recuerda que han bajado los precios de los medicamentos y sus márgenes y que, por otro lado, está el tema de los impagos. Admite sobre esto que en Murcia no se pueden quejar, en comparación con otras regiones. “Hicimos una póliza de pagos, hemos estado cobrando y parece que la Consejería nos va a seguir pagando. Ahora vamos a tener más ventajas con la receta electrónica, que acaba de empezar aquí, el 20 de enero. Pienso que esto es el futuro”, declara.
Hace hincapié en que, como pertenecen a una comunidad uniprovincial, se mantienen ajenos a todo el guirigay político. En su farmacia trabajan ellos, como titulares, y dos auxiliares. “Cuando vinimos aquí, todo estaba más atrasado y lo hemos modernizado bastante. El concepto de farmacia rural en Murcia es diferente a otros lugares”, afirma Fernández Poderós.
En ese sentido, además de farmacéutico, se siente economista, abogado,… “Por cómo trabajamos. Los boticarios rurales hemos tenido que hacer de todo. Éste es un barrio joven. Gente que viene, de otras provincias. Hay gente de todas partes. Es una zona de expansión. Yo soy optimista, porque ya más que se han metido con nosotros –en relación a los recortes– no pueden meterse más”, subraya.
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