Los disruptores endocrinos y su impacto en la salud

Estas sustancias químicas son capaces de alterar el sistema hormonal humano, con efectos que pueden ir desde problemas de fertilidad hasta enfermedades graves como el cáncer. Los compuestos están presentes en el entorno cotidiano, como en el aire y los productos de consumo más comunes.

11/02/2025

Los disruptores endocrinos (DE) son sustancias químicas que tienen la capacidad de alterar el sistema hormonal humano, lo que puede tener efectos graves en la salud. A pesar de que la ciencia ha avanzado en la comprensión de estos compuestos, la exposición a ellos sigue siendo un desafío constante en ...

Los disruptores endocrinos (DE) son sustancias químicas que tienen la capacidad de alterar el sistema hormonal humano, lo que puede tener efectos graves en la salud. A pesar de que la ciencia ha avanzado en la comprensión de estos compuestos, la exposición a ellos sigue siendo un desafío constante en la vida cotidiana. Dos expertas, Sara Gómez, dermatóloga de la Clínica Corium Dermatology en Barcelona, y Myriam Montes, radióloga experta en diagnóstico de cáncer de mama, y miembros del Comité Científico que ha impulsado Laboratorios SVR, cuya labor se centra en investigar, asesorar e informar sobre los disruptores endocrinos, ofrecen una visión detallada sobre qué son los disruptores endocrinos, sus fuentes, efectos en la salud y cómo los médicos pueden abordar este tema con sus pacientes.

Importancia de los disruptores endocrinos en la salud

Según la dermatóloga de la Clínica Corium Dermatology, los disruptores endocrinos son sustancias químicas o mezclas de sustancias que tienen la capacidad de alterar el sistema endocrino humano, encargado de regular las hormonas. "Pueden imitar el funcionamiento de nuestras propias hormonas, bloquearlas o incluso aumentar su efecto, lo que puede alterar diversos procesos fisiológicos en el cuerpo humano", señala la dermatóloga. Estos compuestos afectan principalmente a órganos clave como la tiroides, los órganos reproductivos (pueden imitar o alterar estrógenos y andrógenos), las glándulas suprarrenales y el páncreas, entre otros.

La relevancia de los disruptores endocrinos para la salud humana radica en su capacidad de causar alteraciones a largo plazo. La experta explica que "la exposición a estas sustancias se ha relacionado con alteraciones de la fertilidad, problemas tiroideos, obesidad, diabetes, alteraciones del sistema inmunológico e incluso algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama y próstata". Estas enfermedades no son exclusivamente causadas por la exposición a disruptores endocrinos, pero las evidencias científicas apuntan a una correlación significativa, especialmente en personas predispuestas o en etapas de la vida particularmente vulnerables.

Fuentes comunes de disruptores endocrinos

Los disruptores endocrinos están presentes en una amplia variedad de fuentes, tanto naturales como artificiales. "Podemos encontrarlos en el aire que respiramos, en el agua, en alimentos, en productos de consumo diario e incluso en el lugar de trabajo", indica. En el medioambiente, algunos de los compuestos más comunes son metales pesados como el mercurio, el cadmio, el plomo y el arsénico, que provienen de la contaminación industrial y agrícola. Por otro lado, sustancias como los pesticidas, insecticidas y herbicidas (incluido el dicloro difenil tricloroetano o DDT, cuyo uso sigue siendo permitido en algunos países) son una fuente importante de exposición en la agricultura.

A nivel doméstico, los plásticos y compuestos derivados de ellos son algunos de los principales culpables de la exposición a disruptores endocrinos. La especialista menciona los ftalatos, que se encuentran en muchos productos de higiene personal, como champús, geles de baño, esmaltes de uñas y perfumes. "Aunque los ftalatos no se usan intencionadamente en cosmética, se hallan en estos productos debido a su presencia en las fragancias y otros aditivos", sostiene. Otros compuestos comunes en los hogares incluyen las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), utilizados en sartenes antiadherentes y ropa impermeable, y el bisfenol A (BPA), que se encuentra en envases plásticos y latas de alimentos.

Gómez aclara que "los productos de uso cotidiano están cargados de estas sustancias. Por ejemplo, los envases de alimentos, el aire de las ciudades, ciertos electrodomésticos y hasta las alfombras de nuestras casas pueden contener compuestos que afectan nuestra salud". La exposición continua y constante a estos compuestos hace que la prevención sea más complicada, pero posible.

Afectando a los grupos más vulnerables

Los grupos de la población son igualmente susceptibles. "Sabemos que los primeros 1000 días de vida, desde el embarazo hasta los primeros años, son una etapa crítica porque durante este período el sistema hormonal del niño está en pleno desarrollo", comenta. La exposición a disruptores endocrinos durante el embarazo y la lactancia puede tener efectos duraderos en la salud de los niños, tales como el desarrollo de trastornos neurocognitivos como el TDAH, y problemas metabólicos y endocrinos, entre los que se encuentra el hipotiroidismo congénito.

Además de los niños, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas u hormonales están especialmente expuestas a los riesgos derivados de los disruptores endocrinos. Las enfermedades provocadas por la exposición a estas sustancias están relacionadas con alteraciones en el desarrollo cognitivo y emocional, trastornos endocrinos, problemas de fertilidad, cáncer de mama y próstata, y enfermedades autoinmunes, entre otros.

¿Cómo reducir la exposición?

A pesar de que los disruptores endocrinos están presentes en múltiples aspectos de nuestra vida diaria, tanto Gómez como Myriam Montes coinciden en que los médicos pueden desempeñar un papel clave en educar a los pacientes sobre cómo reducir su exposición a estos compuestos. La radióloga experta en diagnóstico de cáncer de mama asegura que "es fundamental que los profesionales de la salud informemos a los pacientes sobre la realidad de los disruptores endocrinos. Si bien es imposible evitar completamente la exposición, sí podemos enseñar a nuestros pacientes cómo reducirla".

También menciona la importancia de ser claros en la comunicación, sin generar alarma innecesaria, ya que "este es un tema complejo, y si se deja al paciente investigar por sí mismo, puede llegar a conclusiones erróneas o temerosas. La clave es proporcionarles herramientas prácticas y basadas en la evidencia para que tomen decisiones informadas".

Algunos consejos prácticos incluyen evitar los alimentos envasados en plásticos; optar por conservas en vidrio; reducir el consumo de alimentos con grasas animales, donde los disruptores endocrinos pueden acumularse; y elegir utensilios de cocina de materiales más seguros, como hierro, acero inoxidable o cerámica. "Es importante también ventilar bien los hogares, elegir productos de limpieza y cosméticos libres de compuestos dañinos, y ser conscientes de lo que consumimos", expresa.

Prevención de enfermedades

Montes subraya que los médicos deben adoptar un enfoque preventivo en el tratamiento de enfermedades relacionadas con los disruptores endocrinos.Hasta ahora, la medicina ha estado enfocada principalmente en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, pero cada vez se le da mayor importancia a la prevención. La especialista asegura que "con el conocimiento que tenemos, sabemos que muchas enfermedades pueden prevenirse si modificamos ciertos aspectos de nuestro estilo de vida, como la exposición a disruptores endocrinos".

En cuanto al consenso científico, reconoce que existe incertidumbre en algunos aspectos de la investigación sobre disruptores endocrinos, lo que puede generar confusión. Sin embargo, apunta que las sociedades científicas más relevantes, como la Sociedad Española de Endocrinología y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, han señalado que la exposición a estos compuestos debe ser considerada un factor de riesgo para muchas enfermedades. "Nuestro trabajo como médicos es informar a los pacientes, basándonos en la evidencia disponible, y actuar por precaución", apunta.

Un mensaje relevante para los pacientes y médicos es que los disruptores endocrinos son una amenaza real, pero se pueden tomar medidas para reducir su impacto. "Debemos considerar la exposición a estas sustancias como un factor de riesgo prevenible. Es fundamental incorporar pequeñas modificaciones en nuestros hábitos diarios para reducir la exposición, y los médicos debemos estar formados para guiar a nuestros pacientes en este proceso", concluye.

La exposición ambiental a los disruptores endocrinos es un desafío complejo, pero con la información adecuada y la adopción de cambios sencillos en la vida cotidiana, tanto los pacientes como los médicos pueden mejorar en la prevención de enfermedades asociadas con estos compuestos.

Autor: IM Farmacias