Tras las vacaciones de Navidad, toca, además de afrontar los retos e incertidumbres que el nuevo año nos trae, volver al trabajo. Si a ello se suma que regresamos a un entorno en el que las nuevas tecnologías están muy presentes, este aterrizaje laboral puede resultar especialmente difícil y dar ...
Tras las vacaciones de Navidad, toca, además de afrontar los retos e incertidumbres que el nuevo año nos trae, volver al trabajo. Si a ello se suma que regresamos a un entorno en el que las nuevas tecnologías están muy presentes, este aterrizaje laboral puede resultar especialmente difícil y dar lugar a que surja el tecnoestrés, término con que se denomina al estrés fruto de la incapacidad de gestionar de forma controlada y saludable el uso de dispositivos tecnológicos y aplicaciones digitales en el entorno laboral.
"A pesar de su reciente aparición, el tecnoestrés constituye un problema cada vez más extendido entre las personas trabajadoras y un factor capaz de agravar el malestar que sentimos al retomar nuestra rutina laboral a la vuelta de unas vacaciones. Es decir, que podemos afirmar que el mal uso o abuso de las tecnologías pueden afectar notablemente a nuestro estado de salud", subraya Julio Maset, médico de Cinfa. De hecho, según el VII Estudio CinfaSalud: "Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés", casi tres de cada diez españoles afirmaban, ya en 2017, que usarlas en el trabajo aumentaba su nivel de estrés.
En términos generales, el tecnoestrés está causado por la incapacidad de gestionar de manera saludable las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC). La persona trabajadora percibe un desajuste entre la necesidad de uso de las tecnologías en su puesto laboral y los recursos, conocimiento o tiempo de los que dispone, lo que le lleva a un estado psicológico negativo.
Necesidad de saber desenvolverse con la tecnología
En palabras del doctor Maset, esto ocurre porque, actualmente, "las personas trabajadoras hemos de saber desenvolvernos con nuevas tecnologías que siempre están renovándose y ante las que podemos no sentirnos preparadas. Por otra parte, ha surgido la exigencia de un uso continuado del móvil, ordenador, tablet, correo electrónico y demás, que, a veces, se extiende fuera del horario laboral e invade la vida personal. Tras la jornada laboral, muchas personas siguen conectadas a sus trabajos a través de estos dispositivos".
Esa imposibilidad de "desconectar" es la principal causa que señalaban siete de cada diez participantes en la investigación de Cinfa para explicar por qué las TIC incrementaban su nivel de estrés. Otros motivos eran la necesidad de respuesta inmediata y la adicción que generan. "Las nuevas tecnologías deben ser una herramienta que controlemos y no a la inversa. Sentirse controlado por ellas es una de las causas de tecnoestrés", afirma el experto de Cinfa.
Todas estas exigencias, típicas de algunos puestos de trabajo, pueden dar lugar al aislamiento de la persona trabajadora y a que este desarrolle actitudes y sentimientos negativos hacia las TIC. "A menudo, estos últimos se presentan acompañados de los síntomas fisiológicos y emocionales típicos del estrés, pero también de otros característicos del tecnoestrés laboral, como el aislamiento social, la ansiedad ante el uso de las nuevas tecnologías o el agotamiento y la excesiva dependencia de estas. Se trata de un problema real y cada vez más preocupante, que es necesario atajar", advierte el doctor Maset.
Consejos para un aterrizaje laboral postnavideño sin estrés: