Hay que incidir en la suplementación, en dar micronutrientes al cuerpo, para mejorar el sueño

El I Encuentro de Nutrición y Alimentación, NutriCOFM, organizado por el COF de Madrid, abrió sus puertas este martes con el objetivo de conectar la alimentación y la salud a través del asesoramiento experto del farmacéutico. Una de las ponencias de la sala plenaria se denominó Dormir (bien) es vivir: fisiología del sueño para inexpertos. Todo lo que quiso saber y nunca se atrevió a preguntar, impartida por el Dr. Álvaro Campillo Soto y patrocinada por Kobho Labs. Recordó que nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, que más del 50 % de la población tiene problemas de sueño y que es necesaria la compartimentalización, que se repara en el suelo. "El sueño permite sanear, que el estrés sea agudo", dijo. Uno de los factores en contra de la salud es el de las alteraciones del sueño. Si uno no duerme bien, la salud no irá bien.

Cenar tarde es una de las cosas que hace que nos altere, los procesos del sueño están "peleados" con los de la digestión. Por eso, hay que separar el dormir al menos dos horas de las comidas. Hay factores epigenéticos que se pueden controlar. Está la cronoalimentación. Recomendó ponerse manos a la obra. El sueño hay que empezar a prepararlo durante el día con horarios regulares. Por la noche, hay que facilitar la secreción de melatonina. A nivel fisiológico, el sueño actúa sobre el cerebro, sobre el metabolismo, sobre la microbiota, sobre los músculos, etcétera. El factor más importante para mejorar la microbiota son los tiempos de no digestión. Por eso, lo de cenar tarde es mala idea. Es dificilísimo compensar el déficit de sueño. Hay que preguntar por la somnolencia y con la frecuencia de los sueños vividos. Igualmente, sobre el embotamiento al despertar y sobre la duración del sueño. Hay patologías que empeoran con un mal sueño. Por ejemplo, aumenta el riesgo de cáncer y de las patologías neurodegenerativas. Cualquier enfermedad crónica metabólica tienen que ver con una alteración de la respuesta del sistema inmune, y éste tiene mucho que ver con el sueño. Es fundamental cuándo comemos y lo que comemos. Hay que hacer ejercicio todos los días, pero no intenso a partir de las 20:00 horas, ni tener temperaturas extremas.

"Se ha insistido mucho en el problema del sueño farmacolizando", lamentó. Defendió en que hay que incidir en la suplementación, en darle micronutrientes al cuerpo. Citó la mala calidad de los alimentos, los procesos culinarios excesivos y que nuestros sistemas digestivos no están bien, con intestinos inflamados y permeables. Para que un suplemento funcione bien, requiere que tenga la mejor forma química, con la máxima biodispobibilidad. Y debe ser un formato asequible. "Hay que ir más allá de la melatonina", afirmó. Usar sólo melatonina es quedarse cortos. Mencionó principios activos como azafrán, GABA o el bisciglinato de magnesio, entre otros. Hay que tener en cuenta la regla de los 90 minutos, para no levantarse en medio de un ciclo.