La enfermedad de Parkinson es conocida como un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta a unos 8,5 millones de personas en todo el mundo, una cifra que se ha más que duplicado en las últimas tres décadas. Muchos de los afectados experimentan síntomas gastrointestinales como estreñimiento y náuseas durante años, incluso ...
La enfermedad de Parkinson es conocida como un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta a unos 8,5 millones de personas en todo el mundo, una cifra que se ha más que duplicado en las últimas tres décadas. Muchos de los afectados experimentan síntomas gastrointestinales como estreñimiento y náuseas durante años, incluso décadas, antes de desarrollar síntomas motores.
Ahora, un estudio dirigido por investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC) (Israel) ha podido constatar que el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson era un 76 por ciento mayor entre aquellos con antecedentes de daño en el revestimiento del tracto gastrointestinal superior. A juicio de los investigadores, comprender estos mecanismos es de gran interés para futuras investigaciones.
"Cada vez hay más pruebas que sugieren que, al menos en un subconjunto de personas, la enfermedad de Parkinson se origina en el intestino antes de afectar al sistema nervioso central", tal como expuso la autora correspondiente, la Dra. Trisha S. Pasricha, neurogastroenteróloga y directora de Investigación Clínica en el Instituto de Investigación Intestino-Cerebro del BIDMC.
Para explorar esta "hipótesis del intestino primero", el equipo investigador realizó un estudio de cohorte retrospectivo utilizando datos de pacientes de una base de datos electrónica que abarca una representación de centros académicos urbanos, así como de clínicas ambulatorias y hospitales comunitarios en el área metropolitana de Boston.
Los investigadores identificaron una cohorte de pacientes sin antecedentes de enfermedad de Parkinson que se sometieron a una endoscopia superior (EGD), un procedimiento para obtener imágenes y diagnosticar problemas en el esófago, el estómago y la primera porción del intestino delgado, que juntos forman el tracto gastrointestinal superior, entre el año 2000 y 2005. Los pacientes con lesiones en el revestimiento del tracto gastrointestinal superior fueron emparejados en una proporción de 1:3 con pacientes sin daño mucoso. Se realizó un seguimiento de todos los participantes hasta julio de 2023. De 2.338 pacientes con daño en las mucosas, al 2,2 por ciento se le diagnosticó posteriormente enfermedad de Parkinson, mientras que de los 8.955 pacientes sin daño en las mucosas, el 0,5 por ciento desarrolló Parkinson.
Además, la investigación observó una interacción compleja entre la infección por H pylori, daño de la mucosa y el riesgo de enfermedad de Parkinson. La presencia inicial de H pylori observada en las biopsias se asoció con una mayor probabilidad de EP.
En definitiva, el estudio arroja luz sobre la forma en que el Parkinson puede desarrollarse en algunas personas y también sugiere que puede precisarse una mayor vigilancia entre aquellos pacientes con antecedentes de daño en el tracto gastrointestinal superior del tipo de ulceraciones causadas por la bacteria H. pylori , enfermedad por reflujo gastroesofágico o uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno.
"Dado que las úlceras pépticas afectan a más de 8 millones de personas en todo el mundo, comprender la vía desde el daño en la mucosa hasta la patología de la enfermedad de Parkinson puede resultar crucial para el reconocimiento temprano del riesgo, así como para una posible intervención", concluyó la Dra. Pasricha.