La rosácea es una condición inflamatoria crónica que afecta principalmente a la piel del rostro, causando enrojecimiento y dilatación de los vasos sanguíneos, según ha explicado la jefa de servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, Carmen Arsuaga, quien ha apuntado que el calor y la exposición a ...
La rosácea es una condición inflamatoria crónica que afecta principalmente a la piel del rostro, causando enrojecimiento y dilatación de los vasos sanguíneos, según ha explicado la jefa de servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, Carmen Arsuaga, quien ha apuntado que el calor y la exposición a la radiación ultravioleta son algunos de los desencadenantes más comunes de los brotes de rosácea.
Según ha razonado, esta reacción se debe a que el calor no solo provoca vasodilatación, sino que también aumenta la producción de sebo y sudor. Además, la radiación UV genera estrés oxidativo en la piel, generando radicales libres que pueden dañar las células cutáneas y empeorar la inflamación. La exposición continuada al agua salada y al cloro de las piscinas también irritan la piel y pueden empeorar esta condición.
Ante esta situación, los expertos de Sanitas han hecho hincapié en la importancia de evitar la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad, entre las 10 de la mañana y las 16 de la tarde. Durante esa franja horaria es recomendable buscar sombra y usar sombreros de ala ancha. Además, han puesto de relieve la importancia de evitar ambientes calurosos y húmedos, como las saunas, baños calientes, vestuarios de piscina y ambientes muy húmedos. Es recomendable mantener una temperatura ambiente fresca y utilizar ventiladores o incluso aire acondicionado si es preciso.
El uso de protectores solares adecuados, de FPS 50 que no contengan alcohol ni fragancias, evita también el empeoramiento de esta patología. En este sentido, los protectores solares minerales, que contienen dióxido de titanio o óxido de zinc suelen ser mejor tolerados por las personas con rosácea.
Respecto al cuidado de la piel, han sugerido a su vez usar limpiadores suaves y cremas hidratantes formuladas para pieles sensibles, sin fragancias y libres de alcohol, con ingredientes hidratantes como glicerina y ácido hialurónico. Las cremas hidratantes ideales contienen ceramidas y niacinamida y se deben evitar productos que contengan ingredientes irritantes como mentol, eucalipto o hamamelis. Al salir de la piscina o el mar, han aconsejado aclarar la piel con agua tibia dulce para eliminar los restos de salitre y cloro.
Asimismo, los hábitos de alimentación y las rutinas, que suelen verse modificados durante estas fechas, también tienen un impacto directo en el estado de la piel. "La hidratación es esencial para mantener la piel en un estado saludable y reducir la inflamación. Beber suficiente agua a lo largo del día contribuye a mantener la piel hidratada, algo crucial para las personas con rosácea, ya que la piel seca tiende a ser más sensible y estar más irritada", ha explicado la nutricionista de Blua de Sanitas Ingrid Daniele.
En cuanto a la nutrición, existen ciertos alimentos y bebidas que pueden desencadenar o empeorar los brotes de rosácea. De este modo, los expertos nutricionistas de Blua de Sanitas han recomendado evitar alimentos o condimentos picantes y bebidas calientes, reducir el consumo de alcohol y cafeína y controlar el consumo de alimentos fuente de histamina, como berenjena, espinacas, frutas cítricas, embutidos y carnes curadas.
En cambio, es aconsejable incorporar alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, que se encuentran en pescados azules, nueces y semillas de lino, por ejemplo, y mantener una dieta rica en frutas y verduras, que contienen antioxidantes y nutrientes esenciales para mejorar la salud de la piel y reducir la inflamación.