El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid explica que la otitis de nadador u otitis externa es una inflamación, irritación o infección del conducto auditivo externo. La humedad es la responsable de la descamación de la piel que recubre el conducto auditivo, favoreciéndose la invasión por bacterias u hongos, principalmente ...
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid explica que la otitis de nadador u otitis externa es una inflamación, irritación o infección del conducto auditivo externo. La humedad es la responsable de la descamación de la piel que recubre el conducto auditivo, favoreciéndose la invasión por bacterias u hongos, principalmente Pseudomona aeruginosa y Staphylococcus aureus. El exceso de cloro empleado en algunas piscinas elimina el cerumen protector del oído y altera el manto ácido de la piel de la zona, facilitando la aparición de infecciones.
Síntomas
Tratamiento
La inflamación y la infección se tratan habitualmente con gotas que contienen corticoides y antibióticos durante 7 días, según lo pautado por el médico. Uno de los antibióticos más utilizados es el ciprofloxacino por su amplio espectro frente a los principales agentes patógenos y la ausencia de toxicidad.
El dolor se puede paliar aplicando calor seco en el oído. Puede ser necesario aplicar gotas anestésicas o tomar analgésicos como paracetamol, ácido acetilsalicílico o ibuprofeno.
Puede resultar efectivo el tratamiento antiséptico con alcohol boricado a saturación, preparación que se elabora en la farmacia. También se podría solicitar, como fórmula magistral, una solución acuosa de ácido acético al 2% por su actividad bactericida frente a Pseudomonas.
La desaparición de los síntomas no siempre implica que se ha curado la infección, se debe cumplir el tratamiento para evitar recaídas y mientras evitar el contacto con el agua del mar o de piscinas normalmente de 7 a 10 días.
¿Cómo aplicar las gotas?
Si el oído drena o supura, si existe dolor, irritación, erupción o mareo, remitir al especialista. Se debe tener en cuenta que, en general, las gotas óticas no deben utilizarse si hay perforación timpánica, salvo que el médico lo aconseje.
Hay que consultar al otorrinolaringólogo si se tiene mucha cera en los oídos, si esta es escamosa, hojaldrada o si pica el oído. Cuando la cera se acumula en gran cantidad y bloquea el conducto auditivo, se procede a su extracción por personal sanitario cualificado.
Existen dos procedimientos:
Maceración de agentes cerumenolíticos (ablandan la cera). Ej.: solución de carbonato potásico, solución de hidróxido potásico, peróxido de hidrógeno al 3% (se rebaja el agua oxigenada comercial), aceite de oliva o de almendras, etcétera.
Extracción por irrigación del canal auditivo con agua templada. La extracción del cerumen habitualmente se realiza mediante lavado, dirigiendo un chorro de agua a 36,5 grados centígrados hacia la pared posterior del CAE para que sobrepase el tapón y lo propulse hacia el exterior.
Si el tapón está duro, debe reblandecerse previamente con agua oxigenada, más adecuada en caso de tapones de predominio epitelial, o bien con gotas oleosas, más eficaces en los tapones de predominio ceruminoso. Tenemos disponibles algunas presentaciones farmacéuticas con esta finalidad. Si los métodos anteriores no han resultado efectivos, se recurrirá a la debridación, combinando la aspiración con el raspado, bajo control microscópico (otomicroaspiración).