Con la llegada del verano es común escuchar que con el calor se reduce el apetito, ya que las altas temperaturas provocan que el cuerpo tenga que gastar menos energía. Sin embargo, el hambre, que está más relacionado con las necesidades fisiológicas, no necesariamente se ve afectado. "El calor no quita ...
Con la llegada del verano es común escuchar que con el calor se reduce el apetito, ya que las altas temperaturas provocan que el cuerpo tenga que gastar menos energía. Sin embargo, el hambre, que está más relacionado con las necesidades fisiológicas, no necesariamente se ve afectado.
"El calor no quita el hambre de manera directa, ya que esta está regulada de forma biológica. Sin embargo, el calor sí puede tener un impacto en la sensación de apetito. Las altas temperaturas pueden llevar a preferir comidas más ligeras y a reducir las porciones, lo que puede resultar en una ingesta insuficiente de nutrientes", ha dicho Nuria Cañas Cano, nutricionista de Blua de Sanitas.
Ante esta situación, es necesario destacar que con el calor el cuerpo trabaja para regular su temperatura mediante la sudoración y la redistribución de la circulación sanguínea, lo que puede dar una sensación de saciedad temporal y ralentizar la digestión. Sin embargo, esta disminución en la sensación de hambre no significa que el cuerpo no necesite nutrientes, y es necesario mantener una alimentación equilibrada y adecuada
Según el último pronóstico de HYPERLINK, servicio meteorológico lanzado por la Unión Europea, existe una probabilidad muy alta (entre el 70% y 100%) de que este verano de 2024 sea más cálido en cuanto a temperaturas de lo normal en prácticamente toda España, lo que puede llevar a agravar la situación.
"Esta disminución en la sensación de hambre puede llevar a una menor ingesta de nutrientes esenciales, algo particularmente preocupante en personas mayores, niños y embarazadas, quienes necesitan una dieta equilibrada para mantener una salud óptima", añade Nuria Cañas Cano.
La disminución del apetito durante los meses calurosos se debe a una combinación de factores que afectan tanto al cuerpo como a los hábitos alimentarios:
Para enfrentar estos cambios provocados por el calor, es importante extremar las precauciones y tomar las medidas necesarias para proteger la salud y asegurar una nutrición adecuada:
En último lugar, Lorena Trinidad Bueno, odontóloga del Departamento de Innovación y Calidad Clínica de Sanitas Dental, añade que "la ingesta de los alimentos comentados anteriormente también contribuye a evitar la sequedad bucal, pues al estar compuestos por gran cantidad de agua, asisten a la producción de saliva. Esto es fundamental para no sufrir caries, infecciones o problemas en las encías. No obstante, en caso de experimentar sequedad bucal persistente, es importante buscar atención odontológica para identificar y tratar las causas subyacentes, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta".