Las últimas directrices internacionales basadas en la evidencia científica incluyen recomendaciones sobre el ejercicio físico tanto durante como después del tratamiento curativo del cáncer para reducir los efectos secundarios. Sin embargo, esas mismas directrices reconocen que, en el contexto del cáncer de mama metastásico (CMM), la evidencia de los efectos de ...
Las últimas directrices internacionales basadas en la evidencia científica incluyen recomendaciones sobre el ejercicio físico tanto durante como después del tratamiento curativo del cáncer para reducir los efectos secundarios. Sin embargo, esas mismas directrices reconocen que, en el contexto del cáncer de mama metastásico (CMM), la evidencia de los efectos de la actividad física es escasa, por lo que no hay material suficiente para la elaboración de recomendaciones en este campo.
Los pacientes, mientras, experimentan efectos secundarios debilitantes relacionados con la enfermedad y el tratamiento, que incluyen fatiga, disminución de la aptitud física, ansiedad y depresión, neuropatía y dolor, entre otros, que se podrían combatir con ejercicio estructurado según sugiere un estudio a gran escala, publicado en ´Nature Medicine´ que investiga los efectos del ejercicio en esta población de pacientes y se basa en un creciente conjunto de investigaciones que muestran que dicha actividad puede resultar un valioso complemento al tratamiento del cáncer, en este caso de mama.
"El tratamiento del cáncer de mama tiene un efecto negativo en la vida de las personas, causando graves problemas de salud que comprometen el bienestar físico y mental, incluyendo fatiga, náuseas, dolor y dificultad para respirar. Se encontró que el ejercicio supervisado durante el tratamiento paliativo del cáncer de mama metastásico tuvo efectos beneficiosos significativos sobre la fatiga de los pacientes, la calidad de vida y los efectos secundarios comunes", indicó la Dra. Eva Zopf, de la Universidad Católica Australiana y del Instituto Mary MacKillop de Investigación en Salud, quien dirigió el estudio en colaboración con el Centro Oncológico Peter MacCallum, Melbourne Health y Cabrini Health. A nivel internacional, fue dirigido por la prof. Anne May, del Centro Julius de Ciencias de la Salud y Atención Primaria del Centro Médico Universitario de los Países Bajos.
Actividad recomendada
"Las investigaciones anteriores se han centrado principalmente en los efectos de los programas de ejercicio en pacientes con cáncer menos avanzado y han descubierto que son beneficiosos (especialmente aumentan los niveles de energía de los pacientes y mejoran su calidad de vida), pero no se ha estudiado rigurosamente a los pacientes con enfermedad metastásica para ver si experimentan los mismos beneficios", agregó la Dra. Zopf.
Los participantes del estudio recibieron un rastreador de actividad física y consejos genéricos sobre ejercicios, pero 178 pacientes fueron asignados aleatoriamente a un programa de ejercicios supervisado durante nueve meses que incluía ejercicios de equilibrio, resistencia y aeróbicos.
Los primeros seis meses incluyeron dos sesiones de ejercicio supervisadas de una hora por semana. En los últimos tres meses, una sesión supervisada fue reemplazada por una sesión de ejercicio no supervisada, que fue apoyada por una aplicación de ejercicios. Las pacientes hicieron ejercicio a niveles de intensidad moderada a alta bajo la supervisión de fisiólogos del ejercicio calificados.
"Los pacientes aseguraron que no sólo se sintieron mejor y más fuertes siendo parte del ensayo, sino que también les ayudó a entender mejor lo que necesitan hacer en términos de ejercicio", según la Dra. Zopf.
"Este importante ensayo aleatorizado ha demostrado que el ejercicio regular supervisado también reduce significativamente la fatiga y mejora la calidad de vida en pacientes con cáncer de mama metastásico. Además, se observaron efectos beneficiosos del ejercicio en el funcionamiento físico y el dolor", añadió la prof. Prue Francis, coautora del estudio y codirectora clínica de Oncología Médica Mamaria en el Centro Oncológico Peter MacCallum.
Los investigadores han recomendado, por tanto, que se prescriban rutinariamente ejercicios aeróbicos y de resistencia supervisados a las pacientes con cáncer de mama metastásico como parte de los cuidados de apoyo contra el cáncer.