Medicamentos del futuro, en 3D y personalizados

La impresión 3D de medicamentos que, actualmente, parece lejana, podría convertirse en el futuro en un método de fabricación de fármacos a medida del paciente. Entre sus ventajas se incluyen la personalización de tratamientos, el mejor acceso en áreas remotas y la reducción de costos, además de  medicamentos más sostenibles. Sin embargo, es evidente que  antes de una hipotética producción masiva, se precisan estrictas medidas de control de calidad para garantizar la máxima seguridad en el tratamiento.

27/06/2024

La impresión de medicamentos en 3D emerge como un nuevo sistema para fabricar medicamentos y tratamientos in situ en farmacias, centros de atención sanitaria y otros lugares remotos. Cabe recordar que en 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) aprobó el primer fármaco impreso en 3D, Spritam (levetiracetam), ...

La impresión de medicamentos en 3D emerge como un nuevo sistema para fabricar medicamentos y tratamientos in situ en farmacias, centros de atención sanitaria y otros lugares remotos.

Cabe recordar que en 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) aprobó el primer fármaco impreso en 3D, Spritam (levetiracetam), para la epilepsia, marcando un hito importante en la adopción de esta tecnología. 

Desde entonces, compañías farmacéuticas y fabricantes están trabajando para obtener los suyos propios, a partir de los métodos existentes actualmente enfocados a imprimir medicamentos de forma remota.

En este terreno, el científico del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), Thomas P. Forbes, ha investigado sobre varios métodos y técnicas posibles para mantener el control de calidad en la impresión de medicamentos en 3D. En concreto, se centró en uno de los más comunes: impresoras de inyección de tinta y sistemas similares que pueden imprimir medicamentos personalizados a pedido.

Dicho sistema, al igual que las impresoras de inyección de tinta en los hogares, aunque más grandes, posee boquillas que depositan los materiales licuados de la droga, o tintas, en pequeños pocillos en una bandeja o directamente en cápsulas. Mediante liofilización y otros procesos, el líquido se puede convertir en una tableta o en polvo y verterlo en una cápsula. También se puede evaporar formando una fina película que se disuelve en la boca. 

Proceso en el control de calidad

De acuerdo con lo expuesto por el investigador Forbes, en estos casos se emplea una técnica llamada espectroscopia ultravioleta-visible (UV-Vis). Funcionan haciendo pasar luz ultravioleta y visible a través de la muestra. La forma en que la muestra las absorbe nos indica su composición química.

A continuación, se analiza cómo se puede verificar que la impresora funciona correctamente. Muchas impresoras comerciales tienen LED debajo de las boquillas individuales que imprimen la tinta para los medicamentos. Cada vez que la boquilla libera una gota de tinta, interrumpe el flujo de luz, que es detectado por un tipo de detector de luz conocido como fotodiodo.

El fotodiodo detectará si la boquilla deja de soltar líquido porque te has quedado sin tinta. Si hay una obstrucción en la boquilla o incluso un trozo de polvo que provoca irregularidades en el flujo de las gotas de tinta, eso también se detectará. "En nuestras pruebas, encontramos que los LED y los fotodiodos funcionaron bien", asegura.

En cualquier caso, remarca, es sumamente importante que estas impresoras 3D funcionen correctamente. Necesitan imprimir las dosis exactas con los ingredientes exactos. Por lo tanto, necesitaremos métodos precisos in situ para tomar y validar mediciones. 

Asimismo, de acuerdo con este investigador, la adopción generalizada de la impresión de medicamentos en 3D requiere de estrictas medidas de control de calidad para garantizar que las personas obtengan el medicamento y la dosis adecuados. Incluso una pequeña medición errónea del ingrediente de un fármaco durante el proceso de impresión podría poner en peligro la salud del paciente. 

Autor: IM Farmacias
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